Impunidad madre de la corrupción
Carlos Fránquez
22 de septiembre de 2013
Hay quienes afirman que el mayor mal de nuestra nación es la corrupción y que esta no tiene madre. En mi modesta opinión sí que la tiene y se llama impunidad.
La impunidad se nos presenta con diversos rostros. El más conocido es el de: "llevaremos la investigación hasta sus últimas consecuencias." Esta expresión es como una ofensa para quien pregunta al funcionario si se hará justicia ante un delito recientemente cometido.
El o los delincuentes, por su parte, reciben como un salmo la declaración de las "últimas consecuencias". Saben que no sucederá absolutamente nada: a disfrutar de la impunidad.
Pero esta impunidad no está hecha para todos, sino para la clase política y los grandes empresarios. Son ellos los que disfrutan de esta torcedura de la Ley. Para ellos es que está construida nuestra nación.
Los políticos pueden brincar a empresarios y los empresarios a políticos, según la actividad que sea más redituable en el momento. Si en el brinco se equivocan están los políticos de segundo nivel que tienen la encomienda de dirigir los partidos políticos, por medio de estos se le brinda respaldo y rescate al político o empresario que pudiera haber errado el salto.
Los políticos o empresarios igual, pueden cambiar de color partidista. Los políticos de segundo nivel que dirigen a los partidos se encargan entonces de ofertar las franquicias partidarias al miembro de la élite política o empresarial que busque nuevas aventuras. Promesas, baratijas y despensas son el instrumento con el que motivan al 30 por ciento de los electores que siguen participando en los procesos.
Entre las cuotas por asignación de obras que cobran los funcionarios públicos y las triquiñuelas para evadir impuestos que realizan los empresarios se dan los principales actos de corrupción en nuestro país. Esta vive amamantada y cobijada por la impunidad.
Los nutrientes de la corrupción los brinda la contraloría y los órganos de fiscalización; el cobijo, en cambio, lo brinda el poder judicial. El poder ejecutivo, el legislativo y las cámaras empresariales, en tanto, brincan de contento.
En un marco así de perfecto es que se anuncia la próxima elección para el municipio de Tepic.
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