Charla en economía de la UAN

Era un día normal, un jueves 18 de septiembre del 2014. Me habían citado a las 11 de la mañana en el auditorio “Carlos Marx” de la Unidad Académica de Economía. El viejo edificio cuyo mural costó grandes pleitos había sido cambiado por otro más moderno. Quedaba en pie una vieja práctica: la cafetería y el adorno de las jardineras con la presencia de los jóvenes estudiantes y uno que otro docente. Llegué poco antes de la hora indicada. Me apronté en el auditorio pero solo había dos jóvenes haciendo las instalaciones para la charla. De inmediato me di cuenta que no me conocían. Pásenle y pueden sentarse donde ustedes quieran nos dijeron a mí y a mi esposa que me acompañaba. Escogimos la última fila y les dijimos que para salirnos por si no nos gustaba la conferencia. Y allí estuvimos un buen rato. Al poco tiempo llegó una de mis hijas y nos salimos a comprar un café. Tuvimos que trasladarnos a la lonchería de Turismo porque en la cafetería de Economía solamente había café soluble. En la Unidad Académica de Turismo no faltaron los conocidos a los cuales saludé y por mi temor a hacer el ridículo, no los invité a mi charla. Nos regresamos y al llegar de nuevo al auditorio ya nos encontramos con la presencia de algunos investigadores y alumnos de Economía. Allí de pronto me acordé de María Isabel Villoro cuando uno de los jóvenes que estaba acondicionando el auditorio se refiere a mí como el papá del maestro Camelo. Eso sucedió cuando para referirnos al filósofo Luis Villoro, hace poco menos de 30 años nos referíamos como al papá de Chabela.

El cuerpo académico “Economía urbana regional y migración” organizó una conferencia sobre “Un nuevo orden económico mundial a partir del surgimiento de los BRICS”. Fui invitado como ponente y a decir verdad me resultaba muy interesante poder platicar con los jóvenes estudiantes de la antigua escuela de economía. El tema de la charla en sí me daba oportunidad de hablar de por lo menos tres aspectos en discusión internacional: a) del aspecto metodológico, del marco teórico-conceptual, b) de la interpretación del orden socioeconómico contemporáneo y c) una de las funciones del estado transnacional a partir de Goldman-China-BRICS. Pero a su vez se presentaba la ocasión para platicar con los jóvenes del papel que jugó en el pasado la escuela de economía y de la recaptura de su rol como conciencia crítica de la UAN y de la sociedad nayarita. El eco del grito de independencia no se dejó escuchar en el auditorio “Carlos Marx”, no retumbó en las paredes, las cuales permanecieron apacibles. Poco antes de iniciar la charla me abordó una joven periodista universitaria para interrogarme sobre mis propósitos con la plática. Sin proponérselo me recordó a Antonio Gramsci en esos temas de la “hegemonía ideológica” y del “papel de los intelectuales revolucionarios”. Por eso no titubeé en la respuesta de que se trataba de concientizar a la juventud del papel de desmitificador que deben jugar para esclarecer a los nayaritas de las consecuencias de la gran inversión extranjera que se viene a la entidad y de los posibles escenarios en los cuales pueden participar para obtener los mejores beneficios con los menores riesgos. Desde luego que no se trata de plantear una salida radical a la actual situación que vive la entidad ni el país, porque las condiciones materiales y subjetivas no están para eso. Pero si es posible formular escenarios en los cuales los agroproductores de la entidad pudieran tener ventajas competitivas e incrustarse en los circuitos o redes del capitalismo global. Estos son temas que caen por su propio peso en la Unidad Académica de Economía.

Al final de la charla que se llevó el doble del tiempo que me habían señalado, el Cuerpo Académico a través de su coordinador me entregó un reconocimiento. Espero que de algo haya servido mi presencia. En fin.