Rumbo a las elecciones 2014
Marco Vinicio Jaime
21 de marzo de 2014
Partidos y fuerzas políticas de la localidad, se encuentran ya prácticamente enfrascados en la singular carrera rumbo a los comicios de julio próximo. Así, es evidente el entrecruce de estrategias para la adhesión de simpatías a priori, a fin de llegar al proceso constitucional con la suficiente fuerza para hacer de su desempeño lo mayormente redituable.
Por lo observado hasta el momento, se puede inferir que la contienda no será nada fácil en virtud de las severas condiciones económicas, sociales y culturales vigentes, y la poca efectividad de las respuestas otorgadas.
Consecuentemente, cunde un fuerte descontento social ante la imposibilidad de acceder a mejores estadios de bienestar, más allá de cálculos numéricos y fórmulas bienintencionadas, toda vez que, al parecer el esfuerzo del gobernante -sin duda no pocas veces intenso- no alcanza por sí mismo a responder cabalmente a las demandas del pueblo, luego de que -como siempre- segundos y terceros vierten obstáculos inoportunos, y los recursos, instrucciones y demás compromisos simplemente no llegan a quienes lo requieren. De conformidad, es clara la apatía a muchas acciones y obras emprendidas, incluso favorables, cuando pesan más las carencias, la omisión, las contraórdenes, engorrosos entramados burocráticos y hasta malos tratos de parte de los responsables de cristalizar las bondades propugnadas.
Así, es entendible que una parte importante de la población no reciba más mensaje que una lucha soterrada por conservar el poder con cuánta más vía posible para convencerla de que no cambie, pero en el inconveniente pues de la desorganización comunicacional y asimetría operacional; y en contraparte quienes desean arrebatarlo para acceder a los beneficios correspondientes.
En este marco, es claro el empeño por capitalizar la atención de la gente en un solo bloque de institutos políticos con afinidad oficialista, pretendiendo insuflar la idea que es ahí donde se está dando la lucha, la gran polarización previa a la unidad, y es de ahí de donde saldrán los candidatos y seguros ganadores, puesto que -según sus deducciones- no hay más fuerza capaz de arrebatarle el voto a los ciudadanos; siendo además que, si sus aspirantes son los que más se "mueven", algunos hasta con "la luz" del fuerte respaldo económico y mediático ¿quien les va a hacer sombra?
No obstante, existe un riesgo, y es el de que tras esa polarización previa, pueden resultar ungidos seguramente algunos de los menos esperados por el sector hasta ahora preponderante, ya que las circunstancias negativas descritas arriba (que quizá al no haberse controlado adecuadamente, se erigieron lamentablemente más como un incómodo sello que referente planificado) posibilitan de manera nata para otros, la estratégica implementación de una política distinta de mayor apertura, inclusión, de coordinación transversal y comunicacional, de mejor trato y menor radicalismo económico, y más aún expuesto esto muy probablemente como argumento esencial en una mesa en el plano central, que inclinara la balanza hacia tales o cuales cuadros.
Derivado, dichos ungidos, no les bastaría el haber superado la fase interna, cuando los de enfrente, ya posiblemente listos en una trinchera de facto, tuvieran como lema la apertura total: "El Estado para todos, ya es tiempo de desconcentrar la riqueza, de repartirla de a de veras"; y siendo así, el reto estribaría en lograr la congruencia entre las promesas y lo efectuado.
Con todo, se espera que el actor más importante sea el pueblo. Que la interactividad proselitista se sustente ya de manera responsable y madura en el sentimiento popular sin protocolos a destiempo ni escenarios preestructurados, en donde tristemente la tónica son los monólogos y las promesas fáciles.
Ahora, los nuevos tiempos urgen de sendas líneas paralelas de palabra y acción, de real receptividad e igual atención, logrando pues con ello un producto tangible que recupere la credibilidad popular. A ver en qué resulta.
Comentarios