AMLO y Navarro
Marco Vinicio Jaime
02 de Agosto de 2016
El Presidente de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López obrador, estuvo en Tepic este pasado fin de semana, a fin de dar fe y oficializar la integración de la asociación civil “Juntos por Nayarit”, que encabeza el ampliamente conocido Doctor Miguel Ángel Navarro Quintero.
En evento ex profeso celebrado en un conocido hotel ubicado hacia el oriente de la Capital, AMLO verificó de primera mano el resultado del trabajo y los acuerdos correspondientes en pro del posicionamiento del movimiento en Nayarit, y Navarro por su parte, adoptó sin más la esencia de la “rebeldía pacífica” lopezobradorista.
Mientras tanto, el discurso por consecuencia, se impregnó de la nueva doctrina, pues mostraría a partir de ese entonces el lado más “libertario” del doctor: el implacable juicio crítico en contra de tal sistema político-gubernamental, que dijo, actualmente mantiene graves retrocesos en perjuicio de las mayorías, a las que la falta total de oficio, honestidad y sensibilidad en el propio ejercicio del poder ha condenado a miseria, hambre, inseguridad y pésimos servicios en materia de educación, salud y vivienda que, pese a estar contemplados como derechos inalienables en la Constitución, no se cubren, para en cambio solo generar “alegría y bonanza exclusivos para el reducido grupo de deshonestos que detentan el gobierno”, y que por supuesto para estos “todo está muy bien en unidad, trabajando”, pero para su propio peculio, y de ello abundan las pruebas -que las cúpulas nunca quieren ni querrán ver, como error en el que seguirán sin duda pagando con debacle-en la queja y clamor diarios de sectores y organizaciones y pueblo en general, que no puede “maquillar” ya el rústico monólogo del triunfalismo material ni las limosnas clientelares. Porque la política, refrendó el Doctor, es la puesta en práctica de esa particular conjugación de sentimiento y valores para recoger verdaderamente el sentir popular, lo demás es politiquería y ocurrencias, producto de un lamentable escenario de analfabetismo político, democrático y comunicacional.
Ante cientos de simpatizantes, diputados y empresarios afines al proyecto morenista y navarrista, y ahora ya en una sola fuerza de “Juntos con Morena”, Navarro asumió con bríos renovados pues la lucha en calidad de “Promotor de la soberanía nacional” en la Entidad, adquiriendo la responsabilidad de coadyuvar con triunfos para el próximo 2017 y más aún, para el 2018.
Con lo anterior, quedó claro en parte un objetivo estratégico: acudir al pueblo -en todos sus rincones- y registrar puntualmente su hartazgo ante la inocultable realidad de fracaso en la praxis político-gubernamental, a un tiempo que se plantean soluciones, pero en especial, una vía de desfogue que canalice el resquemor colectivo hacia el viraje electoral: cuando lo de siempre se desmorona, Morena está listo, y no te decepciona.
Hasta ahí, pereciera que el polémico AMLO en su persistente lucha ha descubierto una sencilla pero practica fórmula, de capitalizar los evidentes desaguisados de sus detractores dentro y fuera del poder, y atraer de conformidad como efecto inminente la confianza de un creciente sector que aun considera que no todo está perdido; sin embargo el reto no ha sido nada fácil, y se torna cada vez más complicado, cuando la transversalidad, esa imprescindible herramienta que permite que cada integrante de la estructura reproduzca eficazmente un mismo lenguaje, una misma dirección y desenvolvimiento con lealtad, responsabilidad y profesionalismo, tanto en operatividad política: acción y reacción inmediata congruente en el decir y el hacer, como en materia comunicacional, es la gran ausente, de ahí que grandes proyectos, no puedan salir de ser eso, solo grandes proyectos, y en consecuencia se vayan diluyendo en la simulación, la mala prestidigitación, incapacidad para sumar e integrar un gran frente multidisciplinar que sepa comunicar y establecer compromisos recíprocos, cayendo en sectarismo y restas; coacción y más de lo mismo.
Por ello, López Obrador ha trajinado bastante, en una empresa en la que ha ido remando contracorriente y “caballos de Troya” en centro y providencias. Así, la cuestión parte entonces de ver qué tanto se asegurará en la meta de aterrizar cada discurso incendiario en la realidad de cada ciudadano, cada sector social, que lo que se diga arriba con gran entusiasmo y coraje, la estructura en su totalidad lo procese sin contrasentidos, divisiones, deshonestidad y manipuleo de recursos, sectarismo y tacañerías y se garantice el cumplimiento del cometido. ¿Lo logrará esta vez AMLO? ¿Lo logrará el ahora Promotor de la Soberanía Nacional de la Entidad, Doctor Navarro Quintero? Veremos entonces.
Comentarios