Chisgarabís
Oscar González Bonilla
21 de Septiembre de 2023
LA POLICÍA SIEMPRE VIGILA
La presencia de agentes de la Policía Estatal preventiva en terrenos a donde todos los días acudo a realizar mis ejercicios matinales, sobre todo trotar, me ha llenado de azoro, mas no me ha provocado ñañaras.
Durante los días que han transcurrido de la presente semana, es puntual la presencia de cuando menos dos policías vestidos de civil debidamente avituallados con armas cortas y largas a la vista, así como de radio portátil. Están atrincherados en estacionada camioneta color blanco y una más al frente azul con los respectivos logotipos de Policía Estatal preventiva.
Por muchos vecinos de la unidad habitacional El Mirador de Tepic el sitio es conocido como La Explanada, aunque se trata de un terreno que fuera propiedad del empresario ya fallecido don José de Jesús Hernández Guillén, “Pepe” para los amigos, quien hace años allí empezó la construcción de fincas rústicas unidas, especie de coto. Aún tiene mucho terreno disponible para erigir casas, pero bien trazadas y pavimentadas con concreto hidráulico están las calles sobre las cuales bastantes mujeres y hombres de diferentes edades caminan, trotan o corren.
El lugar se encuentra al pie del cerro de La Cruz. Justo en la calle donde se inicia el ascenso a la montaña se posesionan los elementos de la Policía Estatal preventiva. Cantidad de personas sube al cerro por la ancha avenida empedrada o la banqueta, obra que realizó José Félix Torres Haro (qepd) en el tiempo que fue por segunda vez presidente municipal de Tepic (1996-1999) con la anuencia del Obispo Alfonso Humberto Robles Cota, pues el trabajo de modificar el cerro culmina con la enorme efigie del Cristo redivido, diseñada por el escultor Fernando Campos Dorado.
Grande es la cantidad de vehículos de diferentes modelos y marcas que son estacionados en la zona porque sus propietarios realizan el ascenso al cerro, número de autos equiparable al que estacionan sus amigos por la avenida México y calles adyacentes de la casa en la Mololoa del exgobernador Ney González, señal inequívoca de que el reyezuelo estaba en el palacete, donde recibía pleitesía de quienes fueron favorecidos por su administración.
Los policías se hallan ojo avizor. Vigilantes de cada una de las personas que les pasa por enfrente. Por mi cuenta son varias las veces que transito frente a sus narices, pues es más de una hora el tiempo que empleo en ejercitar músculo. Los primeros días, era fija la mirada de los policías hacia mí. Se me quedaban de clavo, dijera la chaviza. Pensé que deberían traer la encomienda de hacer la detención de persona que cometió algún delito. Pero al paso de tres días deseché tal idea, y reparé en que seguramente están en el punto en resguardo de comandante policíaco también aficionado al ejercicio matinal.
A varios compañeros hombres que asimismo acuden al lugar pregunté si sabían la razón de la presencia de policías en el sitio. No me supieron decir. Mujeres amigas tampoco me dieron información, sólo mencionaron del susto que les dio ver a los agentes con tremendas armas largas.
La incertidumbre continúa, y no sé por cuánto tiempo más.
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