Desobediencia ciudadana
Octavio Camelo Romero
21 de octubre de 2013
Este viernes 18 de octubre del año 2013 la entidad se engalanó con la presencia del polémico luchador social Gerardo Fernández Noroña mejor conocido como “el diputado Noroña”. Vino a invitar a los nayaritas a participar en la “Revolución Pacífica” para sacar al presidente Enrique Peña Nieto de los “pinos” y del “palacio de gobierno”. Afirmó que el presidente constitucional no aguanta una semana o quince días sin compras de la gente en el mercado, sin consumo de energía eléctrica, sin consumo de gasolina, sin ver a televisa, sin beber refrescos, etc. También preciso la existencia de dos partidos en el país, los que militan y actúan a favor del pueblo y los que están en contra del pueblo. En este último partido dijo militan y actúan aquellos diputados y senadores que han aprobado las reformas propuestas por Peña Nieto. Su llamado a la “desobediencia civil” es porque está en contra de la “violencia” dado que con ella muere mucha gente luchadora.
El diputado Noroña seguramente no está enterado que más de 50 millones de mexicanos ya está desde hace mucho tiempo atrás, en la “desobediencia civil”, no porque no quieran comprar sino porque no tienen dinero para comprar. Estas condiciones de vida infrahumanas no cayeron encima de la población por el apoyo o el acuerdo de los legisladores del Congreso de la Unión para la aprobación de las reformas peñanietistas. Estas condiciones de existencia de la pobreza y de la miseria de los mexicanos son productos del exceso del capitalismo mundial y de sus políticas neoliberales. Son resultados de las luchas democrático-burguesas hábilmente utilizadas por el capitalismo internacional para justificar el desmantelamiento del “bloque socialista”, el cual, con toda y sus fallas, servía por lo menos de muro de contención a los excesos del capitalismo.
La estrategia de la conformación del “Pacto por México” por los dirigentes de los tres partidos políticos “grandes” no es un asunto menor, como dijera Gonzalo Yáñez. No se trata de una “mesa de diálogo”. Funciona como la instancia política de negociación de las fuerzas representadas allí. Viene a ser como el PRI de los años 60-70 o el partido comunista chino de la actualidad. De allí salen cocinadas las acciones que se trasladan al Congreso de la Unión, a los Partidos Políticos, al Poder Ejecutivo, etc. El diputado Noroña sabe de estas cosas porque estuvo en el Congreso de la Unión, en el PRD, en el movimiento de AMLO, etc.
En realidad es urgente la conformación de una verdadera “izquierda” en el país. Los más de 50 millones de mexicanos en situación de pobreza alimentaria requieren de una fuerza política que limite los excesos de los partidos políticos neoliberales al servicio del Estado Neoliberal Mexicano, cuyas políticas erráticas provocan el hundiendo del país y lo orillan a una peligrosísima parálisis económica y una consecuente agudización de las contradicciones sociales. La miopía política de la actual clase gobernante pone en riesgo la estabilidad del país. Sus políticas públicas hunden a más mexicanos en la pobreza alimentaria. Y para “colmo de males” los desastres provocados por la Naturaleza agravan más la situación de penuria muchos mexicanos.
La lucha revolucionaria en México es la lucha por elevar las condiciones de vida de la mitad de los mexicanos que viven en la pobreza, es la lucha por elevar los salarios nominales y reales, es la lucha dejarle al capitalista el pago de impuestos, esto es, por liberar de la carga impositiva a los trabajadores, es la lucha por la conquista del poder político, es la lucha por “transformar a la clase obrera de clase en sí en clase para sí”. Es lucha no se está planteando por los ideólogos de la pequeña burguesía, asustada por la amenaza de su proletarización. En realidad los AMLOs, los Noroñas, los Cuauhtemocs, etc., no están representando los intereses de la clase obrera. Si encabezan movimientos democrático-burgueses pero no van más allá de los límites del capitalismo.
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