Falta de veracidad y contundencia en la nota roja

El día de ayer en varios portales de internet y medios informativos locales de Nayarit, se dio la noticia de que un trabajador de Ferromex se había caído de un tren en movimiento; sin embargo, al preguntar aquí, allá y acullá con conocidos que siguen en servicio activo en Ferromex, la respuesta común fue que no estaban enterados de este accidente, pues de haberle sucedido a un tren de inmediato se hubiese sabido o corrido la noticia entre el mismo gremio.

Lo más probable es que se haya tratado de un trabajador del Departamento de Vías y Estructuras asignado a uno de esos vehículos que transitan tanto por carretera como por la vía férrea, denominados en el argot ferroviario como “Hi-Riel” y que son de diversos tamaños de acuerdo al trabajo asignado a cada uno de estos vehículos y que tal vez se haya caído este trabajador de uno de estos vehículos, pues por las inmediaciones de Tetitlán, municipio de Ahuacatlán, Nayarit, que es la zona en donde ocurrió el accidente, anda uno de estos vehículos haciendo labores de mantenimiento de la vía férrea.

A los miembros de las tripulaciones de los trenes se les denomina como trenistas y locomotoristas, por lo que se supone que este trabajador de Ferromex accidentado no podría ser ni lo uno ni lo otro; y además, trenistas y locomotoristas tienen estrictamente prohibido subir o bajar del material rodante en movimiento y, en camino, viajar fuera de las locomotoras, por lo que, de acuerdo a la nota informativa respecto a este trabajador accidentado, señala el accidentado que resbaló y cayó, por lo que se intuye que iba en la caja del vehículo al momento de resbalar y, que la velocidad no era muy alta, pues de haber caído de un tren en movimiento el daño corporal hubiera sido mayor o hasta de fatales consecuencias, debido a que los trenes transitan a más velocidad.

Lo curioso es que en todos los portales de internet y medios informativos locales, la nota sobre este accidente es la misma, como un boletín lanzado en serie y tal vez por lo mismo, muy escueto, tal y como se acostumbra hoy en día que, si bien está prohibido resaltar el nombre de las víctimas o publicar fotos de los accidentados y menos si hay sangre de por medio, de acuerdo al Sistema Penal Acusatorio, la nota roja hoy en día deja mucho qué desear en cuanto a información que pudiera ayudar a familiares y conocidos de los accidentados a enterarse de inmediato. Y no por morbo, sino para que la información pudiera ayudar hasta a las mismas autoridades, porque se ha vuelto costumbre que los reporteros ya no hacen un trabajo más verosímil, creíble y que no dejen lugar a dudas.

En los accidentes carreteros o en vialidades ya sea urbanas o rurales se ha dejado de lado decir qué dirección llevaban los vehículos involucrados, la hora del accidente, cómo cuándo y dónde, porque si bien algunas veces se dice el kilómetro carretero, en ocasiones se omite algún lugar aledaño que sea indicativo o de ubicación inmediata. Ya no se explica ni brevemente cómo pudo haber sucedido el accidente y mucho menos quién o cuál de los vehículos pudo haber sido responsable, las posibles y probables causas que originaron el accidente -porque ahora ya nada más se muestran los efectos, siendo que la causa podría ser lo más importante-; y lo que ya no se informa: identificación de los accidentados, suicidados y demás involucrados. Porque la mayoría de las veces lo más común es leer en las notas informativas que “se ignora la identidad”; pero también no dicen la edad así haya vecinos o conocidos de las víctimas contemplando el suceso en cuestión.

En el caso que nos atañe del trabajador de Ferromex, la información dice que cayó de un tren en movimiento, lo que posiblemente no haya sido así; sin embargo, y a pesar de que en el argot ferroviario un tren puede ser una máquina o un motor o más de una máquina o motores acoplados con carros o sin ellos, quien dio esta información debió enterarse mejor al respecto, porque en las imágenes de portales y medios informativos no se ve el tren, tal y como se le conoce comúnmente que esté detenido o en las inmediaciones. Nada más le faltó agregar a quien hizo el boletín o la nota, la que difundieron todos estos medios como en serie, que el tren iba a exceso de velocidad, porque es otra cosa más que, muchas de las veces añaden a las notas de accidentes automovilísticos: el exceso de velocidad; aunque no haya sido así. Pero le da más color a una nota roja. Es muy común que se diga que por exceso de velocidad.

Sea pues. Vale.