Tepic, Nayarit, sábado 23 de noviembre de 2024

El problema no es el canelo

Ulises A. Rodríguez

18 de septiembre de 2013

El debate entre la cercanía del gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval Castañeda y el joven boxeador jalisciense Saúl “el canelo” Álvarez, llegó a su punto más álgido el pasado sábado 14 de septiembre, cuando éste último se enfrentó al estadounidense Floyd Mayweather. La pelea se llevó a cabo en la arena garden del hotel MGM Grand, en las Vegas, Nevada.

El debate al respecto, no es –hay que decirlo-, sobre la relación amistosa que existe entre el pugilista y el político, sino a cerca de las irresponsabilidades en las que ha incurrido Sandoval por darle prioridad a su amistad con Saúl Álvarez. Nada tendríamos qué reprocharle al gobernador si no pusiera en riesgo cuestiones de gobierno, por cuestiones de placer. La historia es bien conocida: Roberto Sandoval fue mecenas de “el canelo” desde que conoció a éste a finales de 2005, cuando Sandoval era diputado. A partir de allí lo patrocinó e incluso, se dice que vivió en la casa del político, por lo que la amistad es estrecha.

Sin embargo, insisto, eso no justifica el hecho de que Sandoval desatienda los graves problemas del estado que juró gobernar en septiembre de hace dos años. ¿Debemos asumir los nayaritas que le importó poco la epidemia de dengue que azota a Nayarit?, pues las cifras son alarmantes: el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SINAVE) nos dice que hasta el momento han habido 3337 casos de dengue, de los cuales 2, 581 han sido de dengue clásico mientras que 756 corresponden a dengue hemorrágico, habiendo causado ya 3 decesos. Lo anterior solo son cifras registradas en el Instituto Mexicano del Seguro Social, faltando además confirmar los datos de otras instituciones de salud en nuestro estado. De por sí esos datos son estremecedores y eso que nos retratan solo la punta del iceberg.  

En este punto abro un paréntesis. Parece que desde el gobierno estatal se pretende minimizar el tema, pues ha sido mínima la cobertura que se le ha dado, brindando prioridad hasta a los funcionarios que en medio de sus calenturas pre- electorales desfilan todos los días con declaraciones y anuncios irrelevantes por los medios oficiales de comunicación. No solo eso, sino que hasta se llegó a reprimir a la reportera de “Nayarit me gusta”, Libni Tapia y a su compañero –y mi amigo- Ricardo Esquivel Fierro, mientras ella realizaba entrevistas a los enfermos de dengue que llevaban días internados en el ISSSTE sin ser atendidos de manera adecuada. La reportera fue “retenida” por elementos de la policía municipal y trasladada junto con Ricardo, a la secretaría de seguridad pública municipal, donde se le dejó en libertad –no había cargo alguno-, no sin antes solicitarle sin éxito, que les entregara el material recabado durante su visita al hospital.

Si no le importó a Roberto Sandoval un problema tan delicado como es el brote de dengue, menos le importó el hecho de no haber asistido a la ceremonia en honor a los niños héroes de Chapultepec, el 13 de septiembre, pues desde esa fecha se fue a las Vegas. “Pecata minuta”, debió pensar Sandoval… ¿por qué conmemorar a un joven tepicense que dio su vida hace 166 años en defensa de nuestra soberanía, cuando había que ir a apoyar a otro joven en su pelea por el título mundial de box?  Y es que Roberto Sandoval nunca ha faltado a ninguna pelea del “canelo”, modificando su agenda para que coincida siempre con la de su amigo. Una clara muestra de ello fue la pelea de Álvarez contra Austin Trout, en abril de éste año en San Antonio, Texas, cuando el gobernador nayarita se inventó una reunión con el alcalde de esa ciudad, Julián Castro y con empresarios estadounidenses que supuestamente invertirían en el estado. Ninguna inversión se ha visto, pero estoy seguro que Sandoval disfrutó del viaje y de la pelea de su amigo, además de la exposición mediática que le dio salir en cadena nacional como parte del equipo del boxeador.

No es la primera vez que la amistad entre estos dos personajes causa controversia. En un reportaje de la revista proceso titulado “Un botín llamado canelo”, fechado el 20 de julio de 2012 y firmado por la periodista Beatriz Pereyra, el ex representante de Saúl Álvarez, Rafael Mendoza, narra a la periodista algunos de los pasajes por los cuales decidió abandonar al boxeador a pesar de haber sido él, quien creyó primero en el joven. Narra el reportaje, por ejemplo, la proclividad de Sandoval de estar presente en cada pelea del deportista y de irrumpir en su vestidor acompañado de amigos y de otros políticos a quienes solicitaba una foto con el muchacho. “Es su trofeo, su bulldog, su perrito nuevo” dice Mendoza, sobre la forma en que cree que considera Sandoval Castañeda al pugilista.

Reproduzco las siguientes citas del reportaje de proceso, porque creo que nos da pistas interesantes sobre la relación que tiene Sandoval como funcionario -esto es, que administra recursos públicos- con el joven boxeador:

“En Tepic el Canelo andaba inaugurando calles con el presidente municipal que fue copromotor de la pelea – contra Lanardo Tyner, el 5 de diciembre de 2009-, la cual, por cierto, estuvo a punto de cancelarse un día antes porque el señor (Sandoval) aún debía medio millón de pesos. El hotel también estaba contratado por él. Teníamos un contrato con la empresa ADO que pagó por llevar al canelo a la arena en un camión con fotos enormes del peleador, y a la mera hora Chepo Reynoso me dijo que se iban a ir con el presidente municipal. Entre tanto relajo se le olvidó llevar la bata del canelo. Ya estaban enloquecidos, todo lo hicieron como les dio la gana; el canelo andaba con guaruras y me di cuenta de que era un peleador de los que se convierten en mascotas de los políticos mientras son campeones mundiales, y después no les vuelven a hacer caso”. Agrega además, que con el pretexto de que los tepicenses pudieran ver a un bajo costo al boxeador en la pelea, Roberto Sandoval, entonces alcalde de Tepic, solicitó a los promotores de la pelea Ricardo Maldonado y Félix Tutico, que le vendieran en 1 millón de pesos la taquilla completa de la función. ¿Recurso propio? ¿De dónde? ¿Recurso público?

Continúa el relato: “Aunque no estaban de acuerdo, Mendoza cuenta que tuvieron que ceder porque Chepo Reynoso se empecinó en que así fuera. Incluso dijo que si el presidente municipal no pagaba, él mismo lo haría. El viernes anterior a la función, Sandoval aún debía 500 mil pesos, por lo que Maldonado y Mendoza al día siguiente anunciarían que se retiraban del evento. A la madrugada del sábado el funcionario entregó el resto del dinero.

Vendió la taquilla en 3 millones de pesos. Si se trataba de eso, nosotros hubiéramos puesto el millón, pero el presidente municipal lloró y dijo que él quería poner precios baratos para que la gente fuera, y no sucedió así. Lo que quería era darse un baño de pueblo, que la gente lo viera con el canelo. Fue otro motivo por el que decidí alejarme de ellos, Chepo cree que ser amigo de un político es muy importante. ¿Con que iba a responder si su amigo el político no hubiera pagado? Con el dinero del canelo. Es una irresponsabilidad, afirma Mendoza”.

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