Pasión por la enseñanza

Son en avalancha los sucesos opuestos que enfrenta el maestro de Telepreparatorias en las diferentes alejadas comunidades diseminadas en el amplio territorio de Nayarit. Y no le queda otra más que apechugar por el cariño a la profesión como trabajador de la enseñanza.

En un respiro de reciente día logrado por el maestro Víctor Manuel Ortiz Vega, ampliamente conocido como “El Kennedy”, sobre todo en el mundillo del futbol tepiqueño, se apostó éste en instalaciones del plantón que los maestros de Telepreparatorias tienen en Tepic en la hoy llamada Plaza Bicentenario frente al Palacio de Gobierno desde el 15 de febrero del presente año.

Allí tuvo breve charla con su servidor, reportero de la gente, y de manera espontánea soltó una y mil vicisitudes por las que atraviesa el maestro de Telepreparatorias. Citó su personal caso para ejemplificar vivencias de sus semejantes. De entrada quiso recordar que una treintena de mentores no ha percibido salario desde diciembre del año anterior, tampoco liquidación del aguinaldo correspondiente a esa fecha.

El gobierno de Roberto Sandoval como patrón les negó emolumentos desde el momento mismo que la treintena de maestros de Telepreparatorias mostró rebeldía al cambio de sistema federalizado en materia educativa, ofrecido por la administración estatal como indicativo para sacudirse la tutela de un programa de educación creado por Ney González durante su gobierno (2005-2011). Los maestros negaron ir al sistema nombrado Educación Media Superior a Distancia (EMSAD) porque consideraron sería una trampa, lo que a la postre así sucedió.

Han resistido los maestros pero con base en grandes dificultades. “El Kennedy”, amigo de hace años, excelente conversador, muy a pesar de en su haber contar con dos maestrías decidió incursionar en la enseñanza de Telepreparatorias. Y allá va a la comunidad serrana de Santa Cruz de Camotlán, municipio de Ahuacatlán. Aún sin recibir un cinco de salario, Víctor Manuel sigue en su empeñoso propósito de impartir conocimientos a los jóvenes del lugar.

No te imaginas lo cansado que a diario termino, me dice. Siente que la cabeza le va estallar. Y es que tiene bajo su responsabilidad, como único maestro, los alumnos de los tres grados de Preparatoria. Imparte un mínimo de seis materias por grupo, está en uno luego se pasa al otro y así sucesivamente todos los días. Pero expresa un gozo inacabable cuando asegura que tiene la alumna más preparada de todo Nayarit en matemáticas. Es su trofeo y lo luce. Aunque no me aseguró que haya sido sometida a concurso y haya resultado triunfadora, lo más seguro es que sí, por algo lo afirma.

¿Y dónde vives? Rento una choza. Por cierto, hace meses debo el pago de renta. Yo mismo me hago de comer, soy buen cocinero. Tengo una parrilla eléctrica, aunque en los últimos tiempos los frijoles de la olla han sido el menú principal. ¿Utilizas el ajo en la elaboración de tus comidas? Desde luego. Y viene enseguida una dilatada disertación sobre los beneficios del ajo. Referencia hace en el acto a que padece diabetes melitus, y que en la actualidad sirve de conejillo de indias a una doctora que le ha dado a beber mejunje salvador compuesto con jengibre y vinagre de manzana. Le tiene fe.

En su camioneta trae siempre un machete. Explica: es que en las comunidades nunca falta para los maestros de Telepreparatorias una autoridad prepotente, o bien tienes que enfrentar la violencia del narcotraficante o el gandalla que te exigen mantengas una posición sumisa. Yo los he enfrentado. Con las mujeres maestras es tanto peor, sufren acoso sexual, siempre se las quieren coger, comenta sin bajar la voz muy a pesar que en el sitio del plantón están dos de ellas.

Lamenta que sus hijos le pidan dinero para satisfacer necesidades de diversa índole y no pueda corresponder. Por la falta de dinero en el bolsillo, “El Kennedy” asegura que su esposa le retiró el habla, pero no solamente eso sino que hace tiempo que no tiene intimidad con ella.

¿Sabes lo que puede pasar? Que todo esto, en un momento dado, lo mande mucho a la chingada, dice “El Kennedy” al bordo de la desesperación.

Por toda esta tragedia que padeces no vayas optar por quitarte la vida, le dije. Respondió: “No, primero en la cabeza le meto un balazo a este hijo de su p…..” y apuntó hacia el edificio sede del Poder Ejecutivo. ¿A quién se refirió? Quién sabe.