Tepic, Nayarit, jueves 21 de noviembre de 2024

El grano de trigo en el tablero de ajedrez

Sergio Mejía Cano

04 de Agosto de 2016

No deja de ser curioso que la mayoría de los conflictos cotidianos y que generan marchas, plantones y protestas, giren por lo regular por causa de pesos y centavos, así como dijera un clásico nayarita. Tal vez sea un sello en la naturaleza humana el que muchas de las broncas sean de carácter económico, porque hasta en los matrimonios, pesa más la falta de dinero que una posible puesta de cuernos.

¿Será muy difícil que se llegara al principio de cuándo se empezó a deber a los burócratas? ¿Cuándo fue la primera vez que les hizo falta un pago ya sea de nómina o algún bono o por cualquiera otra conquista laboral? Porque desde esa primera vez en que no se pagó algo, era obvio que el endeudamiento iba a ser doble para la siguiente vez, y si también se volvió a detener la erogación, de lo que sea, irremediablemente las cantidades a deber tendrían que crecer y crecer como bola de nieve.

Esto lo podemos ver en el ámbito familiar en que por equis razones un mes se deja de pagar el recibo del agua (que es lo más común, porque luz, teléfono , cable, internet y otras deudas si no se pagan religiosamente, se cortan), y para el mes siguiente ya es doble lo que se debe del agua, y por necesidades económicas se vuelve a omitir el pago del agua haciéndose la promesa de que para el mes siguiente se pagarán los tres recibos juntos; sin embargo, llega el tercer recibo y adjuntado a estos los intereses correspondientes y ya es más difícil cubrir el pago, sobre todo para las familias de escasos recursos, aunque también para las pudientes que muchas dejan de pagar nomás porque sí o esperando que al rato estará un conocido en el SIAPA y tal vez les condonen la deuda o les hagan una rebaja o se esperan a que haya descuento de fin de año, etcétera; pero de que crece la deuda, obvio que tiene que crecer. Algo parecido a como dice la leyenda India sobre el grano de trigo en el tablero de ajedrez, así que conforme se van acumulando los meses sin pagar salarios o algún otro tipo de prebendas laborales, pues el endeudamiento puede llegar a ser prácticamente impagable.

Así con los burócratas que, si ya una vez les dejaron de pagar alguna bonificación o hasta alguna quincena y no pasó nada y a pesar de las protestas sigue sin pasar nada más que puras molestias a la población por posibles paros de labores, así se siguen aduciendo de la parte que tiene que pagar que no hay dinero y ya. Háganle como quieran, porque no se puede hacer sangrar a una piedra.

Allá a mediados de los años 80 del siglo pasado, cuando se manejaban millones de pesos entre la población debido al crecimiento imparable de la inflación monetaria, hubo un tiempo en que los bancos daban un mil pesos por cada millón que su pusiera en inversión a plazo fijo, por lo que mucha gente vendió casas, autos, joyas, etcétera, para invertir a plazo fijo el dinero acumulado por la venta de sus bienes. Y extrañamente o por pura casualidad en algunas empresas se empezaron a retardar los pagos tanto de quincena como de aguinaldos y ahorros, y hasta pagos a proveedores que tendrían que hacer quienes les habían adquirido algún tipo de mercancía o servicios se retardaban inexplicablemente. Casualidad o no, desde luego comenzaron los rumores que si se estaban retardando los pagos era porque estaban jineteando el dinero de las nóminas y de pagos a surtidores; claro que jamás se llegó a comprobar ese rumor, pero dio la casualidad que como estaban dando los bancos buen dinero por la inversión a plazo fijo, pues esa leyenda urbana creció y creció, y más, porque según la sabiduría popular no hay casualidades, y obviamente el atraso en los pagos de toda índole se prestaba a la maledicencia de la gente. Pero llegó el tirón de la piola y se acabó el auge de la inversión a plazo fijo y curiosamente todo volvió a la normalidad… en algunos lados, porque en otras partes persistieron los atrasos o falta de pagos hasta nuestros días.

Ahora buena parte de los tepiqueños está disgustada con el H. Ayuntamiento por haber generado un paro de labores perjudicando los servicios de recolección de basura y desde luego los trámites que se realizan en las oficinas respectivas del H. Ayuntamiento; sin embargo, hay quienes están despotricando en contra de los trabajadores en paro, siendo que ellos nada más están reclamando lo suyo y por ende ninguna culpa tienen de que no se les haya pagado lo que han devengado. Por lo que se entiende que la causa está en quienes presiden el H. Ayuntamiento y no en los burócratas. ¿O sí?

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