Demetrio Vallejo Martínez, un honesto y verdadero líder de masas
Sergio Mejía Cano
22 de Noviembre de 2024
En días recientes reenvié un video en donde se ve el puente ferroviario denominado en la otrora orgullosa ruta de la costa occidental, el Ferrocarril del Pacífico (FCP), como “Salsipuedes”, que es el más largo y profundo al atravesar la vía férrea la Sierra Madre Occidental, entre Ixtlán, Nayarit y La Quemada, Jalisco. Este puente se localiza en el kilómetro T-1641, 17 kilómetros antes de llegar a La Quemada, Jalisco.
En dicho video se ve que alguien va grabando desde la máquina guía de un tren de carga al ir atravesando ese puente circulando de norte a sur.
Un amable lector agregado a mi cuenta de Facebook, al parecer residente en Bahía de Banderas, Nayarit o en Puerto Vallarta, Jalisco, en el espacio de los comentarios dice textualmente: “Bonito, pero los ferrocarriles fueron un servicio que los mismos ferrocarrileros boicotearon y derrumbaron. Gracias al oaxaqueño Demetrio Vallejo. En Matías Romero debían hacerle un monumento para que nadie olvide el daño que le hizo a ese medio de transporte (sic)”. Tengo entendido que este amable lector de mi cuenta de Facebook es oriundo precisamente del estado de Oaxaca.
Obviamente que este amable oaxaqueño desconoce por completo o se ha forjado una idea errónea de lo que ha pasado con los ferrocarriles en nuestro país, pues con decir que fueron los mismos ferrocarrileros quienes boicotearon y derrumbaron este servicio de transporte, ya está errado de antemano y más, al afirmar que Demetrio Vallejo Martínez dañó este medio de transporte, porque si ha habido un líder sindical honesto y que sí vio por su gremio es precisamente este auténtico líder de acuerdo a la acepción de un verdadero líder de masas, pue contó en su momento con el apoyo de la mayoría de los trabajadores ferroviarios en los momentos cruciales del movimiento de huelga entre los años de 1958-1959.
Lo curioso es que, así como se expresa este oaxaqueño que reside en la costa nayarita o jalisciense, en su momento varios ferrocarrileros opinaban algo similar: de que por culpa de Vallejo se habían quedado sin trabajo, que los habían corrido, perseguido, encarcelado, etcétera; y todo por culpa de Demetrio Vallejo, según estos detractores.
A principios de los años 70 del siglo pasado todavía había un fuerte movimiento a favor de Demetrio Vallejo, especialmente el Movimiento Sindical Ferrocarrilero, en donde todos sus integrantes y simpatizantes nos identificábamos como vallejistas.
Cierto día al estar esperando en el hospital del FCP, en Guadalajara, Jalisco, que se me hicieran los análisis médicos requeridos para ingresar a trabajar en las oficinas, en la misma sala de espera estaban más personas y dos varones como cuarentones que estaban a mi lado con los que entablé plática, salió a relucir el tema de Vallejo, pues ambos comentaron que iban a reingresar después de haber quedado sin trabajo en el FCP desde 1959 ¡por culpa de Vallejo!
Como mis ancestros tanto paternos como maternos siempre habían sido ferrocarrileros, ya me tenían bien aleccionado sobre lo sucedido durante aquella huelga y más, porque tanto mi abuelo y mi papá también habían quedado fuera, pero arreglaron rápidamente su reingreso al trabajo. Así que les pregunté a estos dos varones por qué le echaban la culpa a Demetrio Vallejo por haber quedado sin trabajo, a lo que ambos respondieron que por haberlo seguido en su aventura de pedir mejoras para la clase trabajadora tales como atención médica y medicinas, mejores salarios, pagos por estancias en terminales fuera de la residencia de los trabajadores, jornadas laborales justas, etcétera.
Así que les dije a esos señores que quien los había dejado sin trabajo en el ferrocarril fue el gobierno de aquel entonces que presidía Adolfo López Mateos, pero que su barco criminal y represivo había sido su secretario de Gobernación: Gustavo Díaz Ordaz, pues fue ese gobierno el que reprimió, persiguió, golpeo, encarceló y, en algunos casos hasta asesinó a los trabajadores huelguistas y no Vallejo, pues él también, junto con Valentín Campa, fueron apresados y encarcelados precisamente por ese gobierno represor. Así que, Demetrio Vallejo Martínez no había tenido nada qué ver con la pérdida de su trabajo; al contrario, pues si eso había pasado por haberlo seguido en sus peticiones de mejoras para los ferrocarrileros, deberían sentirse orgullosos y no abatidos.
Afortunadamente, poco a poco se fueron cumpliendo aquellas peticiones que pregonaba Vallejo, sobre todo en el Contrato Colectivo de Trabajo del FCP.
Sea pues. Vale.
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