La promesa es renovarnos
Lorena Orozco
01 de Diciembre de 2023
La expositora Janet Ferrer, sabe lo que dice al señalar que las mujeres de hoy tenemos tres malos compañeros: el afán, el deseo de controlar todo y el miedo.
Ella, cómo psicóloga encargada de terapia familiar, y devota creyente de Dios, conoce los intrincados pensamientos y actitudes que tienen a la mujer al borde del colapso nervioso.
Fue invitada por las féminas de varias iglesias cristianas de Tepic, a impartir unas conferencias que puedan ayudar al mejor desarrollo de las mujeres en su entorno familiar, laboral y social.
En la biblia, en el evangelio de Mateo, dice que cada día trae su propio afán, pero las mujeres andan a corre y corre, porque los hijos, porque el marido, el trabajo, los nietos... Y un sin fin de responsabilidades que las agobian, y son ellas mismas las que no se ponen en pausa, las que no se permiten descansar, o que no se dan tiempo para tomar vacaciones o apapacharse.
Hay quienes tienen su hogar impecable, pero entras es terreno minado; " no te sientes en el sofá que me desarreglas los cojines", señalan. ¿Le tienen un altar al mueble, o qué? Interrogó la conferencista.
Todos conocemos a alguien así (o somos así), por absurdo que parezca, y existen miles de ejemplos de esta compulsión.
El control que te controla, fue otro tema; y ya se imaginarán; retrocedió hasta tiempos de Adán y Eva, cuando la mujer le hizo caso a la serpiente, y comió del fruto prohibido, y también emboletó a su hombre...
Luego Sara, viendo que era estéril, le dijo a Abraham que se acostara con Agar, su sierva, para tener hijo; y por no esperar que se cumpliera la promesa de Dios, de que le daría descendencia, provocó tremendos problemas que se siguen reflejando hasta hoy.
Las controladoras siempre quieren tener la voz cantante, con el marido, los hijos, las relaciones, el reloj, la agenda, y, en fin, no quieren que se mueva la hoja del árbol si ellas no lo permiten...
El marido y los hijos se tienen que hacer las cosas como ella dice: "ponte mejor esta camisa" le dice al esposo; mi hijo tiene que estudiar esta carrera, o ya lo inscribí en tal escuela...sin tomar en cuenta a los demás. Ella ya tiene todo planeado.
Y el miedo, que es parte de nuestro sistema nervioso, y nos permite reaccionar ante una situación de peligro inminente, puede tomar otras dimensiones... Es por eso que ahora sabemos que, si es un miedo desproporcionado, se convierte en fobia, o ataques de pánico.
Ferrer aseguró que la pandemia de COVID dejó tremendas secuelas en la sociedad en general, y en las mujeres ha podido detectar este temor que aún con esta situación ya superada, siguen los estragos.
La oración, la lectura de la biblia, las reuniones con creyentes son vitales, pero también instó a quienes se sienten identificadas con estos problemas, a acudir al psiquiatra, al psicólogo, a los especialistas de la salud mental, para reencauzar su vida.
El objetivo debe ser el logro de la plenitud física, mental y espiritual de las mujeres, concluyó Janet Ferrer.
Quienes asistimos al hotel de la avenida Insurgentes donde se llevaron a cabo las conferencias, viernes y sábado de la semana pasada, salimos motivadas a cambiar nuestras vidas, y dejar atrás el afán, el ser controladoras y el miedo. Nos prometimos renovarnos aceptarnos, cambiar para bien de nosotras y de nuestro entorno.
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