Alejandro Gándara, iluminado impostor

Estamos a tres meses de las elecciones (91 días) y ya desde ahora podemos anticipar cuál va ser la tónica el día de la jornada electoral del próximo 6 de julio. Roberto Sandoval buscará a toda costa garantizar el triunfo de sus candidatos, utilizando toda la fuerza del estado, toda la estructura oficial de gobierno para operar a favor de los priistas, con todos los recursos humanos, logísticos y principalmente los financieros.

Así lo han venido haciendo en los meses recientes, apoyando abiertamente y sin el menor recato, todas las actividades orientadas a lograr el posicionamiento político de quien hasta hace unas horas era sin duda su propuesta favorita a la presidencia municipal de Tepic. Las filtraciones de información todos los días, por parte de trabajadores del estado, confirman lo que todos en Nayarit ya sabemos, que son obligados a hacer promoción a favor de los precandidatos del PRI, a recolectar los datos personales de sus promovidos, a convencerlos de las bondades de este gobierno y asegurarse a como dé lugar que voten por el PRI o de lo contrario, estará en riesgo su estabilidad laboral.

Aunque por lo que hemos visto y conocido durante los últimos dos años de este gobierno, ya nada debería de sorprendernos, debo de reconocer que sí me lleve una muy desagradable sorpresa cuando un grupo de trabajadores amigos míos, tanto de gobierno del estado como de algunas dependencias federales, me platicaron cómo es que los han concentrado por grupos en las instalaciones de la Fundación RIE, esa que se supone fue creada para brindar rehabilitación a niños con discapacidad mediante la equinoterapia, la misma a la que muchos nayaritas hemos apoyado modestamente pero de buena fe, con el famoso redondeo en nuestras compras de Oxxo, como para que ahora vengamos a enterarnos que ahí es dónde se capacita políticamente a los activistas y promotores del PRI.

Y es que me dicen que los citan a una hora determinada. Al llegar al lugar les ordenan que apaguen sus celulares y los dejen en el interior de sus vehículos. Después el personal que les revisa sus pertenencias al llegar, con algún equipo seguramente muy sofisticado, vuelve a revisar que nadie traiga su celular y si por alguna razón llegan a detectar alguno, aunque esté apagado, son muy severos al llamarles la atención y les preguntan si no fueron lo suficientemente claros desde un principio. Finalmente, aparece la estrella de este show, el afamado locutor de Radio, por su muy peculiar estilo de dirigirse a su auditorio, Alejandro Gándara, quien además de que cobra en la Dirección de Desarrollo Político de la Secretaría General de Gobierno, trabaja para la empresa Radiorama, la cual tiene un contrato millonario con el gobierno del estado, lo que sin duda evidencia un conflicto de intereses.

En ese contexto, este fin de semana una vez más pudimos todos los nayaritas constatar cómo es que el gobernador Roberto Sandoval está metido hasta el cuello en el proceso electoral, decidiendo las candidaturas del PRI en los 20 municipios, los 18 distritos y las 138 demarcaciones municipales. Evidentemente hemos vuelto a las viejas prácticas políticas de ese Partido, mismas que no tendrían mayor repercusión si no fuera porque también llevan aparejadas decisiones de gobierno que implican un fuerte derroche de recursos públicos para tratar de imponer en el ánimo de los electores, a candidatos sin experiencia, ni preparación, ni trayectoria, ni buena imagen y que además previamente ya fueron impuestos al priismo local.

Aunque nunca he militado en el PRI, conozco y tengo muchos amigos priistas a quienes les reconozco su honorabilidad y su trayectoria política. Lamento el mal trato que hoy están recibiendo, porque además con esas decisiones nos llevan entre las patas de su caballo a todos los nayaritas.

Estamos a tres meses de cambiar el rumbo que llevamos en Nayarit. El 6 de julio próximo tendremos una oportunidad histórica para crear un contrapeso entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, llevando al Congreso del Estado diputados locales bien preparados, con un espíritu verdaderamente renovador, democrático y con visión de desarrollo a corto, mediano y largo plazo.

Ciertamente los partidos tienen una gran responsabilidad sobre el futuro que queremos para Nayarit, pero la decisión definitiva habrá de recaer en cada uno de los electores nayaritas. Hagamos la mejor elección con responsabilidad, madurez y bien informados.

La pregunta sigue en el aire. ¿HASTA CUANDO NAYARITAS?