Otra de la ciudad que sonríe
Ulises Rodríguez
04 de Mayo de 2023
La maternidad de la presidente municipal de Tepic, Geraldine Ponce, no es un asunto que deba generar debate entre los ciudadanos. Por más público que ella haya hecho el proceso, ni su derecho a lactar cada que su bebé lo requiera, ni el nombre del papá de su bebé es asunto de nuestra incumbencia.
Lo que sí debe importarnos es lo que se hace con los recursos públicos. La mañana del pasado 25 de abril, durante la sesión del Comité de Adquisiciones del Ayuntamiento de Tepic, fue aprobada por mayoría la propuesta que realizara el Lic. Sergio Eugenio García Pérez, Director del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Tepic, mismo que pretende contratar el show de una agrupación llamada “GRANDIOSAS” para conmemorar el día de las madres en la ciudad.
De acuerdo a la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Prestación de Servicios del Estado de Nayarit en su artículo 105, fracción XVI, un ente público puede contratar un servicio, omitiendo el concurso de licitación, es decir, por adjudicación directa, cuando dicha contratación se haga con la persona física o moral que posea la titularidad de los derechos del servicio que se pretende reclamar, en este caso, a quien posea los derechos sobre la marca “GRANDIOSAS”.
En la ficha técnica que se les hizo llegar a los integrantes del Comité de Adquisiciones, se adjuntó la cotización que hace la empresa GENIALIDADES Y SUEÑOS ARTÍSTICOS sobre el show en comento, misma que va dirigido al Lic. Sergio Eugenio García Pérez, dentro del cual se adjunta también una copia simple del título de registro de marca que acredita a Hugo Michelle Sandoval Mejuto como el dueño de la marca GRANDIOSAS.
El detalle es que, cuando uno consulta en la página del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), resulta que dicha marca no pertenece ya al personaje antes mencionado, sino a Mitzy Lizbeth Alderete.
El señor Sandoval Mejuto, es del conocimiento público que es el dueño de la empresa que representa a las GRANDIOSAS, que no son otras que las cantantes Manoella Torres, Dulce, Rocío Banquells, por mencionar a las más representativas, sin embargo, no es el dueño de la marca. La presentación del documento que adjuntaron a la cotización puede ser constitutivo de un fraude, pues la empresa tiene amplio conocimiento de que los derechos de esa marca, desde el 2018 le corresponden a Mitzy Lizbeth Alderete. Constituyen también una contradicción con lo dispuesto en el artículo 54 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado de Nayarit, en el sentido de vigilar que los procesos que son responsabilidad de un servidor público estén apegados a la legalidad, como claramente no es el caso.
En las vísperas del Comité de Adquisiciones, se dio a conocer que el monto que el Ayuntamiento de la Ciudad que Sonríe pagaría por el show de las GRANDIOSAS para conmemorar el día de las madres, sería de un millón y medio de pesos. Lo que causó sorpresa, pues no hacía ni una semana que la misma alcaldesa había argumentado que no rentarían un helicóptero para apoyar en las tareas del sofocamiento del incendio en el cerro de San Juan porque, a decir de la propia presidente, esto costaría cuando menos 2 millones de pesos. Es decir, ¿dos millones de pesos para acabar con el incendio no, pero un millón y medio para contratar un show del día de las madres sí? ¡Cuestión de prioridades!
Si lo anterior es delicado, más lo es la aprobación de un dictamen que se sostiene en documentación falsa.
También vale la pena mencionar que el señor Hugo Sandoval Mejuto es conocido por sus incumplimientos de contrato y sus escándalos. En el Poder Judicial de la ciudad de México obra el expediente 353/2021, promovido por Edgar García Ruvalcaba contra Hugo Sandoval Mejuto por el incumplimiento en los pagos de un vehículo; asimismo, en marzo del 2021, el Ayuntamiento de Tepatitlán, Jalisco, rescindió el contrato que había pactado previamente con el señor Sandoval Mejuto para que fuera su empresa la que organizara el evento de Señorita Tepatitlán. Para ello, resolvieron también la devolución de 50 mil pesos que había dado como anticipo de la concesión de dicho evento.
En suma, el tema es delicado porque revela una omisión –en el menor de los casos- que compromete recursos públicos. Si somos mal pensados –y en este muro no nos gusta serlo-, nos lleva a la pregunta ¿Cuántas omisiones o deliberados actos de corrupción más se realizarán de la misma forma?
¡Aguas para quienes hayan votado a favor dicho dictamen!
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