La injusticia social
Octavio Camelo Romero
15 de septiembre de 2014
Las contradicciones sociales que se traducen en injusticia social, en lugar de amortiguarse se recrudecen conforme avanza el tiempo y se implementan las Reformas Estructurales requeridas para culminar el proceso de transnacionalización del Estado de la Revolución Mexicana y convertirlo así en Estado Mexicano Transnacionalizado. Ya el INEGI nos había informado que en el año 2010 en el país existían más de 3 millones 700 mil unidades económicas censadas mientras que el Sistema de Información Empresarial Mexicano contabilizaba poco más de 700 mil empresas registradas, o sea que 81.08% de las unidades económicas no contaban con el registro empresarial. Por si esto no fuera suficiente, de 2011 a los primeros meses del 2012 clausuraron su registro más de 122 mil empresas, o sea el 17.43% de las empresas registradas. Y para completar el cuadro, se nos dijo que de cada 4 empleos en México 1 pertenece a la economía formal y 3 a la informal, esto el 75% de los empleados en el país estaban en la informalidad. Se nos dijo en ese momento que en el país somos más de 50 millones de trabajadores, de los cuales cerca de 48 millones estamos ocupados y poco más de 2 millones de mexicanos están desempleados. Y que por su tipo de relación, el 65% de los trabajadores, o sea unos 33 millones de ellos mantiene relaciones de subordinación, unos 12 millones trabaja por cuenta propia y el resto se catalogan como empleadores. De todos ellos se informó que más de 22 millones de trabajadores ganaba menos de 3 salarios mínimos por día, más de 6 millones percibía menos que 1 salario mínimo y cerca de 5 millones no percibe ingresos. Sin embargo las condiciones socioeconómicas del país no sólo no han permanecido estables sino se han deteriorado más.
Hoy en septiembre de 2014 el INEGI nos vuelve a informar de la injusticia social provocada por el mal desempeño de la economía mexicana, por la tozudez de los funcionarios del gobierno de mantener salarios de hambre para atraer inversionistas a un país habitado por hambrientos. Y luego se quejan de que en el FEM “no pelamos un chango a nalgadas”. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía informó que las remuneraciones de los campesinos o trabajadores agropecuarios ni siquiera alcanzaron los mil pesos por mes durante 2013. El organismo informó que quienes laboran en el sector primario recibieron en promedio 11 mil 985 pesos por persona durante todo el año pasado, lo que implica 998 pesos mensuales o tan sólo 33 pesos por día, en tanto que quienes trabajan para las corporaciones en calidad de funcionarios o ejecutivos tuvieron un ingresos en promedio por 763 mil 17 pesos en el año, que se traducen en 63 mil 584 pesos cada mes o 2 mil 119 pesos diarios, o sea percibe 63 veces más que un trabajador del campo. De acuerdo con la misma fuente la remuneración media de los mexicanos fue de 113 mil 187 pesos en el año, 9 mil 432 pesos al mes o 314 pesos diarios. Cifra que al compararla con los ingresos de los campesinos representan apenas la décima parte del promedio nacional. El INEGI informó también que hubo 38 millones 995 mil 823 puestos de trabajo remunerados sin que ello signifique que sean empleos formales. La mayoría se concentraron en la agricultura y ganadería, luego en el comercio y después en la construcción y la minería. Como se aprecia las contradicciones sociales se han agudizado pero sobre todo le queda buena tarea por resolver a Manuel Cota Jiménez.
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