Evaristo

Celebramos el cumpleaños de Evaristo. El festejo se llevó a cabo en su casa de la colonia “Los Fresnos”. Un evento, de verdad, fuera de serie. Único. Excepcional. Sin exagerar, sólo Evaristo lo puede hacer y lograr, aquí en Tepic; pero, me atrevo a sostener, en todo Nayarit, no ha habido algo parecido, ni lo habrá; y, estoy casi seguro que, a nivel del país, es muy difícil encontrar y disfrutar un ambiente cómo este que gozamos durante horas y horas, la tarde-noche del sábado 29 de octubre.
 
El mérito es de este hombre. De nadie más. Economista de profesión, hoy, dedicado a la actividad periodística. Alguien capaz de unir  todos, es verdaderamente una proeza, una hazaña que sólo en Tepic se da, más todavía, en momentos de crispación, por encontrarnos en la antesala de un proceso que definirá a los gobernantes que vienen, lo cual, mete mucho ruido y separa hasta a las familias, no solamente a los militantes políticos. Pues, Evaristo lo logra, Evaristo hace el milagro, definitivamente, hay que reconocerlo y ser honestos.
 
Nos encontramos allí, nayaritas de absolutamente todas las ideologías y corrientes políticas, con partido y sin partido, azules, tricolores, amarillos, rojos, morenos, de todas las tendencias y filosofías. Y Evaristo logra que desaparezcan nuestras discrepancias. Todos nos tratamos con respeto, hasta se llega a la fraternidad, cuando ésta, la fraternidad, sólo se da entre humanos que comparten ideas y causas elevadas y superiores. Pareciera que en las tertulias de Evaristo, Nayarit ---la causa de quienes aquí vivimos---, nos unifica y nos hace olvidar nuestras diferencias y hasta la rijosidad que, en momentos, hemos tenido entre nosotros.
 
Ya me está convenciendo nuestro Respetable Maestro Rutilio Nava Rojas, cuando dice en su obra titulada “TEPICENSE, CONOCE ALGO DE TU CIUDAD” que a la ciudad de Tepic, “no le afectan los ciclones, las inundaciones, los temblores; hasta la lucha de clases se desarrolla bajo ciertas normas de urbanidad”.
 
Justamente, Evaristo logra en sus festejos celebrados en la confortable residencia que logró edificar con su tenaz esfuerzo y el de su familia, que desaparezca la lucha de clases. En verdad, quienes nos encontramos allí, nos vemos y tratamos como hermanos, las rencillas desaparecen. En todas las mesas y en todos los grupos que beben y degustan platillos, que escuchan y cantan, el respeto, la civilidad y la tolerancia es lo que predomina. No hay diferencias antagónicas ni de clases. Todos somos iguales. Pareciera que allí desaparecen los centavos, pesos y tostones, porque todo mundo bebe, come y escucha la canción de su preferencia. Todos comparten lo que hay y lo que se llevó. Es un ambiente, real, verdadero, festivo, alegre y auténticamente democrático, hasta de dimensiones comunistas. La convivencia es entre pobres y ricos, entre patrones y trabajadores, entre gobernantes y gobernados, sin que haya reclamos entre ninguno contra otro.
 
Es en verdad, una gran aportación de Evaristo, hasta en términos históricos. Habría que otorgarle una distinción a Evaristo, o declararlo Embajador de la armonía y conciliación, cuyos valores, son indispensables en estos tiempos.
 
Es muy oportuno repetir lo que escribió Salvador Castañeda OConnor, hace días:
 
“En el concilio ecuménico que tuvo lugar en el bar “DON TOÑO” en memoria de mi querido e inolvidable amigo Héctor Gamboa, se reunieron nayaritas de muy distinta posición económica, política y filosófica, según me informa quien me representó dignamente en ese evento, mi compañero Juan Carlos Carvajal, y lo mejor es que lo hicieron con un alto grado de cordialidad y de alegría. Ello me recordó una frase de mi compañero Alejandro Gascón que no se si la leí, escuché o la estoy inventando: “NAYARIT ES TIERRA DE CONTRADICCIONES PROFUNDAS Y DE AMISTADES LARGAS”

Los generales Manuel Lozada y Ramón Corona fueron los portadores de las contradicciones más importantes durante el siglo XIX en Nayarit, y combatieron el uno contra el otro, con la palabra, las ideas y las armas, sin embargo, llegaron a hablar y a escribirse, con mucho respeto y tolerancia. Eso solo se da entre paisanos”.
 
Esta puede ser la explicación. Los convivios que logra Evaristo, tienen raíz histórica. Eso, no lo quita el mérito a él, definitivamente.