La modernización del SPAUAN

El Sindicato de Personal Académico de la Universidad Autónoma de Nayarit, SPAUAN por sus siglas, surgió de la lucha reivindicativa de los académicos agrupados en la Federación de Catedráticos Universitarios de la UAN, dirigida por José Luis Rodríguez (a) “El Tobi” quien sería el primer secretario general del sindicato. Eran tiempos convulsos y violentos los que la “máxima” casa de estudio vivía; el campus universitario tenía mucho parecido con cualquier campo de batalla del medio oriente; las pláticas habituales eran sobre calibres de armas; los equipos de trabajo más bien parecían grupos de pandillas; el pandillerismo se daba al interior de las escuelas y entre las mismas escuela; la pandilla de la escuela fulana contra la pandilla de la escuela mangana; difícilmente se lograba saber quiénes eran los pacíficos y quienes los violentos o, quiénes eran los buenos y quienes los malos; daba la impresión que todo mundo andaba armado en el campus universitario. Y por si fuera poco, no pasó mucho tiempo para que SPAUAN y Rectoría escenificaran un desafortunado y violento enfrentamiento; no había tiempo ni espacio para pensar en la ciencia, o cuando menos, en la academia; los académicos tuvieron que adecuarse al ambiente, comprar su arma o darse de alta en alguna pandilla. Todo era tan violento que hasta el gobernador Rogelio Flores Curiel violentó la vida institucional de la universidad para imponer a un rector; desconoció por sus pistolas al Concejo General Universitario y nombró uno espurio que eligiera al magistrado Germán Rodríguez Jiménez como nuevo rector de la UAN. Al tiempo y como consecuencia de la violencia, en el mismo periodo gubernamental de Rogelio Flores Curiel mataron a tres trabajadores universitarios. Desde luego que las organizaciones FCUAN-SPAUAN no estuvieron al margen de los acontecimientos ni de la violencia.

Así llega el sindicato al cambio de estafeta en donde Héctor Béjar Fonseca asume la dirigencia, la secretaría general. Pasar de la vida violenta a una vida académica no es asunto simple ni fácil; la dificultad se encontraba en el ambiente y en el conflicto que todavía existía entre la rectoría y el sindicato. Para ese entonces el gobernador Emilio M. González imprimía su estilo democrático, participativo de gobernar, el cual se tenía que reflejar en el campus universitario. El SPAUAN se adecuó al momento y abanderó la academización de la Universidad. Provocó y creó espacios para que los maestros acreditaran sus estudios, hicieran y expusieran sus investigaciones, complementaran sus estudios, obtuvieran una percepción homologada con la UNAM, etc. Fue un movimiento de conciencias y estructuras sindicales que impactaron en la administración rectoral al grado de crear símiles; el CIDA tuvo por símil al naciente departamento de investigación, el nodo de matemática educativa al programa de matemática educativa, etc. Los momentos de ese entonces requerían un sindicalismo autogestivo y académico; fueron los tiempos de mayores logros salariales y académicos.

Pasaron los años y hoy llegamos a un SPAUAN con grandes y mayores retos que los anteriores. En el tiempo contemporáneo se vive dentro de un capitalismo global; la vida de los universitarios está indisolublemente vinculada a la vida universitaria de otros países; los académicos cada día tienen que medirse con académicos de otros países, ni siquiera con académicos de otras universidades del país; los estudiantes demandan cada día más acercamiento con las competencias de los estándares internacionales. La exigencia de capacitación y formación docente de los académicos universitarios es cada día mayor. Y al SPAUAN se le plantea como una necesidad objetiva su modernización. Se están dando los primeros pasos: modernizar su normatividad. Ojala que su dirigente Carlos Muñoz alcance a modernizarlo. En fin.