Tepic, Nayarit, sábado 23 de noviembre de 2024

¿Regresará el clan echevarrista al poder?

Francisco Cruz Angulo

02 de Febrero de 2016

El clan familiar cuyo patriarca es el propietario del grupo Álica Antonio Echevarría Domínguez convocó el jueves pasado a un desayuno de amigos (no acarreados) a recordar el inicio de su lanzamiento como aspirante a la gubernatura de Nayarit hace 18 años. De aquella reunión de amigos derivó lo que más tarde se construyera la denominada alianza por el cambio integrada por los partidos PAN-PRD-PT y PRS misma que lo llevó al poder ejecutivo estatal en los comicios de 1999.

Empero, esa reunión de amigos fue el inicio formal para que el joven empresario Antonio Echevarría García, hijo del ex gobernador Antonio Echevarría Domínguez y la senadora panista Martha Elena García anunciara su decisión de encabezar un movimiento de reivindicación política y social  en Nayarit con el propósito de “combatir los malos gobiernos corruptos y autoritarios que han soportado los nayaritas durante los últimos 10  años de gobierno”.

Aunque Toñito no lo dijo abiertamente dejó entrever a los asistentes sus pretensiones de aspirar a ese alto cargo público.

Como ciudadanos, claro que tiene todo el derecho de aspirar a la silla gubernamental independientemente de su posición económica y de su condición de hijo de los ex conyugues que arribaron a puestos de elección popular.

Sin embargo había que hacer algunas reflexiones al respecto.

¿Cuál es el capital político que hoy detenta el joven empresario Antonio Echevarría García? Evidentemente posee experiencia hasta el día de hoy de hacer más rentables las empresas del grupo Álica, pero en política y administración pública es un novato. Lo poco que conoce es por medio de los dichos de sus padres.

Si el joven Toño pretende emular la experiencia política de su señor padre cuando éste ocupó la gubernatura de Nayarit nadie podrá poner en tela de juicio que fue un buen administrador y no dejó endeudado al Gobierno Estatal.

Sin embargo el “gobierno del cambio” nada hizo por transformar las viejas estructuras de los gobiernos priístas que lo antecedieron pese a que en los primeros tres años de su gobierno tuvo a su favor la mayoría en el Congreso del Estado. Administró y dirigió al gobierno como si fuera una extensión de sus empresas.

Recordemos que cuando los partidos de izquierda aliancistas demandaron cumplir la política social marcó distancia a grado tal que echó de la subsecretaría de gobierno al líder perredista Guadalupe Acosta Naranjo e incluso lo metió a la cárcel. De ser los perredistas uno de sus principales aliados calificó y continúa calificando a sus dirigentes como una banda de bribones que venden como puercos flacos a sus aliados. Este mismo calificativo se lo advirtió al hoy presidente municipal de Tepic, Dr. Leopoldo Domínguez en el momento en que se concretó la alianza PAN-PRD antes de los comicios estatales del 2014 y luego con tal descaro felicitó públicamente el triunfo arrollador del candidato aliancista. Vaya contradicciones.

Ahora bien si se hace una comparación objetiva cualitativa y cuantitativamente del gobierno echevarrista saltará a la vista  la enorme distancia en obra pública y programas sociales respecto a la actual administración gubernamental que encabeza Roberto Sandoval.

En obra pública lo más relevante de el régimen echevarrista fue la creación de la Universidad Tecnológica de Nayarit; de allí en fuera cuesta trabajo recordar otra obra de gran relevancia social.

De la ex diputada y hoy senadora Martha Elena García lo relevante de su gestión como legisladora fue el haber participado activamente en la creación de leyes de protección a los derechos de la mujer y a los de la niñez de nuestro país.

Incluso durante su participación como candidata a gobernadora del Estado por el blanquiazul ganó un gran respaldo popular. De haberse construido una alianza PAN-PRD-PT seguramente hoy sería la primera gobernadora de Nayarit.

El joven aspirante Echevarría García deberá tener en cuenta que las circunstancias políticas y económicas de Nayarit y de nuestro país no son las mismas que en el año de 1999.

Hoy en día todos los partidos políticos carecen de credibilidad ciudadana. De igual manera está harta de políticos corruptos, prepotentes y demagogos. Las alianzas del PAN-PRD no son creíbles por el hecho de estar sustentados no en proyectos alternativos de gobierno sino en el reparto del botín electoral en el que prevalece la falta de principios ideológicos y programáticos y de ética pública.

La misma crisis de credibilidad la tiene la otra alianza progubernamental encabezada por el tricolor a menos que éste partido recupere la confianza ciudadana  que ha decrecido en la última década.

Por último vale la pena destacar que en el susodicho desayuno estuvieron militantes del PAN, PRD y MORENA. ¿A caso ya se perdonaron sus agravios y descalificaciones mutuas entorno a construir una alianza con el proyecto político-empresarial de corte patrimonialista?..

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