Y la liebre saltó
Miguel González Ibarra
30 de noviembre de 2013
28 de Noviembre de 2013. Día bueno. Bueno para México. Prometedor. De augurios esperanzadores para la patria. Muchos, no creen. La historia no es subjetiva. La historia se forja con hechos. Y este es uno, nada menor. Veámoslo en su justa dimensión, con el rigor y a la luz de la historia como ciencia.
El partido que surgió de la impresionante movilización nacional jefaturada por el Ingeniero Cárdenas en 1988, se sale del Pacto por México.
En política, no hay nada escrito. Cuando menos se piensa, salta la liebre. Este dicho popular, surgido de las áreas rurales, lo tomaba muy en cuenta en sus profundos análisis, Lenin, el líder de la Gran Revolución de Octubre, primer acontecimiento social proletario en el mundo, hace casi cien años atrás, allá en la vieja y milenaria Rusia, donde se construyó el primer Estado de obreros y campesinos de la historia universal.
Por lo pronto, el Partido de la Revolución Democrática está fuera del Pacto por México. Desde que surgió, la clase trabajadora de este país, lo definió como el Pacto contra México.
Hagamos bien la apuesta. Apostémosle a que es una jugada seria, de largo alcance, de visión estratégica, acordada y resuelta por la dirigencia del sol azteca.
No caigamos en el fatalismo. El fatalismo conduce siempre a la derrota. El fatalismo coloca a uno de los adversarios, en el sitio de los vencidos, antes de iniciar la batalla.
El PRD no es un grupo. Es bueno y sano repetir: El PRD emana de una poderosa movilización popular nacional y que posee raíces brotadas de aquel histórico Partido Comunista Mexicano. Es oportuno recordarlo en un instante como el que vivimos.
Marcelo está de plácemes. Su gallo cacaraquea. Ganó. Le salió bien la jugada, al interior de su partido. Pero, más que a él, la patria mexicana puede librar y superar este momento tan peligroso que se vive en el país. Con esta óptica debería verlo el ex jefe de gobierno de la ciudad de México.
La propiedad nacional, representada por el petróleo, está en riesgo. Al parecer, PRI y PAN, tienen la decisión. En la oscuridad, como lo hacen los criminales, han cocinado el banquete que engullirían las transnacionales. Es el valor que tiene la salida del PRD del famoso pacto.
¿Por qué?
El gran frente nacional es lo que salvará a México en este momento tan delicado. El fascismo está ya aquí. Las dos cámaras, la de senadores y diputados, están tomadas. En la práctica y en los hechos, se trata ya de un golpe de Estado.
Ante tal realidad, la única estrategia y táctica válidas, es el gran frente nacional patriótico; el nombre es lo de menos; lo importante es la unidad de todas las fuerzas amantes y protectoras del interés de la nación; lo cual, eso, los bienes de la patria, es la primicia para garantizar el interés social y popular; y los dos, lo nacional y lo social, no es ocioso repetir, van agarrados de la mano.
Desnacionalizar es colonizar. Quitarnos el petróleo, es hacer, de plano, de México, colonia yanqui. Y siendo colonia de Estados Unidos, los niveles de vida de los mexicanos, se desplomarán, a partir de que la conciencia patriótica se irá agotando hasta el sometimiento absoluto. Y la conciencia social es la forjadora de todo, hasta de nuestro modo de caminar, ya no digamos de los medios materiales que requerimos para sobrevivir.
Con todo y lo que se diga, el PRD se ubica en este lado, del interés nacional. Su posicionamiento es importante; contribuye, en mucho, a la construcción de esa necesaria gran alianza, capaz de asociar y movilizar a 117 millones de mexicanos, dueños auténticos y legítimos de la riqueza petrolera del país, que no es del PRI ni del PAN, cuyos legisladores, están ya secuestrados, prestos a poner la cereza del pastel traído desde Washington y fabricado por los dos macabros gemelos: el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que se frotan las manos tal cual vulgares forajidos.
Veamos, pues, en positivo, la salida del PRD del pacto. Es una de las fuertes señales para armar el gran frente en defensa del petróleo, también de la electricidad y, en el paquete, va todo lo demás, por supuesto, que siga viva la escuela pública y muy vigentes los derechos de las maestras y maestros de México.
Apareció otra vez el viejo refrán. Cuando menos se piensa, la liebre salta. Y el 28 de noviembre de 2013, la liebre saltó, con la salida del PRD del Pacto por México.
Que sea para el bien de la patria. Que sea para conservar el texto original del 27 constitucional, que creó la propiedad nacional, misma que, (hay que refregárselo en la cara a los neoliberales fascistas del PRI y del PAN) es TODOPODEROSA PORQUE ES ETERNA.
Blog del autor: http://miguelgonzalezibarra.wordpress.com/
Twitter: @MGonzalezIbarra
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