Ya no más improvisaciones ni improvisados en el sector educativo nacional, es lo que se pretende con las reformas constitucionales impulsadas desde el gobierno de la república. El evaluar la cultura general del maestro que se va a contratar en educación básica, el dominio de sus conocimientos sobre la materia o materias que son su especialidad, indagar sobre sus aptitudes y habilidades docentes, sus conocimientos sobre Pedagogía, Didáctica y sobre todo aquello que tenga relación con “el saber enseñar”; es sin duda un buen principio. Esta evaluación para INGRESO, es un rubro fundamental que establece la controvertida REFORMA y que se define muy concretamente en la LEY DEL SERVICIO PROFESIONAL DOCENTE. Pero esta LEY VA AÚN MÁS ALLÁ, pues el haber sido CONTRATADO por los buenos resultados en una evaluación teórica NO ES GARANTÍA DE MANTENER LA PLAZA de manera definitiva; pues “los nuevos maestros”, tendrán que demostrar en la práctica QUE SABEN APLICAR toda la gama de conocimientos que poseen y obtener buenos resultados con sus alumnos. De no hacerlo así, resultarán “NO IDÓNEOS” al igual que aquellos que reprobaron el examen de INGRESO, y por supuesto, serán retirados del servicio en el primer año. Esto último se encuentra claramente establecido en el rubro denominado PERMANENCIA de la citada LEY. Así pues, creo que mis estimados lectores que son padres de familia pueden confiar en que los cambios en este importante sector van en serio hasta el momento y a reserva de que se demuestre lo contrario. Cuando menos en lo que se refiere a LOS NUEVOS MAESTROS QUE INGRESAN AL SERVICIO bajo estos inéditos criterios. De acuerdo a mi experiencia personal, creo que los criterios que hoy aplican para permitir que como docentes INGRESEN Y PERMANEZCAN sólo los MÁS CALIFICADOS Y COMPROBADAMENTE LOS MÁS APTOS, son indiscutibles y darán pronto buenos resultados. Con esto, pronto pasarán al olvido casos clásicos de maestros que padecimos las generaciones anteriores y que por desgracia aún padecen muchos de nuestros hijos. Quién no recuerda algún maestro que tuvo y que “sabía mucho pero no sabía cómo enseñarlo” a sus alumnos. O algún otro “profe”, que aún cuando tenía una muy buena actitud e intención para enseñar, por desgracia carecía de sólidos conocimientos sobre la materia a su cargo. Ambos casos son sin duda inadecuados e insuficientes para obtener buenos resultados desde el punto de vista educativo y ya no deben existir. Al escribir estas REFLEXIONES hice remembranzas sobre mi época de estudiante de primaria y secundaria. De inmediato y como siempre que lo hago, vino a mi mente la agradable imagen de mi maestra FELÍCITAS que tuve la fortuna de tener en primer y segundo grado en la escuela JUAN ESCUTIA conocida en aquel tiempo como escuela “TIPO”. Curiosamente, de mi maestro o maestra de tercer año en verdad que no me acuerdo nada. Del cuarto grado sí tengo la imagen más no el nombre, solo recuerdo que era una maestra a la que nunca vi sonreír. En quinto tuve un maestro al que recuerdo tanto por sus clases divertidas, como por su inolvidable “aroma tequilero” que siempre lo acompañaba. En sexto tengo muy bien fija la cara adusta de una maestra exigente con sus alumnos y buena para hacerse respetar blandiendo una pavorosa regla de madera. En la secundaria tuve de todo sin duda, sin embargo, destaco en el lado “de los buenos” a mi guapísima maestra de BIOLOGÍA, cuyo dominio de esta materia, su carisma y habilidad para enseñar quedaba fuera de toda duda. Por el lado de “los malos” se lleva el primerísimo lugar mi maestro de QUÍMICA, un médico pelón al que seguramente le ofrecieron “esta chamba de maestro” y que aprovechó para descargar todas sus frustraciones personales en todos los alumnos que por desgracia nos cruzamos en su camino. Por supuesto que mis compañeros de secundaria merecíamos haber tenido un “mejor maestro de Química”. Por supuesto que nuestros hijos merecen tener “muchas buenas maestras de Biología” como la que yo tuve. Por supuesto que es responsabilidad “DEL GOBIERNO” que esto sea así y no de otra forma. Y por supu
esto que para garantizar UNA EDUCACIÓN DE CALIDAD PARA LOS NIÑOS Y JÓVENES MEXICANOS, la sociedad está de acuerdo en que sólo permanezcan en el servicio educativo “DOCENTES IDÓNEOS”, calificativo con el que LA NUEVA LEY denomina actualmente a “LOS BUENOS”. En conclusión, todo parece indicar que con esta LEY, ya los padres no tendrán que cruzar los dedos y pedirle a DIOS que les toquen en suerte a sus hijos BUENOS MAESTROS. ¿Será posible? Pensando positivamente, YO SÍ LO CREO.
COROLARIO.- Una interrogante que legítimamente por su parte externan los docentes es…. ¿Y los funcionarios improvisados qué? Bueno, recordemos que en puestos políticos aplican otros criterios y poco se puede hacer en esas circunstancias. Pero confiemos en que el Secretario CHUAYFFET tenga contemplado algo para esto y muy pronto nos saque un AS de la manga. Por lo pronto informo, que los Directivos de los CETIS, CEBETIS, COLEGIOS DE BACHILLERES y similares de educación media superior ya están siendo evaluados, y que las vacantes serán sometidas a concurso. ¿Y qué creen? En Nayarit (salvo un caso) los actuales Directivos de esos centros ¡NO PASARON EL EXAMEN! Pero esa es otra historia que luego comentaré. Hasta la próxima. Mi correo
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