Aquellos tiempos...

EJÚBILO TRAS EL TELÓN, HOMENAJE A ACTORES Y AL TEATRO

(Lo expresado por Octavio Campa Bonilla durante la presentación del libro Júbilo tras el telón de Oscar González Bonilla)

Oscar González Bonilla, por quien profeso un fraterno cariño que el paso del tiempo ha fortalecido, me ha solicitado que vierta un comentario, utilizando como pretexto la edición de su libro júbilo tras el telón. 

Encomienda que me apresto a realizar con sumo agrado, al tiempo que extiendo mi gratitud por la honrosa distinción que mi amigo Oscar me ha conferido.

Señalo de entrada que el libro en cuestión no tiene índice y el colofón se omite, pero ello, como refieren los italianos resulta ser pecata minuta, porque el volumen profusamente ilustrado con las imágenes de los protagonistas de la obra teatral “Farsa y Justicia del Señor Gobernador”, es una verdadera joya periodística, por su rico contenido y valores literarios.

A la presentación que suscribe don Luis Manuel Hernández Escobedo, Secretario General del Sindicato de Empleados y Trabajadores de la Universidad Autónoma de Nayarit, gremio que por cierto patrocinó la edición, le siguen un artículo periodístico firmado por el doctor Arturo Camarena Flores, dos publicaciones de la Guipa, columna que de manera regular redacta Oscar González Bonilla, y una estupenda crónica que con el título de Conjeturas farsa y justicia del señor gobernador pública el prestigiado periodista Francisco Cruz Angulo.

Precedida por una foto panorámica del elenco, se publica el reparto por orden de aparición y al final de los 12 personajes, el crédito del director el maestro Octavio Campa Hernández.

En ese orden vienen insertadas las doce entrevistas que el autor realizó a la docena de integrantes de la Compañía: Júbilo Colectivo Escénico, que sin pretenderlo coincide con la misma cantidad de actores con que contaba aquel grupo denominado 12 + 1, que hace más de un cuarto de siglo, develó la primera placa de 100 representaciones lograda por un grupo local.

La edición concluye con una entrevista más que González Bonilla realiza al director Octavio Campa Hernández.

Con la venia del respetable público que nos honra con su presencia, y del honorable presídium, permítaseme parodiar al poeta español Rafael de León, al tenor de:

Y haciendo un poco de historia

nos volveremos atrás

para recordar las glorias

de Oscar cuando era chaval.

Eran los destellos de los primeros años de la década de los 70, Oscar González Bonilla era un jovencito, cuando inició su historia de reportero en el Diario del Pacífico, al lado de aquel par de excelentes periodistas que respondían al nombre de: Andrés González Reyna y Ceferino Sandoval Lara, que ya no moran entre nosotros, y con los hermanos Valdez Hernández, Manuel y Emilio, respectivamente.

Luego lo vi desempeñarse como locutor en la desaparecida cadena Notisistema, compartiendo micrófono con el extraordinario periodista Licenciado Rogelio Zúñiga Escobedo, con Paco Ocampo y con mi querido amigo Pedro Pulido Alegría. Pasó luego al arranque de la década de los noventas a ser director de noticiarios del canal televisivo local XHKG, donde además era el conductor estelar del programa Al Momento.

Oscar ha sido bateador emergente en muchos partidos que la vida le ha brindado, entre otros: jefe de prensa del Revolucionario Institucional, locutor de televisión al lado del tantas veces llorado Víctor Pineda Dávila, vocero del doctor Miguel Ángel Navarro Quintero, actor, articulista, reportero, bebedor de café y por si fuera poco, un aciago día, fue despojado de su candidatura a Síndico Municipal de Tepic, de manera cruel y aberrante.

Oscar González Bonilla que sin duda como refería el estimado licenciado Rubén Guzmán y Guzmán, está hecho con arcilla de heroísmo, se ha sobrepuesto una y otra vez a los avatares y encrucijadas que el destino le ha planteado, venciendo incluso a la parca, luego de una terrible intervención quirúrgica en el cerebro, que dejó medio, óigase bien, medio soreque a mi ilustre pariente.

Pero dejemos el pasado y volvamos al presente…

Júbilo tras el telón es más que un estupendo trabajo periodístico de Oscar González Bonilla, es un homenaje a un grupo de jubilados, miembros casi todos de la tercera edad, que han encontrado en la práctica del teatro el elixir bendito de la felicidad, el tónico vivificante de sentirse útiles, de celebrar con júbilo la alegría de saberse vivos y festejar con una sonrisa luminosa el generoso aplauso del público y tener la enorme satisfacción de haber cubierto 200 representaciones en el día mundial del teatro.

Júbilo tras el telón es un libro que cautivará a quienes tengan el privilegio de leerlo, por su amenidad, por su riqueza anecdótica, por la pulcritud con que está redactado y sobre todo, porque el autor, escudriña en el alma de los entrevistados y nos entrega convertidos en letra de molde un cofre repleto de suspiros y nostalgias.