Oscar González Bonilla
04 de marzo de 2016
Se apoderó el miedo entre la inmensa mayoría de los habitantes de Nayarit ante la presencia del virus que contagia la influenza.
Las autoridades de Salud del gobierno de la gente aceptan que tan sólo un deceso se ha registrado a consecuencia de la influenza denominada H1N1. Se trata de una mujer de 31 años de edad del municipio de Tepic, sin vacuna, hipertensa y obesidad mórbida
Oficialmente también se dio a conocer que son 40 (a estas alturas el número debe ser mayor) los casos de influenza confirmados por medio de estudios de laboratorio.
Ello apuró a las autoridades sanitarias de los tres niveles de gobierno a coordinar esfuerzos con el objetivo inmediato de conseguir vacunas y enseguida aplicar las 18 mil 500 dosis hasta hoy sumadas en toda la entidad.
Sin embargo, los brotes de supuesta influenza se dieron por doquier. Los hospitales públicos y también algunos privados fueron rebasados en su capacidad por el inexplicable brote de gripe, acompañada de fiebre y dolor de cabeza intenso.
Todo el mundo niega las cifras alegres del gobierno de la gente, el conocimiento entre la población de personas afectadas por el virus es mayúsculo. Pero la realidad es que la inmensa mayoría enferma no cuenta con estudios de laboratorio para certificar la presencia del virus en su cuerpo.
Los habitantes salieron de sus casas para acudir a los centros de vacunación ante el temor de ser víctimas del despiadado mal, causante de muerte, versión que permeó en la opinión pública. Largas fueron las filas de personas, hoy más cortas, que pretendieron salvar la vida mediante la cura milagrosa.
Nuevamente la realidad rebasa al gobierno de Roberto Sandoval, quien todo hace suponer que ha escogido a funcionarios sin la capacidad suficientemente requerida. Otra vez la oficialidad reaccionó tarde, lo hizo cuando ya el problema lo tenía encima.
Es verdad que es una situación imprevista, muy difícil de predecir. Pero un jefe de Salud con la experiencia, suficiente visión y necesaria capacidad en estos menesteres, asume medidas de prevención por si las dudas. La vacunación, como lo hace el IMSS en octubre de cada año con sus derechohabientes, debe ser por parte del gobierno estatal a población abierta, con preferencia a niños y ancianos.
Pero siendo realistas, el gobierno de la gente da tumbos financieros, casi está en la inopia, no tiene el dinero suficiente como para adquirir los medicamentos necesarios para eficientar la medida de prevención, de atacar la contingencia sanitaria. El gobierno federal en varias ocasiones ha jalado de las greñas al gobernador para sacarlo del agua que lo ahoga.
Pero para evitar la propagación del virus a través del mosquito aedes aegypti, se hace muy necesaria la campaña de descacharrización, desechar depósitos y cubetas de agua que sirvan de criadero para las larvas. De parte del gobierno deben entregarse didácticos panfletos, pues la incultura de muchos nayaritas pobres los hace caer en la desidia.