Los amores entre Cuba y USA

Dicen que llevaban en el amasiato más de un año pero decidieron formalizar la relación; que los alcahuetes fueron el Papa Francisco y los canadienses; que se pasaron el chicle de boca a boca; que por el amor que existe entre ambos se olvidaron las ofensas del pasado; que los presos dejaron de tener cuentas pendientes en las respectivas justicias; que muy pronto se novelará este idilio. Todo es amor entre Cuba y EEUU; un amor interrumpido temporalmente por el celo; un amor que será más intenso en la reconciliación.

Desde luego que la relación entre los dos gobiernos tendrá sus repercusiones en la economía, no únicamente de los dos países sino en la economía de toda Latinoamérica y de China. El viraje del timón del sistema cubano objetivamente ya se había hecho una necesidad. La vieja aspiración del socialismo se vio frustrada por la incompetencia de los dirigentes de los países socialistas; en realidad no avanzaron rumbo al comunismo, se quedaron en una especie de capitalismo de estado; no tocaron en lo esencial a la propiedad privada, simplemente la extendieron a una propiedad privada estatal; y ante la incapacidad económica de esos estados “socialistas” para enfrentar en el mercado a los países capitalistas, optaron por devolver a los particulares parte de las atribuciones en materia económica que el “Estado Socialista” poseía. La categoría distintiva del capitalismo no desapareció en ninguna de las dos circunstancias; seguía existiendo el trabajo asalariado y en consecuencia, la explotación; una parte del trabajo creado por los “asalariados socialistas” iba a parar al bolsillo del “Estado Socialista”. Lo grave del asunto no es este simple hecho, sino el que los salarios estaban por debajo del nivel de la satisfacción social; esta situación enmarcaba a los “obreros socialistas” en la línea del pauperismo relativo y en algunos “países socialistas” hasta del pauperismo absoluto como lo estipuló Marx. Ante una situación de esta naturaleza no se puede hablar de socialismo o de un sistema orientado hacia el comunismo. Simple y llanamente con el nombre de “socialismo” se encubría un “capitalismo de estado”. Por eso fue relativamente fácil para el capitalismo mundial, cuando éste llegó a su fase de desarrollo del “capitalismo global”, incorporar sin tapujos a su férula a esos llamados países socialistas; en esencia se trataba de lo mismo, de la explotación de los trabajadores asalariados. Cae el famoso bloque socialista, que hasta cierto punto venía cumpliendo la función de “muro de contención” de los excesos capitalistas. China desde finales de los años 70 del siglo pasado ya había girado el timón a 180º, sin disimulos dijo que iba a una “economía de mercado”, o sea, al capitalismo. Cuba había seguido primero el modelo soviético y después se quedó sola. El capitalismo de estado cubano siempre estuvo presente aunque con severas dificultades. Para los cubanos la relación con USA fue un martirio hasta hace poco tiempo. Desde luego que la economía cubana se integra de lleno al capitalismo global; ya lo ha dicho Raúl Castro en varias ocasiones que no puede haber desarrollo sin inversión extranjera; y no se refiere en lo absoluto a la inversión de los chinos, por el contrario, al lado de la inversión China está contemplando la inversión norteamericana y la inversión europea. No pasará mucho tiempo para que veamos resurgir la industria del turismo en la isla de Cuba. México verá afectada su actividad turística por el resurgimiento turístico de los cubanos. Las grandes inversiones, los grandes capitales volverán a Cuba. En fin.