Donde quiera se cuecen habas

Este fin de semana visitó Nayarit el senador Manuel Velasco Coello, aspirante del Partido Verde a la candidatura presidencial de MORENA y sus aliados. Entre 2012 y 2013 viví en Tapachula, Chiapas. Me tocó presenciar su elección como gobernador y sus primeros meses de administración. Un gobernador frívolo, al más puro estilo peñista, era famoso por delegar las funciones de gobierno a su madre, la señora Leticia Coello, mientras él estaba constantemente de fiesta con sus amigos. 

Su primer cargo público fue una diputación local a la que llegó por recomendación de su abuelo, el exgobernador Manuel Velasco Suárez, quien se la solicitó al entonces gobernador, Pablo Salazar Mendiguchía, quien luego lo hizo también diputado federal en 2003. Para 2006 fue senador de la república, gracias al patrocinio del partido Verde y tuvo la virtud de hacerlo crecer en Chiapas lo suficiente como para usarlo como base para su campaña a gobernador en 2012. Lo anterior, debido a la compleja forma en la que funciona la política en ese estado. Junto a Salazar Mendiguchía, Juan Sabines y al actual mandatario, Rutilio Escandón, Manuel Velasco ha sido de los peores gobernadores de aquella entidad del sureste.

Hoy recorre el país hablando de logros inexistentes, como si hubiera sido un buen gobernador. El mismo que elevó los índices de pobreza y que no tuvo reparo en gastar millones de pesos del erario en publicitar su propia imagen pensando en proyectarse de cara al 2018. En Nayarit fue recibido por la diputada Jasmín Bugarín y eso que llaman “la familia verde”, quienes antes recibieron a Claudia Sheinbaum y antes que ella, fueron a saludar a Adán Augusto. No nos extrañe verlos pronto con Ricardo Monreal.


Manuel Velasco no tiene posibilidades reales en esta contienda, pero su inscripción en el proceso obedece a su interés por negociar la candidatura a la gubernatura de su alfil, el mediocre diputado federal Luis Armando Melgar y mantener su coto de poder, debilitado durante el presente gobierno de Rutilio Escandón ¡Lo que hay qué ver!