Se confiesa
20 de Junio de 2023
ERA LO CORRECTO, Y YO PENSANDO QUE SOLO IBA DANDO TUMBOS POR LA VIDA. De niña me pensé bailarina, hasta tomé clases de jazz, pero mi mamá pensaba que eso no era apropiado. Más grande me imaginé psicóloga atendiendo a adolescentes inadaptados, pero tampoco fue, cambié de carrera al tercer semestre y, sin pensarlo mucho –mera intuición- me inscribí en Comunicación Gráfica, de Ciudad Universitaria fui a dar a Xochimilco.
En una nueva etapa de mi vida llegué a Nayarit pensando ser diseñadora, pero no; mi primer trabajo fue en televisión, en XHKG, hacía viñetas y escenografía para el naciente noticiario Al momento, más grabaciones de comerciales; lo mejor fue producir el programa infantil El Club de Coco y otros programas semanales, como Tele bazar, Entre nosotras, Un Video, y ayudaba en lo que se podía ya fueran programas especiales o unitarios; todo se hacía con mucho entusiasmo más que experiencia o con tecnología y conocimientos previos. Muchas cosas las aprendí sobre la marcha y a veces echando a perder.
Pocos años después -y sin proponérmelo, ni siquiera imaginarlo- me hice reportera, luego editora y jefa de sección en Meridiano; de ahí pasé al Congreso del estado, la hice de jefa de relaciones públicas y me gustó mucho ese trabajo; de ahí a editora del periódico Enfoque, después reportera que salía a los municipios a buscar la nota, la noticia, Más tarde me especialicé en reportajes de empresas locales y entrevistas (descubrí que me encanta la entrevista); después –a iniciativa del Pipiripao- empecé a hacer columna en el periódico Express, y me fue muy bien con la Bitácora de Vuelo; de ahí cambié al área de comunicación del Consejo de Cultura de Nayarit (CECAN) fue muy buena esa época. Por ese tiempo también colaboré en la página web Dominio Público con información local, fue bueno ese trabajo.
Luego fui corresponsal del Financiero Bloomberg pero se cruzó en mi vida una candidatura a diputada local (que tampoco estaba, ni remotamente, en mis planes pero le entré y hasta me gustó porque descubrí mi animal político interno) después vino la oportunidad de hacer opinión en medios locales (eso sí: por puro gusto porque ha sido sin paga, pero con mucho gusto).
Ahora me desempeño como docente en la UAN y no dudo que estoy en el mejor lugar haciendo lo mejor con las mejores personas. Me siento en mi ambiente. Muy tarde encontré que la docencia también es comunicar, y que es una labor increíble. ¡Algunas veces he hecho radio! qué me encanta!, y ahí voy.
También he estado desempleada por largos periodos, como nos ha sucedido a casi todos en los medios de comunicación, aunque en algunos de esos tiempos me llegó la oportunidad de estudiar. Una bendición. En verdad. No encuentro otra forma de decirlo.
Ahora que hago este recuento de mi labor profesional todo, todo –buenos y malos tiempos- lo doy por bien servido.
Así de nobles son los medios de comunicación, porque las opciones son casi infinitas.
El día de los profesionales de la comunicación, platicaba con una amiga acerca de nuestro largo camino y me di cuenta que ha sido bueno aun cuando pensaba que no había nada digno de comentar; ahora resulta que es mi historia y que es buena, aunque sea dando tumbos.
Angélica Cureño
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