El imperialismo de ayer y de hoy

Los sociólogos norteamericanos han traído a discusión la categoría “imperialismo” por cuanto con ese término se significan una multitud de imprecisiones teóricas y de posturas burguesas envueltas en un ropaje revolucionario. Por eso hoy más que ayer se requiere tener claridad de este y otros conceptos que antaño tenían un significado pero que en la actualidad lo han modificado. Y se hace más urgente este esclarecimiento cuando arriban al gobierno de personajes apoyados por dirigentes de partidos políticos “revolucionarios” y de intelectuales progresistas que en nombre de la “izquierda” diseñan políticas públicas serviles del capitalismo mundial o global. La gama ideológica y de matices políticos va desde “el centro” hasta la “izquierda radical” o la “izquierda ortodoxa” pasando por todos los ismos posibles, maoísmo, marxismo, leninismo, fidelismo, che-guevarismo, chavismo, etc. Sin embargo, existe poca discusión teórica sobre el contenido o significado del viejo lenguaje revolucionario y los nuevos términos usados por la burguesía e incorporados o hechos suyos por la “izquierda”. Uno de estos conceptos que por cierto ya desecharon las instituciones capitalistas y los ideólogos de la “izquierda” aunque lo traen a colación los sociólogos norteamericanos, es el término de “imperialismo”.  

La incomprensión del “imperialismo” no solo conduce a una distorsionada interpretación de la realidad contemporánea sino al planteamiento erróneo del quehacer de los dirigentes socio-políticos y de las propuestas de los candidatos de la izquierda a ocupar un cargo de elección popular.

Para los marxistas la categoría “imperialismo” tiene que ver con Lenin, Hobson, Hilferding, Mao, Bujarin, etc.  Y en general tiene los siguientes atributos: 1.- Una nueva etapa del capitalismo con el surgimiento del monopolio a finales del siglo XIX, 2.- La monopolización acaba con la libre competencia nacional, 3.- La competencia se desplaza al mercado mundial y se desenvuelve en medio de conflictos armados entre potencias dominadoras de zonas geopolíticas, 4.- Se estanca el desarrollo de las Fuerzas Productivas en los países monopolistas y se acentúa la exportación del capital desde el centro hacia la periferia, 5.- Se fusiona el Capital Bancario con el Capital Industrial y el dominio del Capital queda del lado del Capital Bancario, 6.- El monopolio conduce necesariamente al colonialismo y a la sustracción violenta de la plusvalía creada en los países coloniales y 7.- Las guerras por el reparto del mundo entre las potencias monopolistas son inevitables, así el capitalismo monopolista tiene a las guerras como elemento esencial de su existencia.

El desarrollo del capitalismo rompió las cadenas de las fronteras geoeconómicas que las propias potencias monopolistas impusieron a finales del siglo XIX y que llevaron a la catástrofe económica de la década de los años 20-30 del siglo pasado. Estas parcelaciones geográficas fueron el motivo a la primera y segunda guerras mundiales. En el lugar de tales áreas geográficas acotadas surgió la multinacionalización del capital y consecuentemente la mundialización o desfronterización de la actividad económica. Esta son las características del capitalismo contemporáneo. Hoy no se puede hablar de que cierto capital es norteamericano o europeo porque al lado de los capitales de USA y de la UE participan capitales de otras nacionalidades. Tampoco se puede hablar por ejemplo que los productos de “Texas Instrument”  sean productos norteamericanos porque en su construcción han participado países latinos, europeos y asiáticos. Y precisamente por eso, no pueden existir hoy las políticas de sustitución de importaciones ni las “nacionalizaciones” como se dieron después de la segunda guerra mundial. Por eso Dilma en Brasil, Evo en Bolivia, Maduro en Venezuela, Cristina en Argentina, etc., no pueden hacer lo que sus antecesores hicieron en el siglo pasado. Y por eso mismo pasarán en la historia como hábiles impulsores del capitalismo mundial en sus países.

El imperialismo de ayer que Lenin lo caracterizó como superestructura, o sea como política pública con aroma monopólico, hoy ha adquirido otras determinaciones. El capitalismo mundial o global que representa la universalización del capital lo ha ubicado en su justa dimensión de gendarmería para la preservación y garantía de sus intereses. Pero seguiremos con este tema mañana.