La pobreza en el México capitalista

Ya han pasado muchos años desde que en 1844 Carlos Marx hiciera una crítica a los científicos sociales de su época, a David Ricardo y Stuart Mill entre otros. Estos personajes fueron analizados por el aún “no marxista” joven Marx, quien puso en claro que los teóricos de la economía política estaban faltos del método dialéctico el cual permitía apreciar a mayor profundidad los problemas sociales. En ese entonces el joven Marx aún no llegaba a su "materialismo dialéctico" o mejor dicho a su “concepción materialista de la historia”. No obstante, la dialéctica hegeliana y su crítica a la filosofía y a la dialéctica de Hegel le habían proporcionado la oportunidad de crear su método de “análisis-lógico-dialéctico". Fue tan contundente este instrumento de "análisis-lógico-dialéctico" que incluso desde “dentro” de la economía política clásica no sólo localizó sus inconsistencias sino también, las contradicciones subyacentes de tal teoría. Y allí por primera vez en la historia del pensamiento social se puso de manifiesta junto con su esencia, la existencia de la contradicción entre "riqueza y miseria". Allí se señaló por primera vez en la historia de la humanidad que la miseria no sólo es consecuencia, sino a la vez causa de la riqueza  y que, en el capitalismo no pueden existir la una sin la otra, esto es, son una unidad dialéctica.

Llama la atención como a más de 170 años de distancia de estas reflexiones los "expertos" en economía y ciertos "marxistas" contemporáneos no comprendan aún el desarrollo del capitalismo y planteen la solución de la miseria dentro del propio  régimen de producción capitalista. Estos librepensadores no han entendido todavía que el crecimiento económico de México se debió, se debe y se seguirá debiendo al capital en general y que hoy como país nos encontramos inmersos en el capitalismo global. No se ha comprendido la esencia del capital, el cual no tiene otro camino para valorizarse que apropiarse de la riqueza económica producida por sus trabajadores asalariados. Y no importa se llega vía USA o vía China. A su llegada explotará la mano de obra que halle disponible.

A propósito, al Cono Sur ya arribó el capital de procedencia china. Se prevé un crecimiento de la inversión en la industria. Los empresarios chinos plantean producir en Latinoamérica las mercancías que venden en la región. En lugar de comprar las materias primas y arrastrarlas hasta la República Popular China para producir allá lo que después se vendería en el mercado regional, mejor piensan procesar en Latinoamérica lo que venderán en el continente Americano. De esa manera se ahorra por lo menos el doble costo de arrastre, el de llevar las materias primas al país asiático y el de traer desde China los productos ya elaborados. De concretizarse, esta inversión china daría ocupación a muchos de los latinoamericanos actualmente desempleados y en especial a los mexicanos desempleados  y a los jóvenes recién egresados de las universidades. Pero de ninguna manera dicha inversión será la solución del desempleo y de la miseria. Sin embargo quienes no comprenden la lógica del desarrollo capitalista insisten en programas asistenciales como oportunidades para la educación, Seguro Popular para salud, Prospera para mitigar el hambre, etc. Desde luego que su impacto es irrelevante dada la restricción del Gasto Público para asuntos sociales. Lo peor del caso es que funcionarios del gobierno de la República estén esperando saber quiénes han salido de su condición de pobreza cuando la tendencia es al contrario, a aumentar el número de mexicanos pobres. En fin.