“Cuando conocí a AMLO”
Ulises A. Rodríguez
04 de diciembre de 2013
Ayer que me enteré del infarto al miocardio que sufrió el ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, no pude evitar que vinieran a mi mente algunos recuerdos.
A Andrés Manuel lo conocí en marzo de 2008, cuando se empató la oposición que el tabasqueño encabezaba la oposición hacia la iniciativa de reforma energética que propuso el presidente Calderón y el proceso electoral intermedio en Nayarit, donde se buscaba generar la coyuntura que permitiera ganar la presidencia municipal de Tepic y por supuesto, las otras 19 alcaldías y los distritos electorales.
Vino a hacer un recorrido por el estado y en aquella ocasión, encabezaría 3 eventos, uno en Santiago, Compostela y en Tepic. A pesar de que el PRD atravesaba por una crisis fuerte de credibilidad, toda vez que la elección interna para elegir dirigente nacional había degenerado en un circo de acusaciones entre los dos principales aspirantes -Alejandro Encinas y Jesús Ortega-, en Nayarit, el PRD y sus simpatizantes tenían amplias posibilidades de ganar varios municipios y era, de hecho, la segunda fuerza política del estado. Para cuando Andrés Manuel llegó a Tepic, yo tenía apenas unos días de haberme integrado a los trabajos de campaña del Dr. Miguel Angel Navarro -quien era diputado federal y había sido candidato a gobernador en 2005, compitiendo contra Ney González- y que se aprestaba para ser candidato a la alcaldía de Tepic. La primera actividad fuerte que tuvimos, desde mi ingreso a aquella campaña, fue precisamente la visita del ex jefe de gobierno.
Después del mitin en Tepic, donde el tabasqueño respaldó al Dr. Navarro en su aspiración por la presidencia municipal –ante el descontento de otros miembros del PRD que estaban en la pérgola de la plaza principal de Tepic, desde donde AMLO hablaba a la gente-, nos tocó trasladarnos a Santiago.
El recibimiento de la gente fue impresionante, el carisma que posee Andrés Manuel y la conexión que logra con sus seguidores, es algo que siempre me ha parecido sorprendente. Lo he dicho, independientemente de estar o no, de acuerdo con López Obrador, no se le puede regatear el hecho de que es su liderazgo político y social durante los últimos 10 años, le han permitido ganarse la confianza de millones de mexicanos.
Después del mitin, cuando bajó del templete, la gente se arremolinó a su entorno para abrazarlo, tomarse fotos con él, entregarle cartas, peticiones o para que les firmaran un libro y fue ahí, donde un hombre le preguntó, a manera de saludo: ¿Peje, qué te pareció Santiago, ya conoces Mexcaltitán?
Mientras seguía dejando que la gente se le acercara, que las señoras lo besaran y abrazaran, Andrés Manuel le respondió a aquel santiaguense que le había preguntado si ya conocía Mexcaltitán, con una improvisada clase de historia y geografía sobre nuestro estado. Debo reconocer que me llevé una grata sorpresa al ver el conocimiento que tenía Andrés Manuel sobre Nayarit. Habló en tan solo unos minutos sobre la teoría que vinculaba a la isla de Mexcaltitán con la mítica ciudad de Aztlán, de donde partió la peregrinación azteca que finalmente fundó la gran Tenochtitlán, así como de los indicios que decían que Aztlán se encontraba en Nayarit sin duda, pero no en Mexcaltitán, sino al norte, en el municipio de Tecuala y el debate que esto suscitaba entre los estudiosos del tema.
Andrés Manuel, como pocos políticos –sin importar partidos-, cuenta con un conocimiento real de cada municipio en México, presume de haberlos visitado en su totalidad a lo largo de años de permanentes campañas de movilización. Pude percatarme también de que se trata de alguien que de verdad cree en sus ideas –erróneas o correctas- y que siente una especial empatía con los más marginados. A Andrés Manuel lo vi mucho más cómodo, suelto, sonriente, bromista con los más humildes, que con aquellos que sabía, tenían un capital político y económico considerable.
No, al relatar esto no omito el recuerdo de René Bejarano, de Gustavo Ponce ni de otros políticos cercanos a AMLO que nos han dejado un mal sabor de boca a los mexicanos por sus actos de corrupción, pero también es cierto que personajes de esa calaña y mucho peores, hay en todos los partidos políticos, los Salinas, los Fox y el ex gobernador de Chiapas, Juan Sabines, por citar tan solo 3 ejemplos.
Sin embargo, creo que no está lejano el día en que la historia ponga a todos en su lugar, ignoro qué lugar le depara a Andrés Manuel, pero espero que se le reconozca su voluntad y ánimo por estar siempre al lado de los mexicanos más humildes.
No puedo decir que soy su seguidor, porque no es así, estoy en desacuerdo con muchas de sus acciones políticas –la inclusión de Manuel Bartlett y el cobijo que brinda al ex gobernador chiapaneco Pablo Salazar, ambos represores de izquierdistas-, ni estuve de acuerdo con la faramalla del “gobierno legítimo”, pero reconozco la importancia que tiene López Obrador en nuestro país, creo que México lo necesita, como necesita a todos aquellos que luchamos desde nuestra trinchera, motivados solo por amor a nuestro país y esperando que se forje en México un cambio, a partir de ese esfuerzo. Desde aquí, le deseo pronta recuperación a Andrés Manuel López Obrador.
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