Se hace lo que se puede
Sergio Mejía Cano
01 de Noviembre de 2023
No deja de llamar la atención la reacción de diversos sectores de la sociedad, respecto a la reacción de la actual administración federal en cuanto a los destrozos del huracán Otis, sobre todo de los adversarios del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), a quien le echan la culpa de los daños causados por este fenómeno meteorológico. Y, desde luego de algunos legisladores que no quitan el dedo del renglón que todo se debió a que ya no existe el Fondo para Desastres Naturales (FONDEN).
Una de las legisladoras más recalcitrantes es la senadora Kenia López Rabadán, quien acusa a sus contrapartes del Movimiento para la Regeneración Nacional (Morena), de haberse robado los fondos de este fideicomiso para utilizarlos en las próximas campañas electorales por venir.
Obviamente que todos estos señalamientos no tienen buen fundamento ni sustento, pues son acusaciones claramente con el fin de a ver quién se engancha y, por desgracia hay muchos ciudadanos que se van con la finta creyendo a pie juntillas que todas estas denostaciones son ciertas nada más porque así lo dicen las televisoras y medios tradicionales; ciudadanos faltos de información que aún no caen en la cuenta de que anteriormente la ciudadanía estaba atada a lo que dijeran estos medios oficialistas en donde con el paso de los años se ha comprobado fehacientemente que de lo que informaban el 50 por ciento lo tergiversaban y el otro 50 eran puras mentiras a modo para no disgustar al presidente en turno.
Pero bueno, el caso es que los detractores de AMLO no lo bajan como culpable directo de la devastación que sufrió el centro turístico de Acapulco y, desde luego, las zonas aledañas y más, precisamente porque ahora le echan en cara que los primeros movimientos de reconstrucción se estén enfocando en la zona turística y no en las colonias populares las que también sufrieron daños muy severos. Sin embargo, la explicación del mismo AMLO y de algunos analistas y periodistas, como Álvaro Delgado Gómez y Alejandro Páez Varela, quienes diagnosticaron lo dicho por el presidente: de que como Acapulco es un centro turístico en donde hoteles, restaurantes, centros nocturnos, tiendas departamentales, de conveniencia, etcétera, son las que le dan empleo a mucha gente, tanto del mismo Acapulco como de su entorno, es preciso restaurar primero la zona que da empleo a las personas de la periferia y después abocarse a la reparación de las casas-habitación de las colonias del otro Acapulco.
Y en realidad, es sentido común o al menos así se le podría ver; aunque también se dice y se señala que los dueños de los hoteles y demás negocios tienen sus medios para hacer sus propias reparaciones, aun así, es necesario que los gobiernos en sus tres niveles contribuyan a apoyarlos para que más pronto se restablezca la economía del puerto y, por ende, de la gente que trabaja en estos negocios y comercios. Y también, para que el turismo comience a fluir de nuevo, porque mientras más pronto haya capacidad y forma de recibir visitantes, la economía fluirá más pronto.
Lo malo en todo esto, es la falta de solidaridad de estos sectores que ahora denuestan las acciones emprendidas por AMLO y sus colaboradores, tales como las fuerzas armadas y la Marina en su conjunto quienes, de acuerdo a informaciones serias y veraces, le están metiendo todas las ganas posibles para restablecer los servicios primordiales lo más pronto posible, sobre todo la energía eléctrica, el agua, alimentación, etcétera.
Claro que se hace lo que se puede, pues nadie está obligado ha hacer lo que está fuera de su alcance, es obvio que no de la noche a la mañana ya iba a estar todo funcionando como antes del impacto del huracán; eso cualquiera persona con dos dedos de frente lo tendría en cuenta; sin embargo, varios de los detractores de la actual administración no se cansan de subir videos y audios a las redes sociales denigrando al ejército y Guardia Nacional, así como a otras autoridades en donde ponen videos antiguos como si fueran recientes y de la tragedia actual; así como algunos audios en donde maltratan al mismo AMLO y a las fuerzas armadas acusándolas de que impiden la llegada de ayuda de organizaciones no gubernamentales y personales.
Lo bueno es que afortunadamente, con las redes sociales todo se va aclarando poco a poco; así que tal y como se dice comúnmente: las cosas por su propio peso caen y la verdad siempre sale a flote como una gota de aceite en el agua. El tiempo dará la razón a quien la tenga.
Sea pues. Vale.
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