Una canción del popular compositor JUAN GABRIEL afirma: “Es verdad que la costumbre es más fuerte que el amor”. La vida diaria confirma que efectivamente la repetición permanente de una acción pronto pasa a ser regla socialmente aceptada. Y es así como aparentemente sin darnos cuenta, permitimos que los usos y costumbres rijan nuestra vida junto con las leyes y normas escritas. Existen infinidad de ejemplos de esto en todas las actividades humanas, por tanto resulta difícil abarcarlas en esta ocasión. Por ello me referiré particularmente al sector educativo, mismo que en esto de los usos y costumbres de veras que no cantamos mal las rancheras y lo demuestro a continuación. La pasada semana por ejemplo, hubo gran revuelo y malestar entre los padres de familia de algunas escuelas primarias y secundarias del sistema federalizado, en virtud de que CULMINO OFICIALMENTE EL CURSO ESCOLAR y no se hizo entrega inmediata de los certificados correspondientes. Primeramente habría que mencionar que hoy que este asunto ya se maneja en línea, las autoridades aceptaron que hubo por ahí un problemita técnico que causó que las computadoras arrojaran algunos promedios de calificación erróneos que afortunadamente se detectaron y corrigieron oportunamente. Pero en segundo lugar, habría que recordar que una de las principales exigencias que se están planteando actualmente para mejorar la calidad de la educación pública, es precisamente que maestros y alumnos cubran las exigencias de los programas lectivos y permanezcan trabajando en sus aulas hasta el último día que marca el calendario escolar. De acuerdo con este nuevo contexto entonces, cómo podría un maestro estar dando clases y evaluando lo que aprenden de ellas sus alumnos hasta el día 14 de Julio, y que el mismo catorce ya el Director de la escuela tener las boletas y certificados listos para entregarlos. Dicen algunos ¿Y porqué antes sí se podía? Se podía simplemente porque era USO Y COSTUMBRE matar el año escolar más o menos a la mitad del mes de Junio. ¿Cómo está eso? Sencillo de explicar, ya que la autoridad educativa central exigía los resultados escolares (calificaciones de los alumnos) a más tardar la última semana de Junio. Entonces los inspectores las pedían a los Directores de escuela a más tardar en la penúltima; luego los Directivos por su parte, obligaban a los maestros de grupo a cerrar su programación de clases y evaluar a sus alumnos durante la primera semana de ese mismo mes. Es así como desde esa fecha, ya el maestro había informado sobre cuáles alumnos pasaron y cuáles reprobaron; por lo que parecía ya no haber razón lógica para seguir metido en el asunto de la enseñanza. ¿Interesante verdad? Así las cosas, resulta fácil deducir que en el asunto del “desorden y deficiencia educativa”, mucha responsabilidad tiene también tanto la parte oficial como los padres de familia. Si revisamos detenidamente lo descrito anteriormente, estamos hablando del desperdicio de más de 30 días; mismos en que en la gran mayoría de las escuelas, vemos que los maestros y los alumnos hacen de todo, menos estar dentro del aula y esforzándose por alcanzar los objetivos que se marcan los programas para cada grado escolar. Así pues, habría que reconocer que en esto el maestro no es único responsable, aunque como dice el dicho: “De por sí es risueño el niño, y le hacemos cosquillas”. Pues aspectos como éste y otros muy álgidos en este momento como lo es sin duda EL ASUNTO DE LOS CAMBIOS DE ADSCRIPCIÓN Y PERMUTAS; que igual estuvo permeado por los perniciosos USOS Y COSTUMBRES; cederán obligadamente ante lo que establecen LA NUEVA LEY DEL SERVICIO PROFESIONAL DOCENTE. Esto será tema que trataré próximamente.
COROLARIO.- Anteriormente se llamaban vacaciones y abarcaban los meses de Julio y Agosto; ahora se le llama RECESO ESCOLAR y no llega a veinte días. Pero eso no quita que tanto maestros como alumnos ya disfrutan a plenitud de la libertad que esto implica. Hasta la próxima. Mi correo
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