Ignorancia y servilismo diputadil
Ulises Rodríguez
21 de Mayo de 2023
Siendo niño, mi maestra Martha de 5to grado nos dejó de tarea entrevistar a 5 diputados, como parte de la materia de formación cívica y ética. Si no mal recuerdo, para realizar esa tarea fue la primera vez que entré al imponente edificio del Poder Legislativo, que nunca ha dejado de imponerme y por el que siento enorme cariño y respeto.
Pese a que no pude entrevistar a los 5 diputados porque no estaban allí, sí entrevisté a algunos de sus asesores y empleados del Congreso. Inocentemente creía que eran eruditos que estudiaban mucho y que estaban pensando todo el tiempo, en algún lugar, cómo hacer mejores leyes para que viviéramos mejor. Luego creces y entiendes que, si algunos diputados no hubieran nacido, los habría inventado Ibargüengoitia.
La ignorancia y el servilismo no son propios de una sola fracción parlamentaria o de un grupo político. Alguna vez, un maestro de constitucional nos dijo - con mucha razón-, que el legislativo era el Poder de los contrapesos por antonomasia y que, precisamente a los poderosos, no les importaba poner allí a las mejores mujeres y a los mejores hombres, sino a títeres manipulables cuya voluntad pudieran comprar con dinero, con meter a sus familiares a la nómina gubernamental, con la promesa de futuros cargos públicos y permisos de todo tipo que pueda otorgar el estado.
En poco más de 8 años trabajando en el Congreso, me ha tocado ver 3 legislaturas en ejercicio. Una presidida por el PRI, otra por el PAN y la presente por MORENA. 90 mujeres y hombres representando, supuestamente a los nayaritas y de ellos, creo que no conozco a más de 10 que de verdad se preocupen por nuestro estado. La mayoría, fueron y son tan grises que sus nombres se olvidaron apenas concluyó la legislatura en la que participaron. Personas como Any Porras y Francisco Piña, actuales diputados de MORENA, generan sorpresa, porque se supone que ellos ya tenían experiencia en legislar - antes habían sido diputados del PRI-, sin embargo, hoy desempeñan la misma función que una maceta de corredor: simplemente existir. Pobres de los habitantes de Tuxpan y Santiago, de Huajicori, Ruiz y Acaponeta, que tienen una representación tan mediocre en el Legislativo.
Igual sucede con el médico Polanco, que fue electo por un distrito del sur, pero sobre todo por el acuerdo non sancto entre Antonio Echevarría y el Dr. Navarro Quintero -cabildeados por la mano invisible que maneja el estado en realidad-, para hacer terso el tránsito político entre un personaje y otro en el sillón del gobernador. Polanco desempaña, con más recato, hay que reconocer, el triste papel de un Librado Casas, en la XXXII legislatura, es decir, un bufón ignorante que no le preocupa tanto el pueblo de Nayarit como sus negocios y actividades personales. Librado Casas es, sin temor a equivocarnos, uno de los peores legisladores que Nayarit ha tenido en poco más de 100 años de historia.
¿La titularidad del Poder Legislativo? Si me preguntan ustedes a mí - que no lo están haciendo-, les diré que yo no veo diferencias entre Jorge Segura, Polo Domínguez y Alba Cristal Espinoza. Destacaría acaso, la honestidad del primero: que no fue tan afecto al dispendio como sus sucesores y admitió siempre, sin el menor rubor, que quien mandaba en el Congreso era Roberto Sandoval. Polo y Alba son muy parecidos, no, no físicamente ¡por supuesto!
Lo son en su forma de ejercer el poder. Daniel Cosío Villegas nos explicaba en su ensayo "El estilo personal de gobernar", que el poder no hace sino maximizar las virtudes o defectos de quien lo ejerce, sus complejos y ambiciones. Tenía razón el maestro. El servilismo que, como titulares de un poder autónomo muestran respecto del gobernador, o compensan o compensaron con el excesivo culto a la personalidad, con las camionetas blindadas, con el equipo de seguridad cuidando sus espaldas, con los viajes de placer a Europa y el cambio de guardarropa por prendas que bien pudieron ser sacadas de una paca a las marcas más exclusivas y costosas de Francia, España e Italia. En fin, el reto será seguir buscando mejores representantes, pero acaso, un reto mayor, será convertirnos nosotros en una mejor sociedad. Ellos, los que están, al fin y al cabo, son el reflejo de nosotros.
No se avizora un cambio pronto. Los líderes partidistas no han dejado atrás la tentación de imponer en las candidaturas de mayoría y de representación proporcional a sus amigos, cómplices y familiares. Personas sin capacidad, la mayoría, pero eso sí, con mucho servilismo, que quizá es lo que buscan quienes allí los pusieron.
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