Nadie puede hacer algo más allá de lo que se puede

Vaya controversia que se armó con la designación del doctor, Hugo López Gatell como representante de México ante la Organización Mundial de la Salud (OMS). Entre esta polémica se armó las voces en contra aducen que lo premiaron en vez de mandarlo a la cárcel designándolo como el “doctor muerte” y, las voces a favor aplauden esta decisión de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo (CSP) que ya se había tardado en darle un encargo como en este caso: en a rama que conoce el doctor López Gatell.

Nadie está obligado a hacer algo más allá de lo que puede, por lo que no se puede tachar el trabajo que hizo López Gatell durante la pandemia cuando fungió como subdirector de Prevención y Promoción de la Salud, durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador (AMLO); labor en donde posiblemente pisó algunos callos se sectores que anteriormente había sido favorecidos en los sexenios anteriores. Callos pisados, porque no se explica de otra manera que, en cuanto comenzó a dar a conocer indicaciones y advertencias para prevenir y ya después para combatir la pandemia que ya estaba encima, dando en las conferencias matutinas recomendaciones claras y que se pudieran hacer en lo posible por la población.

Entre sus exposiciones en las mañaneras en donde cotidianamente daba información de los avances para combatir en lo posible la pandemia, una de las frases que le fue muy criticada fue cuando al inicio de sus exposiciones y a pregunta expresa de los reporteros ahí presentes, dijo que el cubrebocas en sí era nada más un síntoma de seguridad, por lo que lo mismo daba si se usaba o no, ya que los cubrebocas que se utilizan en los quirófanos son más bien para no infectar a las personas que están operando y no para que no se infecten quienes están interviniendo en la cirugía. 

Y, a propósito del mentado cubrebocas, hubo gobiernos estatales y municipales lo tomaron como un acto de fe e incluso hasta lo hicieron obligatorio, a pesar del daño que les hace a las vías respiratorias; incluso, CSP siendo jefa de Gobierno de la Ciudad de México sugirió a sus conciudadanos a que lo utilizaran siempre y ella misma aparecía en sus eventos con parte de su rostro cubierto por el susodicho cubrebocas.

Pero no así AMLO, quien jamás lo usó durante sus mañaneras ni eventos, salvo cuando tenía que viajar en vuelos comerciales, pero esto debido al protocolo de las aerolíneas y, tal vez, para no levantar ámpulas, pues si de por sí siempre lo trajeron en salsa sus detractores y adversarios, por lo que en caso de no haberse puesto un cubrebocas en al avión no se la hubiera acabado y más, si algunos de los pasajeros que habían viajado en el mismo avión salía infectado de covid-19.

Es probable que tal vez el que AMLO no haya usado el cubrebocas casi nunca hubiese sido un mensaje subliminal de que no estaba plenamente convencido de que fuera de mucha utilidad el uso del cubrebocas.

Y, en el entendido de que se hace lo que se puede, ¿por qué Hugo López Gatell fue tan atacado durante su gestión como subdirector en la Secretaría de Salud? Él advirtió, sugirió, promovió y puso mucho énfasis en decirle a la ciudadanía cómo cuidarse; sin embargo, hasta por eso fue muy criticado, sobre todo por decir que las manos tendrían que lavarse constantemente.

Es bueno recordar cómo los medios de difusión, tanto impresos como televisivos y ahora en las redes sociales cómo se puede inflar o aplastar mediáticamente a una personas, grupo o grupos, pues no por nada en su momento se llegó a decir que la verdadera Secretaría de Educación Pública eran las televisoras debido a su poder de introducción en la mayoría de los hogares mexicanos, ya que su poder de manipulación hacía que infinidad de personas creyeran a pie juntillas todo lo que se les decía a través de la televisión a nivel nacional. No hay que olvidar como hicieron subir como la espuma supuestos cantantes y actores que después pasaron al olvido colectivo por no tener en realidad ningún talento artístico. Así se hizo también con personajes políticos y empresariales que no se ponían a modo con sus cuotas o que por indicaciones de arriba se le tachaba de todos los males del mundo a determinado político.

Así se pudo haber trabajado con López Gatell cuando comenzó a pisar determinados callos, pues dijera lo que dijera en sus conferencias, algunos medios y redes sociales lo tergiversaban o le daban otro sentido a lo que había explicado el doctor y lo peor: hasta culpándolo de las muertes causadas por la pandemia.

Sea pues. Vale.