Blindaje a las elecciones del 2015
Francisco Cruz Angulo
08 de octubre de 2014
Ayer inició formalmente el proceso electoral federal en 17 estados de la república en donde serán elegidos 9 gobernadores, presidentes municipales, diputados locales y 500 diputados de mayoría relativa y plurinominales a la próxima legislatura federal.
Todos los partidos políticos sobre todo los tres más importantes, PRI, PAN y PRD tendrán que actuar con una enorme responsabilidad cuando elijan a sus candidatos.
Comento lo anterior porque en los últimos 10 años las mafias delincuenciales han filtrado a su gente en los puestos de elección popular primordialmente en los ayuntamientos y de esta manera controlar los cuerpos policiacos municipales.
Lo anterior lo podemos constatar en municipios de los estados de México, Veracruz, Tamaulipas, Michoacán, Morelos y en días pasados en Guerrero cuando un grupo de policías municipales de Iguala asesinaron a balazos a 5 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa a un joven jugador integrante de un equipo de futbol de Chilpancingo y a dos civiles más. Luego los mismos policías secuestraron a 43 estudiantes de esa misma normal. Hasta hoy están desaparecidos.
Según las pesquisas que realizan las autoridades estatales y federales que investigan este dramático caso todo parece indicar que fueron asesinados por un grupo de sicarios denominados “guerreros unidos” pandilla de criminales que desde hace años controla ese municipio guerrerense cuyo alcalde José Luis Abarca Velázquez es de militancia perredista de la corriente de los “chuchos”, por cierto hoy prófugo de la justicia al igual que su secretario de seguridad pública.
Al igual que el estado de Michoacán gobernado por el priista, Salvador Jara, el estado de Guerrero está convulsionado por los grupos criminales y grupo políticos adversos al gobernador del estado Ángel Aguirre quienes se disputan la gubernatura del estado en el 2015.
Los medios de comunicación en aquella entidad apuntan que en el secuestro y desaparición de los normalistas pudieran estar implicadas la clase política en contubernio con ese grupo criminal. Si miramos retrospectivamente lo ocurrido en Michoacán en donde quedó al descubierto las relaciones de complicidad entre decenas de alcaldes con el jefe de los templarios, Servando Gómez alias “La Tuta” e incluso hasta el ex secretario general de gobierno y gobernador interino en sustitución temporal del gobernador Fausto Vallejo, Jesús Reyna García; y más aun el hijo del señor Vallejo, mismos que hoy están siendo procesados penalmente, por lo que podemos concluir que nuestras instituciones fueron copadas por el hampa organizada.
Ante esta dramática situación que viven algunos estados de la república los partidos políticos y el Instituto Nacional Electoral (INE) deben ser más rigurosos en el escrutinio de la biografía personal de los candidatos a puestos de elección popular.
No olvidemos la dramática y larga historia de Colombia cuando el cártel que lideró Pablo Escobar logró filtrar a sus compinches en el poder legislativo federal en las fiscalías, juzgados y hasta en los partidos políticos durante varias décadas.
Si bien el gobierno de Peña Nieto logró la captura de el Chapo Guzmán, líder del cártel de Sinaloa y de Héctor Beltrán Leyva y desmembrar el grupo criminal de los Caballeros templarios comandado por Servando Gómez “La Tuta”, eso no ha revertido la violencia criminal hoy protagonizada por grupos criminales más violentos y sanguinarios como los que pululan en los estados de Guerrero, Estado de México, Tamaulipas y Veracruz.
Se cortó la cabeza de la hidra, pero surgieron cientos de cabezas, ahora sin control.
Ante tales evidencias de poco ha servido la asignación de millonaria suma de dinero en seguridad pública si el huevo de la serpiente se amamanta en las mismas entrañas de nuestro sistema político mexicano.
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