Viacrucis de un taxista para renovar el refrendo de su permiso
Sergio Mejía Cano
14 de Junio de 2023
Hace años que se promocionaba un comercial de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que se refería básicamente a “la simplificación administrativa”, esto debido a tantos y tantos trámites burocráticos que mucha gente tenía que hacer al hacer cualquier trámite, no nada más en Hacienda, sino en la mayor parte de las ventanillas de los gobiernos de los tres niveles.
Esa simplificación administrativa no se vio de bien a bien; sin embargo, al parecer ahora con la nueva tecnología digital, computación internet, etcétera, posiblemente sea más simplificado realizar cualquier tipo de trámites burocráticos. Pero, todo indica que no se ha tomado en cuenta que aún hay mucha gente sin acceso a internet, que no cuenta con los aparatos necesarios o que no conoce tan siquiera qué es un correo electrónico, cómo ingresar a determinada página de cualquier portal de internet de determinadas dependencias gubernamentales o de la Iniciativa Privada.
Tal vez mucha gente que tiene que realizar algún tipo de trámite en ventanilla o pagar en alguna caja de cobro, esté consciente de que en la mayoría de los casos, si hay cinco ventanillas solo están en servicio dos de ellas o en un supermercado en donde se mira toda una fila de cajas registradores y nada más están en servicio cuando mucho cinco o menos y, ahora en las llamadas tiendas de conveniencia con la modalidad de recibir pagos de la mercancía que se adquiere ahí mismo, así como recibo y envíos de dinero y otros servicios y, por lo regular nada más hay una caja para todo ello, por lo que las filas de gente esperando ser atendidas son muy largas y entretenidas.
Paro un taxi, el conductor es un señor ya mayor, después de decirle mi destino me dice muy triste que ojalá y le traiga suerte porque había perdido toda la mañana haciendo el trámite para la renovación del refrendo de este año; comenta que desde las nueve de la mañana hasta pasadas las dos de la tarde, se la había pasado en el Departamento de Tránsito para hacer ese trámite.
Me dice que el día anterior recibió una llamada de la organización de taxis a la que pertenece para informarle que ya estaba lista toda la documentación para que fuera al Departamento de Tránsito y obtener el refrendo y la tarjeta de circulación; pero le pregunta su dirigente si tiene un correo electrónico y no sabe qué es eso, por lo que ahí mismo en su organización le crean uno porque se lo van a exigir. Así que ya una vez con todos los papeles en mano se apersonó en Tránsito, por Insurgentes y Rey Nayar. Había un módulo de información a donde se acerca y pregunta qué hacer, pues va a renovar el refrendo, le indican ahí que vaya a otro módulo en donde le vuelven a preguntar qué se le ofrece. Le indican que pase a otro módulo para que le den un turno de espera. Así lo hace y va a sentarse al lado de una pantalla en donde aparecen los números de turno en espera para ser atendidos.
Más de media hora de espera y nada, no hay mucha gente por lo que no se explica la entretención; pero se fija bien y mira que quienes atienden al público platican entre ellos mismos muy entretenidos. Por fin aparece en la pantalla el número que tiene y ahí se le indica el número de ventanilla a la que debe de ir; pero al llegar a esa caja quien está a cargo le indica que pase a otra ventanilla. Llega a dicha ventanilla y le indican que espere. Después de media hora o más lo llaman y el de la ventanilla le dice que la copia de su credencial del INE no está muy legible, por lo que necesita la original porque dos de los números están muy difusos. El chofer del taxi no trae su credencial para votar, por lo que tiene que atravesar la ciudad para ir a su casa por esa credencial. Sin embargo, el de la ventanilla le indica que cuando regrese ya no haga fila, que llegue directo.
Cuando entregó su credencial del INE, quien se la recibió estaba platicando con otra persona; pasó casi una hora y la desesperación hizo que a quien platicaba con el que le entregaría los papeles le reclamar si estaba haciendo algún trámite y que, si no, dejara trabajar a la otra persona. Una vez que le entregaron el recibo respectivo, le indican que tenía que ir al módulo de atención para que le pusieran el sello de que no tenía infracciones pendientes, le indican que pase a una caja y en esa nada más le ponen otro sello para que pase a otra caja con la advertencia de que no se acepta dinero en efectivo, sino que tiene que pagar con tarjeta. Por suerte traía la de débito, pues es pensionado del IMSS.
Sea pues. Vale.
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