Con Goy Gana la Gente
Eduwiges Lamoglia
19 de mayo de 2014
Doctora: Es un placer para usted saludarme, y contarme entre sus conocidos, ya que soy el candidato con el que gana la gente; y usted, por lo pronto, va a ganar en experiencia, ahora que le cuente sobre mi larga trayectoria política, que se resume a seis años a la sombra de Seguro que Sí.
Andaba yo dándomelas de docente e investigador en la wuan, cuando me invitó Seguro que Sí a coordinar su campaña en los tepixcles, para convertirse en alcalde, por lo que, sin dudarlo ni un instante, le dije: “Sí, acepto”.
De ahí pal real ingresé a la administración pública como secretario de desarrollo social del municipio, donde me enseñé, según he repetido hasta el cansancio, a bajar recursos, y sigo sosteniendo que es lo que mejor sé hacer, y por lo cual obtuve una disputación federal, que a la postre dejé, para meterme de candidato en contra del médico que también quiere ser.
Yo soy el abanderado de tres partidos:del Banal, del verde, y también de los priyistas; así es que, a la hora que ocupo gente pa que me eche porras, les decimos a los familiares de los tres partidos que vayan a levantarme la cola.
Andaban por ahí algunos rumores de que la gente de mi partido, el tricolor, se había sentido, porque muchos fueron los llamados, pero solo yo fui el elegido. Usted no se crea, no hay nada de eso; y hasta el transportista que era disputado local, y quería ser candidato a la alcaldía, ahora funge como coordinador de mi campaña, con lo que se demuestra que estamos más unidos que nunca.
La pura verdad es que, sin temor a equivocarme voy a ganar la alcaldía de los tepixcles, pues cuando fui el secretario de organización del tricolor en este bello municipio, agarrándolo de trampolín para lanzarme a la diputación federal, y que me conociera la gente del partido, me soltaron una buena talega de billetes, con la que resolví muchos asuntos que me llevaron a “El Curul” en México.
La mera verdad es que yo pensé que iba a ser más difícil levantar el dedo, que los diputados se iban a fijar en las tarugadas que uno dice o hace, pero como somos tantos, nomás se avientan a hablar los más gallones, y otros nos dedicamos a chatear, a contar chistes, o a platicar durante las sesiones, que por cierto, a veces son kilométricas.
No sé si se habrá fijado, pero yo creo que sí, cuando me fui a la ciudad del smog estaba más fornido (por no decir más gordo), pero nos dijeron que, con objeto de cumplir con el pesaje, es decir, con el marketing político, se hacía necesario que guardáramos la línea, y es por eso es que usted me ve más esbelto que nunca.
La verdad es que en varias ocasiones citamos a la prensa en el partido para darles a conocer nuestra agenda en San Lázaro, pero a mí siempre se me hacía bolas el engrudo, y me gustaba más que mis compañeros disputados le echaran crema a sus tacos, porque la verdad es que yo todavía no sé a hablar en público y no creo que me vaya a enseñar.
Lo que sí puedo asegurarle, es de que voy a ganar los tepixcles, pues por principio de cuentas, tengo el voto más importante, el de Seguro que sí, y ya con otros 70 mil votos, que fue más o menos con los que ganó el toro, tengo amarrada la silla que dejará vacante.
Claro que estas son las cuentas que yo estoy haciendo, pero me gustaría que me dieras tu punto de vista, que me asesores, pues creo tener cubiertos todos los flancos, pero nunca está por demás escuchar a una especialista en el alma humana.
Atentamente: Con Goy Gana la Gente.
Querido Goy, me da la impresión de que no las tienes todas contigo, pues para empezar, en tu partido andan sentidos los liberatianos, los aguedistas, los de la ola roja, y otros, que aunque no lo digan abiertamente, te van a jugar las contras.
Además, te advierto, que por desgracia, no sólo van a votar las doñas de las colonias, esas con las que te sacas fotos y les entregabas una rosa cuando les daban beca para madres solteras.
También van a votar los que se enteraron que no diste con bola cuando te entrevistaron los de ADN, y he de confesarte, que hasta yo di un grito desesperado, cuando no supiste decir quién era el autor de ese libro (te recuerdo que es Carlos Cuauhtémoc Sánchez), pues lo confundiste con Cuauhtémoc Cárdenas, y hasta ahí llegó la gran lista como voraz lector de libros de superación personal.
Cuando te preguntaron a quien admiras, y dijiste que a Peña Nieto, hubiera sido mejor que dijeras a mi apá y a mi amá, pues al menos la gente pensaría que eres un hijo agradecido, y seguro te hubiera redituado algunos votos.
En fin, en política no hay nada escrito, y no tarda mucho para saber si te quedas o te vas otra vez a la recamara de disputados, donde angelito aldrete se anda dando la gran vida como tu suplente.
Pero, quiero que sepas que si regresas a “El Curul” o llegas a ocupar la silla presidencial de los Tepixcles, mi diván no te hace el desaire, y estoy aquí para psicoanalizarte, y aconsejarte los tres libros que debes leer, o a tres autores que debes mencionar, aunque sea para apantallar a la raza.
Te deseo la mejor de las suertes, y que el marketing te acompañe. Con cariño: Viki Lamoglia.
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