Tepic, Nayarit, sábado 23 de noviembre de 2024

PRD recibirá migajas electorales del gobierno sandovalista

Oscar González Bonilla

24 de marzo de 2014

“Tolerancia, fue mi mayor aprendizaje como presidenta del Partido de la Revolución Democrática de Nayarit”.

Manifiesta así María Eugenia Jiménez Valenzuela porque lidió con corrientes internas difíciles de alcanzar acuerdos. Pero para no comprometer declaraciones frena, tan sólo manifiesta que ser mujer “me ha ayudado mucho”.

Nunca, expresa cuando le pregunto si hay arrepentimiento. No, porque me permitió conocer y entender el desarrollo de la política, con mayor profundidad el desempeño de los políticos.

Hoy viuda de Vargas, el Chele Vargas como fue ampliamente conocido su marido entre la sociedad nayarita murió en fecha reciente, la señora María Eugenia presidió el PRD entre 1998 y 2001. La paradoja es que en la actualidad declara que el partido de izquierda casi siempre ha sido dirigido por un grupo dominante.

Esa circunstancia hace prever la declarante que el PRD tendrá en Nayarit pocas probabilidades de triunfos en las elecciones de julio venidero. Arriesga asegurar (“al tiempo nos remitiremos”) les darán algunos espacios “como para maquillar esto, como para decir que es un gobierno plural…pero se los ofertarán en los gobiernos municipales no en el Congreso”.

Y será así, continúa, porque desgraciadamente el PRD es partido que sólo atiende tiempos electorales, como partido de oposición no privilegia causas sociales, más bien intereses personales y de grupo.

María Eugenia Jiménez, al amparo de las siglas del PRD fue presidenta municipal de Tepic los últimos once meses de gobierno (dos últimos meses de 2001 y nueve primeros meses de 2002), como suplente legal le correspondió asumir la titularidad a la muerte de don Justino Ávila Arce, quien como candidato de una alianza de partidos (PRD, PAN, PT y PRS) ganó las elecciones en 1999.

Cuando hizo campaña de proselitismo junto con Don Justino, explica que único fue el compromiso de solicitar a los comités de acción ciudadana les permitieran gobernar con ellos. Asimismo crearon conciencia de que esos organismos populares no estuvieran supeditados a los partidos políticos y que la elección fuera libre, democrática. “Puedo asegurar que lo logramos al cien por ciento, pues ello nos permitió desarrollar enorme cantidad de actividades”.

Sin embargo, once meses de gobierno no fueron fáciles, detalla adversidades: año electoral (2002), gobierno estatal en contra (alianza fallida, también Antonio Echevarría Domínguez llegó a ser gobernador de Nayarit -1999-2005- postulado por la misma alianza de partidos, pero luego dio la espalda), también cabildo y sindicato de trabajadores en contra.

“Tres factores definitorios para un buen trabajo, y no los tuve, sin embargo lo logré. ¿Y cómo lo logré? Salí a flote con base en el aprendizaje obtenido en las controversiales y harto de mañas políticas reuniones de asamblea y consejo tanto estatales como nacionales del PRD. Aprender de Ifigenia Martínez, Amalia García, Cristina Laurel, Laura Itzel Castillo y otros, me dio la sapiencia política como para lidiar con acierto encontradas posiciones de cabildo”.

Como candidata del PRD, aunque ella dice que externa, ganó de mayoría la diputación del segundo distrito electoral federal (todo el municipio de Tepic) en las elecciones de 2006. Triunfó sobre el connotado priista, ex gobernador de Nayarit (1987-1993), Celso Humberto Delgado Ramírez.

Su trabajo como alcaldesa, considera usted la catapultó para ganar la diputación federal, pregunto.

Lo admite, sin embargo habían transcurrido cuatro años, pero sostiene que su trabajo ni su imagen se borraron de la mente de los ciudadanos tepiqueños. “Yo salí en septiembre de 2002, mientras que la elección fue en 2006, pero aún en la actualidad la gente me reconoce por alguna acción a su favor desde el cargo en el ayuntamiento”.

La señora María Eugenia expresa sin falsa modestia: Sí, siento orgullo de haber ganado la elección a un personaje de la talla de Celso Humberto Delgado Ramírez, quien es un político de altos vuelos, no sólo nacional sino internacionalmente. Mis respetos para él es un caballero, incluso llamó para felicitarme.

Delgado Ramírez esa vez compitió por un nuevo cargo electoral trece años después de haber terminado su periodo sexenal como gobernador de Nayarit. Fue derrotado, motivo para que enseguida su esposa María Eugenia Spriú desplegara a toda plana en periódicos de la localidad su inconformidad con los votantes tepicenses, calificándolos de Liliputienses (muy pequeños) y de no saber lo que se perdieron al negarle el voto al excelentísimo señor embajador Celso Delgado.

Y mucho más satisfecha se sintió doña María Eugenia Jiménez porque logró el mérito sin el respaldo de su partido, el PRD, porque para la campaña se destinaron 140 mil pesos, no hubo propaganda visual y solo cinco personas la acompañaron en el trayecto proselitista, pero asegura que hizo mucho trabajo de a pie, no dejó una sola comunidad del municipio de Tepic sin visitar.

Hace algunos años María Eugenia Jiménez Valenzuela se declaró partidaria de Andrés Manuel López Obrador, fue la primera en Nayarit en organizar grupo de apoyo a la candidatura presidencial del tabasqueño en 2006. Hoy refrenda su compromiso al manifestar su militancia en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que próximamente recibirá oficialmente su registro como partido político.

Como no esconde su simpatía y admiración a López Obrador, pregunto si buscará en Morena ser candidata a cargo de elección popular en 2015, fecha que ya como partido podrá entrar a la competición en todo el país.

Responde que la política es de vaivén. Aunque sostiene no tener en mente participar por una candidatura, considera que hay bastante tiempo para pensarlo. Más bien desea retomar proyectos en beneficio de la sociedad que muy pronto dará a conocer a la opinión pública. Explica que no ha dejado su actividad como ambientalista, ecologista, incluso con participación en foros internacionales, tampoco ha dejado de realizar gestoría para que muchas personas tengan acceso a la salud y educación, entre otros.

Alguna vez oí decir a un amigo que ser hijo de maestros (su madre y padre lo eran) es una chinga. Ello de obligó a preguntar a la señora María Eugenia Jiménez Valenzuela si fue difícil ser hija de militar, cómo fue su vida.

“Muy disciplinada”, respuesta que acompaña una larga carcajada.

“Muy disciplinada. No necesito reloj despertador, no necesito agenda. Es curioso, pero he tenido cargos de responsabilidad y no anoto. Hay una formación y una disciplina de tipo militar.

“Tengo recuerdos vívidos de la época en que mi padre se inició en la revolución, porque cada día lo comentaban papá y mamá (Evaristo Jiménez Valdez y Josefina Valenzuela Campoy). Nos gustaba a los cuatro hijos más pequeños escuchar sus vivencias. Mamá era una como una grabadora, porque mi papá decía que estando en Vicam, Sonora…mamá lo corregía, no Evaristo fue en La Esperanza cuando pasó esto y esto, tenía una memoria privilegiada.

“Él combatió desde 1910, tenía 18 años, él nació en 1892, a esa edad ya andaba con la bola. Vivió en San Felipe Aztatán, municipio de Tecuala, allí fue criado por su madrasta pues a los 10 años quedó huérfano de madre. Fueron tres hermanas y él.

“Como subteniente al lado de Rafael Buelna, “El Granito de Oro” tomaron la plaza de Guadalajara, pero combatió en Sonora, Sinaloa, Nayarit, Jalisco…

“Por aseveración de su padre, sostuvo siempre que nació en Santiago Ixcuintla. La duda surge por la inexistencia de documento alguno que así lo testificara, pues aquel tiempo se quemaron archivos civiles y parroquiales, las asaltaron, destruyeron.

“Don Evaristo Jiménez Valdez llegó a ser presidente municipal de Santiago Ixcuintla durante el periodo presidencial del General Lázaro Cárdenas del Río, también senador de la república en el gobierno del General Ávila Camacho. En ese tiempo la señora María Eugenia Jiménez Valenzuela nació en el Distrito Federal.

Al término de su periodo como legislador, en Nayarit don Evaristo encabezó la Asociación “Leandro Valle” que concentró a distinguidos personajes, entre ellos Lamberto Luna, también se dedicó al cultivo de arroz en un rancho de su propiedad cercano a El Verdineño de don Gilberto Flores Muñoz.

La última incursión en política de don Evaristo Jiménez Valdez ocurrió en Nayarit durante los años 50’s, al participar en pro de la campaña presidencial del General Miguel Henríquez Guzmán, durante la cual hubo serios desmanes. “Me tocó ver personas ametralladas, médicos amigos de mi padre atendieron de heridas a líderes como Antonio Dena, “El Prieto” Crispín, Canuto Aranda, algunos compañeros de mi padre que vienen a mi mente”.

Don Evaristo murió siendo Teniente Coronel.

-¿Alguna vez pensó en hacer carrera militar, incursionar en el ejército mexicano?

-Lo pensé tardíamente, responde, al tiempo que ríe.

“Lo pensé muy tardíamente. Yo creo que al igual que cuando pensé meterme en estos vericuetos de la política en 1996 (fue impulsada entonces por Alejandro Gascón Mercado), si hubiera decidido incursionar en el Ejército, también estuviera muy satisfecha”.

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