Chisgarabís

LA MUERTE SE ENSAÑA

La muerte no se puede evitar, la mayoría de las veces llega cuando uno menos la espera.

Pero tal parece que en los últimos meses la muerte se ha ensañado con periodistas de Nayarit.

Cuando menos cuatro han perdido la vida, mismos que han fallecido a consecuencia de males añejos, algunos, otros atacados por el terrible cáncer que sorprende, pues es enfermedad silenciosa.

De los últimos cuatro periodistas fenecidos, sus edades fluctúan entre los 56 a 75 años de edad, es el caso de Albino Lemus Chávez, César Adán Rentería Velázquez, José Torres Zamora y Armando Altamirano Cendejas.

¡Claro que todos los sexenios gubernamentales han tenido su cuota de periodistas fallecidos!, pero el de Roberto Sandoval se ha significado por contabilizar cuando menos doce en los cuatro años y ocho meses de administración.

Pero no es que el gobernador de Nayarit tenga responsabilidad en el deceso de doce compañeros, no de ninguna manera, sino que para mala fortuna la guadaña de la muerte ha caído implacable, como nunca, sobre el sector de los comunicadores.

Han dejado de existir en los últimos cuatro años y meses Francisco Javier Ocampo Mondragón, Pedro Jaime Batista, Enrique Vargas López, Pedro Pulido Alegría y Arturo Zúñiga Estrada.

También han muerto por diversas enfermedades Cecilio Cervantes Testa, José María Narváez Ramírez y Roberto Arce Burgueño, así como los ya mencionados: Albino Lemus Chávez, César Adán Rentería Velázquez, José Torres Zamora y Armando Altamirano Cendejas.

Por fortuna, ninguno de estos colegas ha sido víctima de agresión, derivada de su actividad periodística, sino que se puede decir que su deceso fue a consecuencia de males que traen aparejados diversas enfermedades.

El ruego es que frene la actividad de la calaca contra periodistas. Y lo curioso es que en Nayarit la muerte se ha llevado sólo a hombres, pero tampoco deseamos que lo haga contra las mujeres, no, de ninguna manera.