Ecos del 3er informe de gobierno

Ya fue el informe y la glosa en el congreso local. Los medios todavía comentan lo informado y lo glosado. Las disputas sobre lo “bueno o malo” del contenido del informe y de lo glosado todavía se mantienen vivas como si acabaran de pasar los sucesos. En ese ambiente polémico se inscriben estos ecos.

Para contextualizar el momento recordemos simplemente que el país está sometido en cuerpo y alma a la economía norteamericana y al capitalismo global. La gran economía mexicana depende de las exportaciones a Norteamérica. Desde Miguel de la Madrid a la fecha las presidencias de la República que han sido ocupadas por priistas y panistas se han empeñado en convertirnos en satélite de la economía de USA; de entregar la soberanía alimentaria a los intereses económicos de los empresarios residentes en Estados Unidos; de hacernos un “país periférico del imperialismo yankee”; de convertir a México en un país unilateralmente dependiente. Esta miopía de quienes nos han gobernado se ha traducido en desaceleración para la economía mexicana; se ha convertido en una distorsión del aparato productivo el cual está constituido por dos circuitos: el circuito conectado con las empresas norteamericanas y el circuito formado por los mini-micro empresarios, pequeños y medianos industriales encargados de los mercados locales o de barriada, cuando más regionales y casi ninguno nacional. Este es el panorama de la república y de la entidad. Empresas quebradas y por tanto cerradas. Mano de obra liberada o desplazada de sus puestos de trabajo. Un extraordinario crecimiento de la economía informal como único recurso para no morirse de hambre, etc. En este contexto no únicamente se da el 3er informe de gobierno de Roberto Sandoval Castañeda, sino se dan los cambios constitucionales de las presidencias municipales de Nayarit. Desempleo, carencia de puestos de trabajo, crecimiento de la informalidad, mendicidad en algunos lugares, pobreza alimentaria de los nayaritas, etc., son las características del momento. Y ante tal escenario es de vital importancia la definición de las políticas públicas. Estas deben responder a las interrogantes: ¿Qué hacer ante tal situación? Y ¿Cómo hacerlo? El gobierno del estado ya lleva tres años pero, el gobierno municipal de la capital del estado lleva solamente unos meses de ejercicio del Poder Público.

Que se trasluce en el informe de Roberto Sandoval: apoyo a los mini-micros-comercios de barriada con créditos prácticamente a la palabra, cursos de capacitación para el trabajo y apoyos para quienes quieran autoemplearse, convencimiento a empresarios y trabajadores para que se integren a los cauces de la formalidad, convencimiento a empresarios fuertes para que inviertan sus capitales en Nayarit, incremento a la capacidad adquisitiva de los trabajadores al servicio del estado, etc. Indudablemente que no se puede estar en contra de estas acciones o políticas. Más aún, debería criticársele por no representar un porcentaje significativo el número de beneficiarios, esto es, deberíamos exigir al gobierno que estas políticas y acciones se extendieran aún más a la población. No resuelven el problema aunque si ayudan a soportar los flagelos del neoliberalismo. Desde luego que van en sentido contrario al planteamiento del capitalismo transnacional, el cual pretende matar de hambre a los trabajadores con el único propósito de tener una ganancia extraordinaria y de quitarse de enfrente a los competidores nacionales que no se modernizan en sus procesos productivos y de organización empresarial. Estos y otros aspectos del informe debieran discutirse a fondo porque representan ecos de las políticas de la Revolución Mexicana hecha gobierno, de ese Estado que el neoliberalismo se encargó de desmantelar y que AMLO pretende restablecer. En fin.