Propuestas sin propuesta
Octavio Camelo Romero
04 de julio de 2014
Teóricamente los ciudadanos constituyen los agentes activos de la sociedad política y este próximo domingo 6 de julio elegirán a las autoridades civiles municipales y a los diputados al congreso local. Para ello los pretensos y candidatos a ocupar esos cargos se dieron a la tarea de hacerse notar ante ellos con sus propuestas para que los elijan. Sin embargo, la mayoría por no decir la totalidad de ellas se refieren a lo que estas personas como autoridades constitucionalmente están obligadas a realizar, esto es, a hacer lo que la ley los obliga. En otras palabras esto sonaría como: “Si me eligen, yo me comprometo a cumplir con mi obligación constitucional”. Empero, la cosa no para allí, sino que algunos de los órganos de comunicación masiva exaltaron la figura excelsa de los candidatos por comprometerse a cumplir con su obligación, con su chamba. Ni siquiera los candidatos de las izquierdas se atrevieron a plantear un modelo alternativo al capitalismo transnacional, aunque fuera al estilo del capitalismo mexicano de la economía mixta. Todos se movieron consciente o inconscientemente en torno de los requerimientos del capital transnacional. Esto fue y será así por el fenómeno de la hegemonía ideológica que ejerce el capitalismo global sobre la sociedad mexicana en general y la sociedad nayarita en lo particular. No es nada de buena o de mala leche.
La ideología orgánica al estilo de Gramsci, es la ideología general ligada a una de las clases fundamentales, bien puede ser al proletariado o a la burguesía. Y la hegemonía ideológica es la ideología particular dentro de la ideología general de clase que domina las formas fundamentales del pensar, del razonar y del actuar en la sociedad. La hegemonía ideológica presupone por lo tanto una clase dominante y una fracción de la misma hegemónica. La clase dirigente extiende su ideología al resto de la sociedad a través de instituciones convertidas en instrumentos de dominación ideológica. Entre estas instituciones se localizan la iglesia, la escuela y la prensa. La iglesia se encarga de la moral, del comportamiento social y por ende, de la resignación, de la igualdad ante Dios, de la vida en el reino celestial en lugar del infierno en el reino terrenal, etc. La escuela se encarga de la racionalización de lo irracional, de la justificación teórica de la explotación, de la formación de sus intelectuales orgánicos, de la justificación del saber no científico como científico, etc. Y la prensa se encarga de la divulgación, ya sea en revistas llamadas científicas como también en órganos periódicos de circulación popular.
Dentro de la burguesía mexicana en general y nayarita en lo particular, sin importar si son chicos, medianos o grandes, ya existen burgueses participando en los circuitos globales del capital transnacional. Y en el Estado Transnacional ya participa como componente activo el Estado Mexicano Transnacionalizado. La Clase Capitalista Transnacional a través de su Estado ejerce el dominio de la humanidad, pues las instituciones y relaciones supranacionales junto con los estados nacionales constituyen precisamente al Estado Transnacional. Y los requerimientos para el desarrollo del capitalismo global son la conversión de los estados nacionales en estados transnacionalizados, en sustituir la normatividad de apoyo a la sociedad en normas de apoyo directo e indirecto al capital, en fomentar en individualismo en lugar el colectivismo, en privatizar los servicios en lugar de municipalizarlos o estatizarlos, etc. Todas estas situaciones serán materia de la ideología hegemónica la cual se hará llegar a la sociedad para constituir lo que conocemos como el sentido común de la gente. De allí que hasta los partidos de la otrora izquierda sean hoy agentes funcionales del capitalismo global. En fin.
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