Para todo hay gente, para todo
Sergio Mejía Cano
19 de Marzo de 2024
Al parecer la selección de candidatos a los diversos cargos de elección popular para los próximos comicios electorales a nivel local han incomodado a varias personas, ya que, según varios analistas políticos locales, muchos de los candidatos y candidatos son saltimbanquis, chapulines y advenedizos que posiblemente lo único que buscan es no pasar al estatus de la mayoría de los mortales que viven en el error y seguir mamando del presupuesto.
Y quizás tengan razón quienes se han incomodado con la designación de candidatos, por lo que tal vez el próximo trienio en el Congreso Estatal vuelva a ser una legislatura sin pena ni gloria, pero no nada más por no tener decisiones propias para lanzar iniciativas que valgan la pena, sino también a quienes la soberbia los ha envuelto en una burbuja que los hace creer que la política, los municipios y por ende el estado, no podría tener futuro sin ellos y ellas ya sea sentados en una curul u ocupando algún cargo.
Por supuesto que a quienes lo les preocupa ni ocupa el pleito que traigan o busquen los que buscan el voto popular son a quienes ya les prometieron un cargo plurinominal, los que sin sudar ni ensuciarse los zapatos esperarán cómodamente el conteo de los votos cruzando los dedos para que los resultados no les sean adversos.
Es obvio que la política nayarita ocupa de sangre nueva, de políticos de ambos sexos de nueva y buena cuña y no los mismos de siempre que de por sí ya están muy quemados; sin embargo, esta sangre nueva en la política del estado de Nayarit no tienen por qué ser herederos ni familiares de los antiguos políticos, sino cuadros nuevos, que los hay, y que no sean apadrinados por algún antiguo emisario político, sino que se gane a pulso con sus dichos y actos un lugar para hacer crecer la política que, por lo visto, ya está muy estancada.
El problema ahora es que la ideología ya no cuenta para nada ni siquiera los partidos políticos cuyos estatutos ya tiene décadas que se fueron al caño de la historia. Hoy en día la mayoría de los políticos buscan un lugar en la asociación política que tiene más tendencia de voto y no porque esa asociación política sea la panacea para los problemas de la entidad, no, sino por ser una moda o por hablarse más de algún partido político y porque cuadros de otros partidos políticos han brincado a la asociación con más probabilidades de triunfo; pero que no por el hecho de cambiar de camiseta su pensamiento para su estatus económico y político vaya a cambiar de un día para otro.
Precisamente esta dejadez de la ideología política y de buscar más el estatus social, político y económico de muchos entes políticos es lo que ha degradado en grado sumo la política en nuestro país, pues a lo largo de la historia reciente de nuestro México lindo y querido, el país ha caído a un gran precipicio sin visos claros de poder salir a flote en un corto o mediano plazo, pues los intereses particulares de la mayoría de los políticos de ambos sexos se enfocan más en no pasar a vivir en el error a beneficiar en sí a los municipios, estados y país en general.
Ha quedado muy claro que por más buenas intenciones que pudiera tener determinado político, sea el cargo o encargo que tenga, existen cuadros de poder que tratan de imponerse a esas buenas intenciones haciendo hasta lo indecible para tratar de evitar que se afecten sus intereses. No por nada a cualquier ente político que quiera actuar con honestidad y eficiencia, se le ponen obstáculos al por mayor de la manera por demás falaz, ya sea mediáticamente o con simples rumores, mentiras, acusaciones y denuncias por demás falsas, y más hoy en día con la existencia de las redes sociales que, para bien o para mal funcionan en todos los sentidos.
El tema que posiblemente sea el que más ha funcionado últimamente es el de la inseguridad, por lo que existe la posibilidad de que gente pudiente contrate sicarios para asesinar personas sin ton ni son, congestionar carreteras, asaltando y robando tráileres, lesionando o matando a sus conductores, desapareciendo o secuestrando personas dedicadas a diversos rubros, sin importar si son comerciantes, políticos en ciernes o ya muy establecidos, así como atentando en contra de candidatos nada más para hacer la mosca chillar sin que haya nada específico de fondo más que el hecho de tratar de desestabilizar de algún modo a nuestro país.
Tal vez esto se considere como romanticismo, utopía, falacia o sueño guajiro; pero es bueno recordar que para todo hay gente.
Sea pues. Vale.
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