Ya llegó abril
Blas Zamudio
15 de abril de 2015
Tenemos en los días que corren, una propaganda electoral abrumadora cuya tendencia es hacer hincapié en el aspecto político de la democracia, más que en el aspecto económico vemos que una parte del pueblo entrega sus derechos políticos a cambio de promesas, pero que descubre muy pronto que ha hecho un mal negocio ya que es impotente si las promesas no se cumplen, ya encarrerados, tenemos algunos pendientes que comentar.
¿Cuántos ciudadanos se empadronaron? De las mismas cifras oficiales se desprende que el abstencionismo alcanzó entre hombres y mujeres el número de votantes.
¿Cuántos ciudadanos empadronados no votaron? Si se celebra “una elección de ciudadanos” con una pequeña minoría; si hay minoría de votantes, la democracia no funciona tan bien como el gobierno asegura.
La ausencia mayoritaria es un hecho, es decir millones de mexicanos han llegado al convencimiento de que su voto no es tomado en consideración.
Pero también eso del abstencionismo tiene que ver con la presencia de los partidos a los que se les permite participar en el “juego democrático”.
Queda pues establecido que en México las elecciones no reflejan la opinión mayoritaria del país, al mismo tiempo que es un índice para conocer la debilidad de las organizaciones políticas consideradas “legales”, incluso la creciente bancarrota ideológica de las mismas.
El caso concreto del PRI, que es una máquina electoral, una dependencia gubernamental destinada específicamente a mantener el control del aparato estatal, sin olvidar la dosis de demagogia necesaria, cuando tira una cuantas migajas para beneficio del pueblo.
El PRI tiene fuerzas para atribuirse sus “victorias” electorales, no solo por el fraude, su fuerza proviene más que de una filosofía política, de la corrupción a gran escala, sobre todo del control cerrado que se ejerce sobre las organizaciones sindicales de obreros, y sobre agrupaciones campesinas y de empleados.
Tarea indispensable es por lo tanto, luchar por la independencia del movimiento obrero y campesino, no sólo por objetivos económicos inmediatos y sus derechos laborales, sino por conseguir una verdadera libertad de filiación política y un desarrollo de la conciencia política del pueblo.
*Secretario General del Partido Comunista Mexicano de Nayarit.
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