¿Se puede someter a consulta popular la revolución mexicana?
Miguel González Ibarra
30 de octubre de 2013
1.La Revolución Mexicana de 1910 es petróleo. Petróleo es Revolución Mexicana de 1910. Quién crea que estos dos acontecimientos están separados, se equivoca, rotundamente, garrafalmente, fenomenalmente. No hay separación. Son una unidad histórica, social, económica, cultural, del devenir ayer, hoy y siempre, aun posterior a que el derivado de materia orgánica acumulada se extinga por ser recurso no renovable. Hablar de la Revolución Mexicana de 1910 es referirse al petróleo, inevitablemente. Lo mismo que decir petróleo mexicano, es, igual, a mencionar el proceso histórico del país que tiene como punto sobresaliente el Plan de San Luis y la fecha del 20 de Noviembre de 1910.
2.En el canal de las estrellas en un espacio dentro de la serie “la rosa de Guadalupe” (conste que fue casualidad no veo televisión menos programas de televisa) capté un promocional de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano llamando a firmar para pedir se someta a consulta popular si se reforma o no el artículo 27 de la Constitución, es decir, si se privatiza o no el petróleo, ello, en los términos del artículo 35, cuya figura fue introducida a nuestra Carta Magna, apenas el año pasado. En el mismo tenor ha ido López Obrador.
3.La Revolución Mexicana es un fenómeno de nuestro desarrollo histórico que arrancó aquel año de 1910 justamente para rescatar el petróleo mexicano y ponerlo en manos de la nación y usarlo como el arma más importante que impulsara el progreso y la transformación nacional. Este fue el rubro más destacado del suceso denominado Revolución de 1910 que cambió a México y conmocionó al mundo registrado en dos grandes momentos el primero con el Constituyente de Querétaro en 1917 definiendo a los hidrocarburos propiedad nacional (no estatal) y el segundo aquel 18 de Marzo de 1938 cuando el General Cárdenas expropió la industria petrolera en manos de extranjeros completando o coronando así el ciclo iniciado con el programa político revolucionario.
4.Es imposible someter a consulta popular los asuntos históricos. A eso se le llama infantilismo de derecha no de izquierda. El papel de Hidalgo y la Independencia no está sujeta a consulta popular. Lo mismo el movimiento de Reforma con Juárez de dirigente. Imagínense: someter a consulta popular el regreso o no de la esclavitud o hacer lo mismo para preguntarle al heroico pueblo mexicano si la iglesia debe seguir siendo dueña de vidas y haciendas. La historia no camina hacia atrás. La historia camina hacia adelante. La historia se va construyendo por etapas. México tuvo su comunidad primitiva, su esclavismo, su feudalismo, ahora su capitalismo en la fase neoliberal y, tendrá, necesariamente, por ley histórica, su línea en espiral que se llamará Poder Popular.
5.Luego, entonces: ¿Se puede someter a consulta popular la Revolución Mexicana? Por lo tanto, ¿Se puede someter a consulta popular el texto del artículo 27 constitucional que define al petróleo como propiedad de la nación? No, no se puede. Cómo tampoco se puede tal cual lo pretende Peña Nieto cambiar el texto que escribió el Constituyente de Querétaro que resuelve para la eternidad el petróleo propiedad nacional. Las dos cosas van de la mano, son inseparables. Privatizar el petróleo es negar la Revolución Mexicana, esto es, pretender negar lo innegable.
6.El petróleo fue la sangre de la Revolución. El petróleo sigue siendo la sangre de la Revolución. El petróleo seguirá siendo la sangre de la nueva Revolución ya en gestación. El petróleo es la sangre de la República. Pero, es la sangre de la República porque sus dueños somos 117 millones de mexicanos, es decir, la nación, más claro: el petróleo es propiedad nacional, no de Peña Nieto ni de los senadores y diputados federales sumando los miembros de las legislaturas locales.
7.Está ya la iniciativa de Peña Nieto en manos del legislativo para privatizar el petróleo. Tenemos la esperanza que no la voten. Porque si lo hacen será un acto antihistórico. El pueblo de México no lo aceptará, no lo permitirá, lo echará abajo en menos que canta un gallo. Es como cuando Pinochet quiso borrar a Allende con su muerte. Lo hizo más grande. De ser líder de Chile en 1973 ahora en el 2013 y por los siglos de los siglos es y será héroe y guía de 7 mil millones de seres humanos que habitamos el planeta. En este caso, de registrarse el golpe contra nuestro petróleo, brotarán del centro de la tierra mexicana millones de Lázaros Cárdenas y millones de Panchos Villas.
8.Un puñado de vendepatrias no pueden entregar el petróleo mexicano a extranjeros. Van contra el Derecho. Hay un derecho histórico. El Derecho histórico no se puede mover, no se puede tocar, nunca prescribe. Ni el Presidente de la República, ni los senadores, ni los diputados federales, ni los legisladores locales, tienen facultades para decidir lo que nos pertenece a 117 millones de mexicanos y que está ya con el sello de Propiedad Nacional.
9.En efecto, el petróleo mexicano es Propiedad Nacional. La Revolución Mexicana se hizo para constituir y construir justamente la Propiedad Nacional. La Propiedad Nacional es lo superior. La Propiedad Nacional es inamovible, intocable, imprescriptible. La Propiedad Nacional es todopoderosa porque es eterna. A quienes están al frente del aparato del Estado mexicano, les advertimos que con ella, ni se metan, no se les ocurra entregar a extranjeros nuestro petróleo porque saldrán derrotados como los franceses en la Batalla de Puebla.
10.Cuauhtémoc Cárdenas y López Obrador están rotundamente equivocados al proponer someter a consulta lo que es imposible hacer en términos del desarrollo histórico. Pero, bueno, ambos vienen del PRI, respetando el origen del Ingeniero por ser hijo del más grande Presidente junto a Benito Juárez y están muy lejos de tener el temple de Flores Magón. Está claro con esta postura de los dos que México necesita otro tipo de liderazgos. El momento mexicano exige que sea el movimiento obrero, por tanto, líderes con el pensamiento de la clase obrera, quienes se pongan al frente de la delicada pero ciertamente hermosa realidad nacional para echar abajo las contrarreformas ya acordadas y eviten borrar el texto del 27 que redactó el Constituyente y, esto, sea la gran plataforma para edificar un régimen que garantice la felicidad de todos los mexicanos.
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