Chisgarabís
Oscar González Bonilla
05 de Septiembre de 2023
AMBULANTAJE, EL GRAN NEGOCIO
Es notorio, pero más público, que en la ciudad de Tepic cualesquiera ciudadanos, nativos o no, como les pegue en gana hacen uso de espacio público en banquetas o vías de circulación vehicular en calles para establecer puestos como vendedores ambulantes sin que autoridad alguna haga algo por evitarlo.
A las personas dedicadas al comercio informal nada les interesa que sean en verdad serio obstáculo para la movilidad de la población, mucho menos para el libre tránsito vehicular. Su presencia en el espacio público dificulta a la accesibilidad, pero lo importante para ellos es ganarse el pan nuestro de cada día.
De por sí la ciudad capital durante las últimas décadas ha tenido una tendencia alarmante en el incremento del uso del automóvil, que en horas clave provoca serios problemas de viabilidad, con embotellamientos que al usuario del servicio público y particular causan retardos en la entrada a la actividad laboral, también perjuicios a la actividad económica citadina.
Es lógico que si el ambulante se ubica en una zona donde no camina nadie, no vendería. No estoy en contra del comercio informal, pues por siempre se ha argumentado que éste es consecuencia de la falta de trabajo formal en nuestra entidad, mismo que pudiera garantizar salario remunerador, pero me manifiesto a favor de que se realice de manera organizada, reubicarlo en espacio adecuado.
Por siempre he presentado el ejemplo de Raúl Mejía González, quien como presidente del Ayuntamiento de Tepic en el periodo 1993-1996 logró ubicar al comercio ambulante en diversas fincas de la ciudad, fue así como nació, por ejemplo, el Pasaje México, entre otros. Sólo que el gusto duró pocos años, de nuevo en las calles y banquetas floreció el comercio informal.
La jefa de la administración municipal tepiqueña, Geraldine Ponce, en este sentido incumple su obligación pública, pero a lo mejor le sabe la papa porque el comercio informal paga derecho de piso por ocupar espacio público. Y se afirma que son cantidades considerables las que ingresan a las arcas municipales al hacer el recuento global, puesto que los changarros se encuentran en la mayoría de las colonias de Tepic y no solo en el primer cuadro de la ciudad. Pero además habrá que agregar a cantidad de vendedores de fruta en carretillas, que han llegado a la capital nayarita procedentes de otros estados del país.
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