El decálogo de la elección
Carlos Fránquez
09 de julio de 2014
La elección recién suscitada en el estado de Nayarit donde se definió al congreso y los ayuntamientos que habrán de marcar el rumbo legal, político y administrativo por los tres próximos años, dejan una lección cargada de diversos contenidos.
Primero: Independientemente de lo que se diga del debilitamiento de las ideologías, los partidos políticos siguen siendo el derrotero que orienta el voto del electorado. Prueba de ello es el enraizamiento del voto duro, donde el PRI mantiene la mayoría, seguido por el PAN y en tercera posición el PRD. El resto de los partidos toman importancia en la medida que se alían con alguno o algunos de los tres más importantes. Solos apenas si cuentan con votantes suficientes para mantener el registro más no para competir.
Segundo: Los que ya fueron gobernantes y durante su administración supieron repartir entre sus empleados y la ciudadanía llevan una ventaja respecto de sus competidores. Es el capital social (gestores entrones) que en procesos electorales cortos como el local resulta de suma importancia.
Tercero: Que las posibilidades de triunfo del PRI se fundan en la unidad interna o el entronizamiento de una corriente que, haciendo a un lado a las fuerzas contrarias en el partido, es capaz de encontrar alianzas con corrientes del PAN o del PRD. Sea para atraer votos de ellos o generar condiciones para que la alianza de ambos partidos no se realice.
Cuarto: Que los sectores medios urbanos han migrado su voto por Acción Nacional.
Quinto: Que la intromisión del gobernante en el proceso endurece el voto opositor (elevando la voluntad de sufragar) y propicia la migración de votantes pertenecientes a corrientes políticas hechas a un lado al interior de su partido, hacía el candidato opositor mejor posicionado.
Sexto: Que el cinismo se ha implantado entre los políticos y los electores bajo el establecimiento de un acuerdo implícito de que no importa que roben con tal de que salpiquen.
Séptimo: Que el órgano de fiscalización, el de transparencia sirven lo mismo que la carabina de Ambrosio.
Octavo: Que el Instituto Estatal Electoral, generado para propiciar elecciones terminó siendo el sepulturero de la esperanza por llegar a procesos con una competencia sana y equitativa entre los contendientes.
Noveno: Que las candidaturas independientes tienen futuro a condición de que los candidatos cuenten con una bolsa de dinero sin fondo.
Décimo: Que por el rumbo que llevamos pronto seremos la principal burla nacional.
Comentarios