Diálogos por Nayarit

(Ponencia)

En el espléndido marco de este ejercicio denominado “Diálogos por Nayarit”, se hace posible una aportación cuyo propósito es realizar una contribución a la comprensión de la realidad de nuestro estado, en el marco de su inserción en la dinámica del modelo neoliberal del capitalismo mundial, al que se ha caracterizado como “salvaje”, en virtud de los procesos depredadores a que ha dado lugar. Sin pretensiones exhaustivas, ni academicistas este breve documento es apenas una pequeña contribución a una caracterización del momento económico y social de Nayarit considerado desde la óptica de la injerencia del capital trasnacional en la entidad, para lo cual me permito presentar una opinión centrada en la presencia del capital extranjero en áreas de inversión determinadas, específicamente el turismo, la agricultura y la minería. Se parte del principio de que la presencia de capital trasnacional ha significado una desgracia social no sólo por los efectos nocivos en el medio ambiente y el entorno ecológico, que son conocidos en todo el mundo, sino por los procesos que han implicado un incremento de la descomposición social en el caso del turismo en los municipios de Compostela y Bahía de Banderas, en la llamada Riviera Nayarit.

Turismo: En su interesante tesis doctoral, Ulises Castro y Jorge Humberto López presentan el documento “Desarrollo Regional y Turismo: Revisión histórico estructural de la Riviera Nayarit, México” obsequiándonos un panorama que describe la evolución de la región Compostela- Bahía de Banderas desde los años setenta del siglo pasado hasta años recientes, en el contexto del capitalismo mundial, señalando: “La consolidación del capitalismo como modo de producción global y los efectos que de ello se derivan al rebasar las fronteras geográficas, históricas, culturales y sociales, genera influencias diversas en las naciones, culturas y civilizaciones, haciendo que el fenómeno del desarrollo sea cada vez más complejo”, afirmando que la región pasó de ser predominantemente agrícola en los años setenta, a experimentar una veloz terciarizacion económica a partir de los años ochenta, registrándose un acelerado proceso de inversión en infraestructura turística hasta años recientes, no obstante, “el cambio estructural de la región costa sur con base a los servicios y en particular al turismo, no se muestra muy favorable en la distribución de la riqueza producida hacia el factor trabajo”

Es visible que ante todo Nayarit necesita sacudirse la continuidad de gobernantes vinculados a la tradición corporativa. De los hijos y los hijos de los hijos de las mismas familias de siempre, depositarios y herederos de la cultura priista, apellídense Cota, Mejía, Flores, Domínguez, Echevarría o denomínense “Layín”. Todos ellos están cortados por la misma tijera del régimen dominante. Ninguno de ellos aspira a gobernar Nayarit para echar andar un proyecto que beneficie al pueblo, todos buscan lucrar con el gobierno, aprovechar su estancia en la administración para amasar fortuna o incrementarla y favorecer a sus allegados, por más que juren y hasta firmen promesas ante notario público, sobre todo con la calidad de varios de estos notarios con títulos de universidades patito. Nayarit necesita un proyecto para impulsar el Poder Popular, colocando la asamblea que delibera en centros de trabajo, barrios urbanos y comunidades rurales, analiza y decide sobre los asuntos fundamentales de la vida social, que inicie un ejercicio profundo de democracia participativa, valiéndose de los instrumentos de la democracia directa, que inviertan la pirámide del poder posibilitando que las decisiones sean tomadas de abajo hacia arriba y no como hasta hoy sucede. En suma, Nayarit necesita un gobierno que mande obedeciendo, única forma de derrumbar el envejecido edificio del corporativismo y la “democracia” que le convienen al capital trasnacional, a los grupos económicos dominantes de la oligarquía local y sus representantes en el gobierno. En suma, Nayarit necesita un gobierno al servicio del pueblo y no de los grandes ricos del capital privado y socios de las mafias políticas tradicionales que llevan un siglo mamando y dando de topes, haciéndose de mulas Pedro. Porque es muy bonito heredarse el gobierno para continuar amasando riqueza a costa del atraso social y la depredación de la naturaleza, como lo pretenden todos los que está apuntados desde el PRI, el PAN y sus socios del PRD, pero eso no es lo que le conviene a Nayarit. De acuerdo a registros de la Secretaría de Energía y el Servicio Geológico Mexicano (SGM), hasta 2011 la superficie concesionada a 459 empresas y particulares  para actividades mineras era del orden de las 606, 018 hectáreas, lo que corresponde al 21.68 por ciento del territorio estatal. Para efectos de estudio y explotación “El estado se puede dividir en 10 regiones mineras que comprenden 10 distritos y 12 zonas mineralizadas de minerales metálicos. Los distritos mineros corresponden a localidades donde se ha desarrollado actividad minera organizada, mediante la apertura de obras mineras y plantas de beneficio, que han dado lugar a la producción minera del estado”, misma que ha de registrarse en la ciudad de Guadalajara y que en la entidad explotan o exploran empresas extranjeras canadienses (Rochester Resources Ltd. entre otras), británicas (Vane Minerals Group) y estadounidenses (Abot Mining Co.) y particulares dedicados a la explotación minera en yacimientos de oro, plata, zinc, manganeso, plomo, hierro, estaño y otros minerales desde Huajicori hasta La Yesca y Compostela sin que el pueblo de Nayarit siquiera esté enterado de la existencia de esos minerales y del destino de esa riqueza del subsuelo. Eso es muy conveniente para las empresas trasnacionales y algunos empresarios privados pero no lo es para los pequeños mineros, gambusinos y el pueblo en su conjunto, por lo que Nayarit necesita pedir cuentas del saqueo del subsuelo y reclamar los beneficios de una reorientación de la actividad minera. La nefasta empresa gringa Monsanto hace años sentó sus reales en Nayarit y desde Santiago Ixcuintla hace de las suyas, contando con el silencio cómplice y la colaboración de los gobiernos federal, estatal y municipal, así como de los diputados, a quienes les tiene sin cuidado el daño que esta empresa trasnacional ocasiona al campo nayarita y eventualmente a los consumidores de maíz cancerígeno que inundará las tortillerías de Nayarit. En la llamada Riviera Nayarit, en los municipios de Compostela y Bahía de Banderas se impuso, de la mano de los gobiernos priistas (con la bendición del PAN y el PRD) el modelo turístico depredador que portan las grandes cadenas hoteleras trasnacionales como Four Season, Iberostar, Mayan Palace y demás incrustadas en Nuevo Vallarta de la mano de un grupo de inversionistas italianos, con nacionalidad canadiense y nexos en Nueva York, que privatizan las bellezas naturales y destruyen el entorno social, eso NO necesita Nayarit, al menos no su pueblo, que sí reclama  y necesita un modelo de turismo distinto, respetuoso del entorno natural y socialmente incluyente. Bahía de Banderas, ahora emblema de la inversión turística trasnacional constituye un vivo ejemplo de que la dinámica del capitalismo mundial ha cambiado la fisonomía de Nayarit, pero no ha sido para romper con los viejos moldes, con los feudos políticos, sino para acordar con ellos las nuevas condiciones del entorno económico y social, marcado este último por el arribo de corrientes migratorias provenientes de otras regiones de México, que han modificado la composición demográfica de la entidad.

Lejos de favorecer la conformación de nuevos actores sociales, políticos y económicos, el neoliberalismo, luego de la derrota del modelo del capitalismo originado por la Revolución Mexicana, acentuó el atraso social pactando con los políticos tradicionales que heredaron a una “nueva” generación de familiares y allegados sus relaciones con el poder. A través del tiempo los mismos de siempre supieron acomodarse a la irrupción del capital trasnacional.

Sería ocioso repetir lo que es sabido, en el terreno de cada sector de la economía, las críticas al modelo dominante y las propuestas alternativas se pueden rastrear en experiencias productivas, financieras y comerciales. Tesis doctorales, trabajos profundos de investigación y experimentos empresariales señalan caminos ciertos a la conformación de un sendero cuya dirección es clara: se puede irrumpir en la actividad agrícola, ganadera, pesquera, minera, comercial, financiera e industrial con modelos de economía social alternativos que es posible oponer a los proyectos del gran capital trasnacional instalado en la lógica del saqueo y el lucro sin escrúpulos.

Jueves 25 de febrero de 2016