Tepic, Nayarit, viernes 19 de abril de 2024

Layín, el parlanchín

Francisco Cruz Angulo

12 de junio de 2014

El candidato independiente a la presidencia municipal de San Blas, Hilario Ramírez el ”Layín” ocupó las primeras páginas de la prensa nacional y de los principales noticieros de televisión por lo que confesó públicamente durante un mitin  de apertura de su campaña de proselitismo electoral a ocupar por segunda vez ese cargo público.

Palabras más palabras menos aceptó que durante su gestión como alcalde de San Blas durante el periodo 2008-2011 aseveró que sí le dio una “rasuradita” al erario municipal mientras lo hacía con una mano con la otra lo entregaba a los pobres. Luego interrogó a los allí presentes ¿a quién no le gusta el dinero; haber díganme? A mí me gusta mucho el dinero. Dicen los de enfrente que me robé 150 millones de pesos. Eso es mentira. No hay tanto dinero en la tesorería. ¿Ustedes creen que si los hubiera de pendejo los dejo?

Lo dicho por este político de a huaraches causó risas y hasta aplausos de la concurrencia, no así en los principales medios de comunicación capitalinos que lo tildaron de bribón, cínico y presuntuoso que en vez de causar risa debería provocar vergüenza a quienes tienen la obligación de vigilar y sancionar a los que desde un puesto público se roban el dinero público.

Fue tal la desfachatez de “Layín” que hasta les mandó un caloroso saludo al Gobernador del Estado y al Fiscal General.

Ya encilindrado el candidato independiente invitó a todos sus paisanos a celebrar la victoria a una humilde comilitona en donde habrá un traguito, un ruidito y un taquito: calculó que asistirán no menos de 25 mil gorrones.

Durante una breve entrevista con la conductora del programa “Atando cabos” de Telefórmula, Denise Maerker “Layín” dijo que todo fue una broma, que a la gente le gusta eso. ¿Usted cree que si lo hubiera hecho lo estuviera diciendo?

¿Acaso desconoce que darle una rasuradita al dinero público es un delito? ¿De dónde sacó tanto dinero para pagar su fiesta de cumpleaños en la que dijo que hubo traguito, ruidito y un taquito para 25 mil personas?, le preguntó la periodista.

“Pues recurriendo al apoyo de los amigos”

¬-¿Y ese caballo fino de pura raza con el que llegó montado hasta donde fue celebrado su mitin como lo compró? , inquirió la periodista.

“Con mi dinero, con mi trabajo”.

-¿A qué se dedica señor Hilario?

“Mire yo soy un campesino y me dedico al comercio del mango; y como hombre de campo pues me gusta montar a caballo. Es más le pongo a disposición de quien quiera mi caballo para que lo utilice como semental.

En esa entrevista “Layín” reveló que hace seis años el PAN le ofreció la candidatura. “Yo la acepté porque quería servir a mi gente. Creo que hice bien las cosas; por eso la misma gente me pidió que volviera a jugar, comentó dicharachero el originario de Huaristemba.

En casi todos los minutos de la entrevista “Layín” se mantuvo en su macho: “todo fue una broma”.

Si fue una broma fue de mal gusto porque no midió el alcance de sus palabras. Causó escándalo público no porque descubriera el hilo negro de la corrupción que anega a la mayoría de los gobiernos municipales de todo el país sino por el hecho que uno de los protagonistas lo hubiera hecho público de viva voz.

Este hecho inusitado me recuerda otro narrado por mi suegro que ocurrió hace años en el ejido de Paredones, municipio de Santiago Ixcuintla.

Cuenta mi suegro que el día de elegir a la mesa directiva del comisariado ejidal uno de los ejidatarios levantó la mano para proponer como tesorero al Sr. Feliciano Ramírez, un hombre ya entrado en años y que se distinguía como persona honesta.

Antes que se llevará la votación se levantó el candidato propuesto y dirigiéndose a la asamblea enfatizó con insistencia: “miren, a mí no me propongan para manejar dinero porque soy un pendejo para hacer cuentas y no sé leer ni escribir. Entonces la multitud le aplaudió a carcajada abierta y lo designó por aclamación como tesorero diciéndole que no se preocupara, que le pondrían un ayudante.

Refiere mi suegro que cuando concluyó el periodo de la mesa directiva al honesto tesorero le faltaron nada menos que 8 mil pesos que en cálculos de hoy serían alrededor de 8 millones de pesos.

Obviamente la asamblea le exigía cuentas clara de en qué se había gastado el dinero faltante, a lo que replicó medio encorajinado: “a mí no me reclamen nada, yo les dije que era un pendejo para hacer cuentas. Ahora se chingan”.

Si es electo “Layín” correrá la misma suerte del ejidatario de Paredones.

Hasta hoy la Contraloría General del Estado y el Órgano Superior de Fiscalización se han sumido en un profundo silencio sobre este inusitado caso. Es posible que el “Layín” se esté curando en salud.


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