Frenar gastos excesivos del erario estatal, es obligado: Miguel Ángel Navarro Quintero
María E. González
26 de septiembre de 2016
La reducción del presupuesto de egresos para 2017, obliga a estados como Nayarit a una sobriedad institucional que no es otra cosa que administrar de manera eficiente todos los recursos disponibles, sin excesos, con buena planeación, sin afectar programas de alta prioridad y beneficio social. Lo anterior es la propuesta de Miguel Ángel Navarro Quintero, promotor de Morena en la entidad.
Al recordar que la entidad es altamente dependiente de las participaciones federales, el líder de “Juntos por Nayarit” propone que la sobriedad institucional debe considerar la focalización de iniciativas “de alta prioridad como pueden ser entre otros, los relacionados con los programas alimentarios, de combate a la pobreza, la salud, la educación y desde luego el desarrollo económico y productivo”, como también garantizar en tiempo y forma la satisfacción salarial de la burocracia con menores ingresos “interés que debe de estar por arriba de los servidores públicos de confianza que tienen sueldos muy altos”.
“Los escenarios actuales del país y de la entidad están complicados, la depreciación del peso frente al dólar ha provocado la amenaza por parte de la industria farmacéutica de aumentar hasta un 35% el costo de los medicamentos”, situación que afecta la economía familiar y si a lo anterior se propone un recorte al presupuesto para el siguiente año, esto obliga a los nayaritas a administrar bien los ingresos y al sector público a actuar “más que con austeridad con sobriedad institucional”, dijo.
Al destacar que el problema económico no puede desvincularse del problema social, Navarro Quintero puntualizó “aun cuando se anuncie que se generarán al año millones de empleos, la realidad es que el ánimo de la sociedad es de duda, ya que está viendo que el sector informal de la economía sigue creciendo; como también las tasas de desempleo, de pobreza y como nunca se están disparando los índices de actos delictivos”.
Para Navarro Quintero la planeación es la fórmula para eficientar el gasto y –por ejemplo- las obras deben tener alto grado de rentabilidad social “pues en ocasiones se hacen obras arquitectónicamente preciosas pero no tienen una funcionalidad o se utiliza poco y además su impacto social es nulo o se convierten en elefantes blancos y la inversión es millonaria” y continuó “por ejemplo, de que sirve tener hospitales sino cuentan con el personal suficiente, no tienen equipo, no hay buen servicio, no tienen medicamentos; más vale reorganizar la estructura pública y empezar a generar grado de eficiencia administrativa y operativa con la infraestructura que se tiene o bien realizar obras estrictamente necesarias”.
Finalmente destacó la importancia de una comunicación efectiva entre gobierno y sociedad “para tomar conciencia del porqué se están tomando medidas que pudieran ser consideradas muy drásticas pero necesarias dado el panorama”.
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