Campañas anticipadas embozadas
César Ricardo Luque Santana
07 de octubre de 2013
Desde que comenzó la alternancia política comenzó también la manía de hacer campañas anticipadas embozadas, cada vez más descaradas, reveladoras no sólo de la iniquidad electoral por el enorme caudal de dinero que se suele emplear, el cual no es fiscalizado por la autoridad electoral ignorándose su origen y su monto, situación que da pie a toda clase de sospechas y sobre todo a un evidente deterioro y pervertimiento de la democracia. Esta práctica, lejos de regularse, es cada vez más cínica y grotesca, como lo atestiguan las actuales campañas apenas simuladas de diversos personajes como Gianni Ramírez (“Grandes Obras”), Alejandro Galván y otros, entre ellos Carlos Saldate, cuyo “informe” reciente es expresión clara de estos abusos
En efecto, hace apenas un par de semanas, el diputado del PRI Carlos Saldate realizó un “informe” de sus actividades legislativas haciendo un evidente derroche de dinero de origen dudoso, no sólo en toda la parafernalia utilizada en ese acto político, sino incluida la intensa promoción previa al mismo. Quedó claro que lo suyo no fue propiamente un informe sino un acto de futurismo político buscando posicionarse lo más firmemente posible para disputar la candidatura para alcalde de Tepic por su instituto político, donde rivaliza con otras dos figuras visibles: el aparentemente consentido del ejecutivo y encargado de obras públicas, Gianni (salido de la nada por su cercanía con Roberto Sandoval), quien ha estado realizando una campaña autopromocional supuestamente velada; y el inefable Alejandro Galván, un empresario publicista que como el mismo Saldate, emergieron como prósperos empresarios durante el período de Ney González, como alcalde Tepic primero, y luego, como gobernador de Nayarit.
Pero mientras la contienda al interior del PRI se desarrolla entre empresarios surgidos al amparo del poder: un transportista, otro de la industria de la construcción y el tercero publicista; la sombra de otro empresario amigo del actual gobernador y aficionado como él a los jaripeos, Antonio Echeverría jr., se alza como una posibilidad no descartable ante el desprestigio social de los anteriormente mencionados y el fracaso estrepitoso del actual alcalde de Tepic, Héctor González. Parecería quedar claro desde la perspectiva priista que tendría que apostarle por la imagen de alguien que no cargue con los estigmas de los mencionados aspirantes priistas (aunque en todo caso carga con otros estigmas igualmente preocupantes)
Volviendo al “informe” de Saldate quien movilizó miles de personas con acarreos (que al cabo por transportes no paran), rifas de todo tipo incluida un casa, publicidad en casi todas las unidades de transporte urbano (camiones, combis, taxis), sin dejar de lado los spots por radio, el perifoneo por todo el municipio, y muchos otros gastos más, propios de ese tipo de actos masivos, generó enormes gastos económicos, por lo que sería interesante saber su monto aunque sea aproximado y, sobre todo, saber de dónde salió ese enorme caudal de dinero. Por lo pronto, esta apuesta millonaria para aspirar a una candidatura y eventualmente a un cargo de elección popular de un ayuntamiento que tiene sus finanzas en bancarrota, enormes rezagos en los servicios públicos, etc., deberían alertarnos de los motivos reales que un sujeto evidentemente impreparado política y administrativamente para gobernar la capital de nuestro estado.
Por cierto, como cosa anecdótica, Gianni Ramírez acudió al “informe” del diputado Saldate en representación del gobernador Roberto Sandoval, lo cual en sí mismo es indicativo de la postura del ejecutivo quien parece le daría el espaldarazo a su funcionario consentido (el de la Grandes Obras) o en su defecto no apoyaría al señor Saldate. Dicen que cuando Gianni Ramírez fue presentado a la concurrencia, el “aplausometro” lo benefició, dándole con ello un revés a Saldate, como si en una fiesta un invitado (además indeseado), tuviera más afectos que el propio festejado. Para tratar de resarcir ese resbalón, se dio la consigna que cuando hablara Gianni Ramírez fuera abucheado, cosa que hicieron unos cuantos incondicionales del magnate transportista.
En contraste, a principios de ese mismo mes de septiembre, atestiguamos otro informe que sin ocultar aspiraciones legítimas futuras, fue un auténtico ejercicio democrático de rendición de cuentas. En efecto, el informe legislativo del diputado Miguel Ángel Arce Montiel, uno de los pocos diputados que ha desempeñado con eficiencia y dignidad su labor de representante popular, realizó de manera inédita y audaz su informe en un espacio abierto exponiéndose a ser desairado por los ciudadanos, saboteado por sus adversarios, a la posibilidad de lluvia, etc., logrando atraer a unas mil quinientas personas sin acarreos, ni regalos, ni rifas y casi sin promoción (la más intensa se realizó en las redes sociales), donde dio cuenta en forma breve pero puntual de sus logros en materia legislativa, explicó sus posiciones en materia de fiscalización donde señaló sin subterfugios ni sensacionalismo actos de corrupción, de dispendio e impunidad de las autoridades del sexenio anterior y actual, y relató en qué ha consistido su intensa labor de gestoría y acompañamiento sin tregua de la lucha social a lo largo y ancho del estado, todo sustentado en hechos.
Preocupa entonces que haya aspirantes que realizan gastos exagerados de promoción de su imagen que son evidentes actos de campañas anticipadas y que no haya manera de fiscalizarlos para determinar cuánto dinero han empleado y ni de dónde ha salido. Pero además, existe la sospecha de que quien no tiene reparo en derrochar dinero para satisfacer su ambición personal, es porque ese dinero no les cuesta o porque piensan reponerlo con creces una vez que legalmente ocupen el cargo por el cual aspiran.
En resumen podríamos decir que si por una lado si se percibe que al menos en la movilización de Saldate se gastó todo el dinero que otros candidato gastarían a lo largo de toda una campaña electoral oficial, o que dichos gastos debieron estar al por encima de los topes de campaña usualmente autorizados, podremos imaginarnos la enorme cantidad de recursos que un candidato como Saldate emplearía en su campaña convirtiendo inevitablemente inequitativa la competencia. Por otra parte, resulta evidente que quien se empeña en llegar a ser alcalde sin reparar en gastos y a sabiendas de que el ayuntamiento está hecho un desastre, ninguna buena intención puede tener. Al menos yo así lo creo.
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