Castellón confía en la prudencia de actores para que la sangre no llegue al río
Oscar González Bonilla
25 de mayo de 2016
Es real la disputa entre los grupos internos por la rectoría de la Universidad Autónoma de Nayarit, sostiene Francisco Javier Castellón Fonseca, quien de esta manera descarta el rumor del pleito entre PRI y PRD, pero tampoco acepta sea lucha entre mafias universitarias por el reparto del botín.
“No es ni una cosa ni otra”, sostiene.
Hay desencuentro entre dirigencias: FEUAN y SPAUAN en apoyo a un candidato a rector, mientras en SETUAN respalda a otro. En tanto, seis candidatos más hacen su lucha por conseguir votos de concejeros.
Admite Castellón que es verdadera y efectiva además la discusión en las escuelas de la institución donde se cuestiona el actual modelo de gobernanza, que aceptan es un modelo caduco.
“Reclaman el funcionamiento de este modelo, a partir de que un concejo universitario sea quien elija al rector. Para mí es la mejor forma de elegir al rector. El asunto es como hacer llegar a la comunidad universitaria las mejores condiciones para que ésta opine y los concejeros puedan emitir su voto de la manera legítima”, explica.
El ex rector de la UAN en ningún momento pierde la esperanza de que los dirigentes universitarios lleguen a un acuerdo básico, capaz de generar concordia y civilidad en el proceso electoral interno.
Sin embargo, el actual presidente del PRD de Nayarit advierte que las redes sociales (en Internet) juegan un papel detonador de los conflictos. “Porque no es lo mismo lo que pasa en las redes sociales, a lo que acontece en la universidad. Son dos cosas distintas. Confío en la prudencia e inteligencia tanto de Luis Manuel Hernández (SETUAN) como de Ángel Aldrete (FEUAN), Carlos Muñoz (SPAUAN) y del propio rector Juan López para sentar las condiciones que permitan una elección tranquila el día martes 31 (mayo), y así el arribo del nuevo rector a quien deberemos apoyar todos”.
Considera Castellón Fonseca sui géneris el proceso electoral de la UAN, “no hemos vivido nunca un proceso así, y a muchas personas asusta”, pero confía que el asunto no pasará a mayores. Después de la elección del 31 de mayo, el entrevistado cree que los dirigentes universitarios, hoy enfrentados, unidos deberán buscar la manera de transformar la legislación para hacer permisivo el cambio de las condiciones de la gobernanza universitaria.
-¿Esto último representa abrir más el proceso a la democracia?
“Se requieren mecanismos de mayor consulta a la comunidad universitaria. La crítica es bien dirigida cuando se señala que los órganos de gobierno no tienen una relación directa con sus representados. No sólo basta elegir a los miembros del concejo, sino de que manera los miembros del concejo puedan y deban de tener mayor comunicación con sus representados. Ese problema surge en el momento de la elección del rector.
Creo que pasada esta elección se deben de generar estos mecanismos que permitan esa mayor comunicación de los concejeros con sus comunidades. Y por otro lado, ir generando que las discusiones políticas, que se tienen que dar en el concejo universitario, se den de una manera que sea el concejo quien decida que hacer”.
Es una percepción equivocada, ataja Castellón Fonseca al reportero de la gente cuando le expreso que la UAN tiene fallas de origen, se ha visto como botín económico y al margen se ha dejado el renglón académico.
-De diez años a la fecha, la UAN ha generado, por ejemplo, mayores profesores con posgrado, un incremento en investigadores nacionales, la mayor parte de los programas académicos están acreditados por organismos nacionales e internacionales.
Sin embargo, este avance en lo académico, que incluso la coloca en el lugar 30 de entre 500 universidades del ranking nacional, no se corresponde quizás con una vida comunitaria de mayor libertad, entonces es permanente la percepción de que nada se hace en la institución, pero no es enteramente cierto.
Creo que se ha avanzado en lo académico, pero no se ha tenido la capacidad de divulgarlo. Por otro lado, hay un funcionamiento en los esquemas de gobierno, a partir de los sectores, que quizá ahogue o asfixie a la academia.
Necesitamos un rector que tenga naturaleza académica, creo que ello es fundamental. Se los digo a los candidatos a rector cuando van a las escuelas y dicen que serán rectores gestores, me parece que están equivocados. Se ocupa un rector líder, no un rector gestor. Se ocupa un rector que sepa darle rumbo a la institución, no que sepa tramitar los recursos en las oficinas de gobierno.
Lo que ocupamos los universitarios es alguien que lideré precisamente procesos de discusión sobre la estructura académica, y que finalmente se convierta en un referente moral de los cambios universitarios.
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