El papel que jugó la CNTE

Con todo y sus devaneos la CNTE jugó un extraordinario papel en la transparencia de las políticas de los partidos políticos, de las corporaciones y de los organismos empresariales, de las organizaciones sociales y sindicales, en especial de la CNDH y del SNTE, del Estado Neoliberal Mexicano y de la propia CNTE. Seguramente no se propuso jugar tal rol pero los acontecimientos la condujeron a evaluar al sistema político nacional. Nunca se imaginó la trascendencia de su actuación. Quedó manifiesto el maridaje entre pandillas partidistas. La corrupción de los políticos y de las instituciones del sistema político vigente fue traslúcida. Lo que se inició como un movimiento de rechazo a la “Reforma Educativa” culminó como una “levantada de cobija” de lo que se había cocinado y de lo que se está cocinando. Se supo hasta de los arreglos que en lo oscurito habían tenido los dirigentes de la CNTE con el gobierno de Enrique Peña Nieto, ya no digamos del papel tan lastimoso que jugaron algunos gobernadores y dirigentes perredistas que, erróneamente supusieron los integrantes de la CNTE que eran sus aliados. Quedó claro que el trabajo del magisterio inconforme no ha permeado en la sociedad y que las comunidades no tienen conciencia de los problemas del país. Si bien es cierto que los programas televisivos han servido para enajenar a la población más que para liberarla, también es cierto que los maestros se han dedicado más a la “grilla” que a la academia, más a la inmediatez de sus intereses que a los intereses de clase de los trabajadores mexicanos, más a no dejarse evaluar que a la trasmisión de la experiencia histórico-social a las nuevas generaciones fundamentada en la neuropsicopedagogía. Por eso la sociedad circundante de sus centros educativos no comprendió la irracionalidad a la “Reforma Educativa” ni mucho menos la enajenación de su conciencia social.

Las pandillas de políticos y de empresarios se unieron en un bloque contra los maestros de la CNTE porque ya estaba hecho “el tamal” y no querían deshacerlo. Los pandilleros se encuentran distribuidos en todos los partidos y también los hay “independientes”.  Algunos de ellos acusaron al magisterio inconforme de deslealtad a la Nación por no estar metidos en sus salones dando “clases”. Y no faltó el gobernador que frente al presidente Peña Nieto se lanzara como torpedo contra la nave magisterial o que alzara la espada de Damocles para cortar de raíz la relación laboral y suspender el pago a los “maestros” por no asistir a sus grupos escolares. Lo curioso fue nadie acusó al Estado Neoliberal Mexicano de deslealtad a los mexicanos por haber vendido la Televisión Nacional, teléfonos de México, Ferrocarriles Nacionales, Mexicana de Aviación, entre otras empresas, y por haber desmantelado el Estado de la Revolución Mexicana y estar a punto de desmantelar completamente a PEMEX para devolver el petróleo al capital anglo-americano como estaba antes de la expropiación.

La CNTE tiene razón en protestar y estar en contra de la “Reforma Educativa” porque no es una real y verdadera reforma educativa. Más bien se trata de una modificación a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que permita hacer exámenes a los docentes y correrlos cuando estos no se disciplinen a los intereses de los políticos que ostenten el Poder Público. Esta  situación se evidenció con la puesta “tras las rejas” de Elba Esther Gordillo y la elección de quien se creía “uña y mugre” de la “guerrera” pero que al final superó a Judas. No hay mejor prueba para caracterizar la reforma educativa que el acontecer del SNTE. No se observa en ningún lado del quehacer público la ruta que conducirá hasta la calidad educativa mucho menos a la excelencia académica. No se habla de la modificación de los planes y programas de estudio de las normales del país, de la pertinencia de los objetivos con el actual desarrollo científico-técnico, con los requerimientos de la fase actual del desarrollo del capitalismo mundial y con la libertad de la sociedad en el futuro. No se escuchan las voces de los neuropsicopedagogos nacionales y extranjeros ni las discusiones metodológicas de los procesos docente-educativos. No se percibe una actividad educativa para quienes son formadores y capacitadores de profesores ni tampoco para el magisterio en activo. En fin, la “Reforma Educativa” también es pura “grilla”. Dios se apiade de los mexicanos.